El Trono Robado

ABRIELLA

Abrí los ojos.

Ahí se encontraba mi amiga, se ve bastante preocupada.

— Gaby ¿Qué pasó? Te escuché gritar desde mi habitación y cuando entre te vi sudando. ¿Tuviste una pesadilla? — Dudo en responderle.

Se que tiene buenas intenciones, pero si en lo que me estoy metiendo es peligroso prefiero que no se relacione con algo así. Así que decido contarle lo más básico, sin mucho detalle.

— Tranquila Elo. Si, tuve una pesadilla. Volví a soñar con ese hombre. No se quien puede ser — Ella me miró.

— Sabes, a veces dicen que cuando uno sueña con alguien es porque están pensando en tí. Claro, tú no lo conoces pero sería lindo que fuera así. ¿No crees? — No, no lo encuentro lindo. Luego de lo que pasó ahí estoy segura de si haberlo conocido. Quizá sea que él si está pensado en mi.

— Si, sería súper lindo — No le digo la verdad, por supuesto. Elo se levanta de mi cama.

— Vamos, tomemos desayuno que ya lo preparé —

Nos fuimos ambas en dirección a la cocina. Ahí estaba Erik con un juguete que le compró Elo la vez que fue al pueblo.

Luego de tomar desayuno me quedó jugando con Erik, él es un niño muy bien portado. Además, es súper lindo.

— ¿Crees que sería bueno llevar a Erik para que conozca a Agustín? Podemos llevarlo hoy, así podemos nosotras, a parte, conocer a más gente del pueblo. Dicen que la familia del panadero tiene un buen perfil aquí — Elo dejó de lavar los platos y me miró.

— ¿Pero estás segura que si aparecemos hoy sin avisar ellos nos vayan a aceptar? No los conozco muy bien, así que no me gustaría decir nada malo de ellos. Pero yo no los conozco lo suficiente como para aparecer así sin avisar — La entiendo, ella es una mujer muy respetuosa y se preocupa de la opinión del resto.

— Si quieres, para que vayamos mas seguros, puedo pasar antes de almuerzo a la panadería dodne trabajan y preguntarles si nos podemos ver hoy. ¿Te parece? — Ahí lo supe.

Luego de eso ella accedió. Porque, aún que no lo parezca, ella si quiere que su hijo conozca a Agustín, así pueden ser mejores amigos o algo así. El típico sueño de toda madre.

......................

Salí de casa y me dirigí al pueblo.

Ya en él empecé a caminar por el camino principal, había mucha bulla y los caballeros estaban por todas partes, pero confío plenamente en su pulsera y el corte de pelo para que no me descubran.

Empecé a chocar con la gente porque mientras más avanzaba aquí más chico se volvía el lugar. Hasta que alguien me agarró el brazo.

Trate de zafarme del agarre pero esa persona era más fuerte. Me triaba había fuera de la multitud. Al mirar para arriba para ver quién era esa persona que me jalaba pude notar que este venía cubierto por completo.

Una gran capa le cubría desde la cabeza hasta las piernas.

Lo había visto en alguna parte. Yo sabía que lo había visto.

Ahí aparece un flashback.

Esa espalda la recordaba haber visto, fue en el restaurante, el hombre encapuchado que alegó para que intercambiáramos los respectivos platos por una equivocación.

Llegamos a un callejón, ahí el me agarró la muñeca y quitó mi pulsera.

— ¡Qué te pasa! Devuélvela, ahora — Sentí como me observaba.

— Lo sabía, eras tú. Siempre lo supe — Espera, yo conozco esta voz. No me digas que es.

En ese momento se saca la capucha que llevaba puesta. Ahí, al frente mío, se encontraba el hombre que había estado invadiendo mis sueños.

A pesar de estar en un callejón una pequeña luz le choca con sus mechones de cabello lo que hace que esté reluzca, y sus ojos, tan claros, de un gris que me hace querer mirar de más cerca.

— ¿Nos conocemos? Porque no te recuerdo — Me mira con tristeza, esa misma que tenía en mi sueño.

— Brie ¿Como no me vas a recordar? — No le respondí, solo digo la verdad, no lo recuerdo a él, si puedo recordar lo que sea que me mosntraron en mi sueño, pero más de eso no podría decirlo. — Bueno, al ver tu cara parece que de verdad no me recuerdas. Me llamo Bastian, espero que no se te olvide —

— ¿Nosotros nos hemos visto en una parte? — Quiero saber si es que es el hombre del restaurante, ya que sería una coincidencia muy grande. Casi como si el destino quisiera que nos volvamos a encontrar. Si es que alguna vez eso pasó.

— ¡Si! Nos hemos visto en muchas partes, yo solía ir a tu palacio, jugábamos junt — Lo interrumpí, a eso no me refería. Yo no recuerdo nada, confío plenamente en mi, por lo que no quiero pensar que mi mente esté jugando conmigo.

— Lo siento, pero no me refería a eso. Hace un tiempo en un restaurante de confundieron de comida y tú fuiste a cambiarla ¿Verdad? — Sus ojos dejaron de brillar de la forma que antes lo hacían.

— Ah si, ese era yo. Lo lamento por haber sido descortés, pero ese no había sido un buen día para mi. Pero te logré reconocer, trade, pero lo logré. No sabes cuánto tiempo te estuve buscando, de verdad te he extrañado mucho. — No supe que responderle.

Se me está haciendo tarde, ahora necesito ir donde el Don Marcos para hablar de juntarnos hoy en la tarde y necesito llegar a la casa para almorzar.

— Lo lamento, me tengo que ir, tengo qu — Me interrumpe.

— No no no, no te vayas por favor. No sabes lo difícil que fue para mí volver a encontrarte. No puedo dejar que te vayas y vuelvas a desaparecer, te necesito. — Me empezó a dar mucha pena. ¿Cómo él sufría tanto y yo no soy capaz de recordarlo?

— Tranquilo, no me iré de este pueblo, aflora mismo estoy cómoda aquí. Puede que hayan muchos caballeros pero si me devuelves esa pulsera ellos no me lograrán reconocer. ¿Podrías dármela? A cambio te diré en dónde vivo. — Al parecer eso fue suficiente para que el se calmara, y junto a eso, me entregara y pusiera la pulsera.

— Listo, ahora dime ¿Por dónde vives? — Me describí como llegar, ya que al no vivir dentro del pueblo era un poco más complicado de explicárselo.

Nos despedimos y cuando me empecé a ir sentí como no me quitaba la mirada de encima. Al darme la vuelta el se había vuelto a poner la capucha y con su mirada sobre mi se quedó quieto.

Luego por la multitud su mirada se perdió y nos separamos.

Llegué a la panadería, en donde hablé con Marcos y Margarita. Acordamos juntarnos a tomar té todos juntos hoy día en la tarde.

Con ese repentino encuentro y esta noticia me dirijo hacia la casa para almorzar y preparar todo para salir.