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EL UNDECIMO MANDAMIENTO

EL UNDECIMO MANDAMIENTO

Status: En proceso
Genre:Mafia / Policial / Jefe en problemas
Popularitas:2.2k
Nilai: 5
nombre de autor: Rocio García

Todo el mundo reconoce que existen diez mandamientos. Sin embargo, para Connor Fitzgerald, héroe de la CIA, el undécimo mandamiento es el que cuenta:
" No te dejaras atrapar"

NovelToon tiene autorización de Rocio García para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPITULO 10

-- Esta es la última llamada para los pasajeros del vuelo 816 de United Airlines con rumbo a Los Ángeles -- anunció una voz que resonó en todo el Sidney Airport --. A todos los pasajeros se le solicita atentamente dirigirse de inmediato con su pase de abordar a la puerta veintisiete.

Connor y Maggie empezaron a caminar hacia la puerta de salida, tratando de mantenerse unos cuantos pasos delante de Tara y Stuart, que iban abrazados tan cerca el uno del otro que parecían siameses. En las dos últimas semanas Stuart había llegado a ganarse la simpatía primero y después el respeto de Connor y Maggie. Haciendo un balance, reflexionó Connor, esas vacaciones habían sido de las más gratas que recordaba.

Una vez que él y Maggie pasaron por el control de pasaportes, Connor se retrasó mientras su esposa seguía adelante hacia la sala de salidas para explicarle al empleado de la línea aérea en la puerta de abordar que los dos últimos pasajeros llegarían enseguida. Cuando Tara dio vuelta a la esquina y apareció de mala gana unos cuantos minutos después, Connor, cariñosamente, le pasó un brazo por el hombro.

-- Tu madre y yo pensamos que Stuart es... -- Connor titubeo.

-- Lo sé -- respondió Tara entre sollozos --. En cuanto regresé a Stanford, preguntaré si me permitirían terminar mi tesis en Sídney University -- Connor vio que su esposa hablaba con una azafata cerca de la puerta para bordar el avión.

-- ¿Tiene mucho miedo de volar? --preguntó susurrando la azafata a Maggie cuando vio llorando a la joven.

-- No es eso. Es que acaba de dejar algo que no le permitieron pasar en la aduana.

-- Estás seguro de que podemos confiar en Chris Jackson?

-- No, señor. Sin embargo, de lo que no tengo ninguna duda es de que: Jackson odia, repito, odia a Helen Dexter tanto como usted.

-- Bueno, consideraré eso como una buena recomendación personal -- concluyó el presidente --. ¿Qué más te hizo tomar esa decisión?

-- Jackson tiene otros atributos importantes. Posee un buen expediente de cuando fue oficial en Vietnam y también lo tiene de jefe de contraespionaje, por no mencionar su reputación como director adjunto de la CIA.

-- ¿Por qué renunció de repente a la CIA cuando todavía tenía una carrera muy prometedora ante sí?

-- Sospecho que Helen Dexter consideraba que era demasiado prometedora, y él empezaba a perfilarse como un serio aspirante a sustituirla en su puesto.

-- Si Jackson es capaz de probar que ella dio la orden para asesinar a Ricardo Guzmán, es posible que todavía podamos considerarlo un serio aspirante. Esperemos que nos proporcione suficiente cuerda para colgar a Dexter en público. Y, mientras nos ocupamos de ello, llevemos a cabo la ejecución en el jardín de las rosas.

Maggie empezó a marcar el número de San Francisco casi inmediatamente después de hacer girar la llave en la cerradura de su casa en Georgetown. Connor comenzó a desempacar, al tiempo que escuchaba la conversación que su esposa sostenía con su hija. Se habían despedido en el aeropuerto de Los Ángeles, donde Tara abandonó un avión con rumbo a San Francisco.

--¿Todo está bien por allá? -- preguntó Maggie

-- Sí, muy bien -- respondió Tara, antes de pasar los siguientes minutos tratando de tranquilizar a su madre --. ¿Está papá por ahí? -- preguntó al fin poco después.

