Hijos De La Dualidad

^^^**Joven**: Gracias por escucharme. No sabía si alguien me iba a creer...^^^

**Friedrich**: Tranquila, estamos aquí para ayudarte. Cuéntame todo lo que recuerdes. Cada detalle es importante.

...**Joven**: Bueno, todo empezó hace unos meses. Las chicas de la universidad hablaban de estos pubs secretos. Eran lugares emocionantes, donde la música y la bebida fluían sin parar. Se volvieron el lugar de moda....

**Friedrich** (tomando notas): ¿Pubs secretos? ¿Puedes describirlos?

^^^**Joven**: Sí, la decoración era oscura, opresiva. Había mucho humo y alcohol. El ambiente era denso, como si algo siniestro se escondiera en las sombras.^^^

**Friedrich**: Entiendo. ¿Y los hombres de los que hablaste? ¿Qué había de especial en ellos?

^^^**Joven**: Eran distintos. No como los demás chicos. Eran... encantadores. No solo físicamente. Tenían una forma de hablar, de mirar, que te hacía sentir especial. Pero había algo en sus ojos... algo que daba miedo.^^^

**Friedrich**: ¿Cómo actuaban con las chicas?

**Joven**: Se acercaban con naturalidad, como si las conocieran de toda la vida. Algunas chicas se iban con ellos. No se las veía salir, pero al día siguiente no estaban en clase.

^^^Al principio pensé que era pura diversión, pero luego empezaron a desaparecer por días, semanas. Cuando volvían, estaban cambiadas, diferentes. Como si les hubieran quitado algo.^^^

**Friedrich**: ¿Recuerdas algo específico sobre ellos? ¿Algún detalle que pueda ayudarnos a identificarlos?

^^^**Joven**: La última vez que estuve allí, vi cómo se acercaban a una conocida, de nombre Melisa. Intenté advertirla, pero no me escuchó. Estaba tan fascinada por uno de ellos, un tipo alto, de cabello oscuro y ojos penetrantes. Esa fue la última vez que la vi.^^^

**Friedrich**: Esto es muy grave. Gracias por contarnos. Vamos a necesitar que describas esos pubs con más detalle y cualquier cosa que recuerdes de esos hombres.

^^^**Joven**: Haré lo que sea necesario para ayudar. Esos lugares, los pubs, están en callejones oscuros, casi siempre escondidos. La música es fuerte, y hay muchos espejos y luces que desorientan.^^^

**Friedrich**: Bien, esto nos será de mucha ayuda. ¿Algo más que te venga a la mente?

^^^**Joven**: Sí, algunos hombres parecían coordinarse. No eran solo seductores; había un patrón en cómo operaban. No puedo quitarme de la cabeza la mirada de ese tipo. Era como si supiera que yo lo estaba observando.^^^

**Friedrich**: Gracias por todo esto. Vamos a hacer todo lo posible para encontrar a Melisa y las otras jóvenes desaparecidas. desmantelaremos, lo que sea que esté ocurriendo en esos pubs. Tu información es crucial.

^^^**Joven**: Solo quiero que todo esto termine y que nadie más pase por lo mismo. Hagan lo que tengan que hacer para detenerlos.^^^

**Friedrich**: No te preocupes, estamos en ello. Vamos a actuar rápido.

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Alexander estaba en su zona de confort, una propiedad discreta un poco apartada de la ciudad. En su dormitorio, una joven pelirroja de belleza deslumbrante dormía plácidamente, desnuda bajo las sábanas.

^^^Alexander se acercó a ella con cuidado, cubriéndola con unas mantas ligeras para no interrumpir su sueño. La joven era una presencia constante en su vida, aunque él no permitía que nadie se convirtiera en una distracción. Su vida estaba llena de peligros y responsabilidades que no permitían margen de error.^^^

Después de asegurarse de que la joven estuviera cómoda, Alexander se dirigió al salón, sentándose en un sillón de cuero negro y marcó el número de su confidente, otro afroamericano, Richi lo llamaban.

— ¿Qué ha pasado, Cobra? —preguntó Richi al contestar, usando el apodo de Alexander.

...— Nada, hombre. Solo necesitaba escuchar tu voz melodiosa para no perder la cordura —respondió Alexander con una risa....

^^^— Ah, claro, porque mi voz es lo único que te mantiene cuerdo en ese manicomio que llamas vida.^^^

Ambos rieron, relajados en la comodidad de su camaradería. Hablaron de trivialidades, recordando viejas bromas y anécdotas.

Después de un rato, Alexander cambió de tono, volviéndose un poco seria.

^^^— Oye, hablando de anécdotas. Mi padre quiere que asista a este evento y, honestamente, estoy un poco nervioso. No me gusta andar a ciegas. ¿Podrías investigar está dirección a fondo?.^^^

percibiendo la seriedad en la voz de Alexander, dejó las bromas de lado.

^^^— Claro, Cobra. Me encargaré de eso ahora mismo y también veré si puedo descubrir quién es el organizador, sujetos, los cuáles asistirán al evento y cualquier otra cosa relevante.^^^

Alexander soltó un suspiro de alivio.

— Gracias, Richi. Sabía que podía contar contigo.

^^^— Siempre, hermano. Y no te preocupes, con mi toque mágico, tendrás toda la información que necesites antes de que puedas decir "manicomio".^^^

Ambos rieron nuevamente, pero la seriedad del asunto no se perdió en Richi. Sabía que cuando Alexander pedía algo, no era una mera sugerencia, sino una orden. Y él se aseguraría de cumplirla al pie de la letra.

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^^^Kona Aoi Wong, de 19 años, sabía de artes marciales gracias a su abuelo. En el oscuro y húmedo espacio estrecho donde la habían encerrado, después de torturarla, Kona se encontraba tratando de limpiarse las heridas con un paño húmedo. A pesar de estar bajo los efectos de una droga que la sumía en un estado de confusión y desesperación, no se rendía. Las cosas indescriptibles y horribles que pasaban cada día no lograban apagar su esperanza.^^^

Kona, con su cabello rubio teñido desordenado y su cuerpo magullado, reflejaba una determinación feroz. Aun con las marcas de la tortura visibles en su piel, sus ojos seguían brillando con una llama de lucha. Sabía que debía seguir adelante, no solo por ella, sino por aquellos que no podían defenderse. Las artes marciales que había aprendido de su abuelo no eran solo una forma de defensa física, sino también una fuente de disciplina mental y fuerza espiritual.

^^^En ese momento, mientras intentaba mitigar el dolor de sus heridas, su mente se llenaba de recuerdos de los entrenamientos con su abuelo, quien siempre le decía que la verdadera fuerza no se mide por la capacidad de causar daño, sino por la resistencia y la capacidad de proteger a los demás. Estos pensamientos le daban el valor para seguir adelante, incluso en las circunstancias más desesperadas.^^^

...[Kona Aoi Wong]...

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