-- Aquí está -- Maggie le pasó el auricular a Connor.

-- ¿Podrías hacerme un favor, papá? Explícale a mamá que no pienso cometer ninguna tontería. Stuart planea venir a verme en Navidad, y estoy segura de poder arreglármelas hasta entonces. Por cierto, papá, ya sé que quiero que me regales en Navidad.

-- ¿De qué se trata, cariño?

-- Quiero que pagues todas mis llamadas al extranjero durante los próximos ocho meses. Supongo que eso resultará mucho más caro que comprar el automóvil usado que me prometiste si obtenía mi doctorado.

Connor sonrío.

-- De acuerdo, Adiós, querida -- ,colgó el auricular y dirigió a Maggie una sonrisa tranquilizadora. estaba a punto de pedirle que dejara de preocuparse cuando el teléfono volvió a sonar. Contestó la llamada.

-- Disculpa que te hable ahora pues sé que apenas acabas de llegar -- explicó Joan Bennett, su secretaria --, pero la jefa llamó ahora mismo y, al parecer, se trata de un asunto urgente. ¿En cuánto tiempo puedes venir?

Connor consultó el reloj.

-- Estaré ahí en veinte minutos.

-- ¿Quién era? -- preguntó Maggie en cuanto él cortó la comunicación.

-- Joan. Necesita que firme algunos contratos.

Connor abandonó enseguida la habitación y salió corriendo de la casa sin dar oportunidad a Maggie de hacer más preguntas. Subió al viejo Toyota de la familia y condujo por la twenty night street. Quince minutos después desapareció por una rampa que bajaba a un estacionamiento subterráneo sin razón social.

Connor entró al edificio y el guardia de seguridad lo saludó.

-- Bienvenido, señor Fitzgeraldd. En verdad no lo esperaba sino hasta el lunes.

-- Ya somos dos -- dijo Connor, mientras devolvía el falso saludo militar y se dirigía hacia los ascensores. Subió al séptimo piso. Cuando salió el corredor, la recepcionista, sentada a un escritorio, lo saludó con una gran sonrisa. Detrás de ella había un rótulo en el que se leía en letras gruesas: Maryland Insurance Company.

-- Tiene visita, señor Fitzgerald -- anunció

Connor sonrío y continuó por el pasillo, dio vuelta en la esquina y entró con grandes pasos en su oficina. Sentada al otro lado de su escritorio se hallaba una persona de la que nunca había tenido noticias de que hubiera tomado un solo día de descanso.

-- Tenemos un problema --fue todo lo que Helen Dexter dijo, al tiempo que empujaba un expediente por encima del escritorio.

-- Dame una pista que valga la pena; y yo me encargaré de lo demás -- pidió Jackson.

-- Ojalá pudiera hacerlo, Chris -- respondió el jefe de policía de Bogotá --. Pero me han hecho saber claramente que ahora se te considera persona non grata.

-- Jamás pensé que fueras el tipo de gente que se fija en semejantes sutilezas -- respondió Jackson, al tiempo que le servía al jefe un vaso de whisky.

-- Chris, tienes que entender que cuando eras representante del gobierno, todo era limpio ilegítimo.

-- ¿Incluidos tus sobornos?

-- ¡Por supuesto! -- contestó el policía con toda tranquilidad -- Sin duda eres el primero en darte cuenta de que, pese a todo, existen gastos que hay que pagar.

-- ¿Debo entender que la tarifa sigue siendo la misma Aún si uno es persona non grata?

El jefe se bebió de un trago todo el whisky y explicó:

-- Chris, los presidentes van y vienen en nuestros países, no así los viejos amigos.

1
Amelia Mirta Fernández
🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣😏🙄
Amelia Mirta Fernández
todo un James Bond wowwwwwww
Amelia Mirta Fernández
wowwwwwww todo un James Bond
Maribeth Minotta
y el objetivo fue
Xiomara Navarro
Que suspenso cuando el capitán del 🛩️ avión va a dar el anunció 👍🙏
Rossy Hernández
10
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