Obsesiones que matan, enredos irreparables, lascivia, seducción, lujuria y sobre todo la pasión.
La vida la a golpeado de muchas maneras, principalmente con un matrimonio irremediablemente roto, ella, siendo una arquitecta de renombre y una diseñadora famosa, se adentra en el mundo de los negocios.
Creyendo que su vida no mejoraría más, su exesposo quien se desposo nuevamente con su amante, vuelve y pone su mundo de cabeza.
Y cuando todo no podía ser peor, un Coronel, un exnovio de años atrás quien se encuentra comprometido, se reencuentra con dicha mujer que le provoca de nuevo una obsesión que dañara a los que están a su alrededor.
Por eso, nadie sabía que los engaños fueran tan placenteros como lo que despertó en la fría Celine Blackwood y el indomable Coronel Alexander Morgan.
Después de todo, ¿Los amantes lograran tener su final feliz? ¿Podrán los Villanos de esta novela sobrevivir a las adversidades?
Trilogía "Hijos del Engaño"
Enemy to lovers.
Tomo 1
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Capítulo IX
El evento que todos esperaban, la fiesta donde todos aquellos miembros más importantes de la clase alta, asistían en conmemoración al nuevo hotel Wood que abría sus puertas al mundo entero.
La fiesta era refinada y elegante, los socios y otros que querrían formar parte de aquel festejo, no tardaron en hacer su aparición en la gala en sus limusinas y tomados del brazo de una linda mujer.
Todos reconocían el gran poder de los Blackwood quienes únicamente se mostraban los susodichos hermanos e hijos que eran un ejemplo a seguir por su posición en la milicia.
Trevor Blackwood el hermano mayor de cuatro tenía el puesto de un General y su famoso hermano Adam Blackwood siendo el capitán mejor calificado por su país. Ambos sementales acudieron con sus debidas esposas, una pelirroja y una morena con rasgos latinos que la hacían resaltar de las demás mujeres en el evento.
—Odio estos eventos
Se quejó el mayor de los hermanos al sentir como el moño en su cuello comenzaba a asfixiarlo.
—Tú hermana nos invitó Trevor, venir vestidos de esta manera es indispensable
—Entonces debí traer mi traje de la milicia
La pelirroja no dudo en azotar su mano con ligereza sobre el hombro de esposo ante tan artilugio. Con una sonrisa cómplice ambos soltaron una carcajada.
—¿Qué hice para merecer a una mujer tan cruelmente encantadora como tú?
—Bueno, solo robaste de rodillas millones de veces
Con una sonrisa en sus labios ambos conectaron sus labios con pasión, no les importaba si se encontraban en un lugar público donde sabían que había oídos por doquier, la pareja se vio interrumpida, con la llegada del otro matrimonio que apareció de entre la jauría de mujeres celosas que copiaban a los Blackwood aun si estos se encontraran con una sortija de oro en sus dedos.
—Valla, pero si es mi pareja favorita, como está mi querida cuñada
Alago Adam Blackwood con galantería beso el dorso de la mano de aquella pelirroja Amber de Blackwood sonrió con un poco de vergüenza ante tal acto de caballerosidad.
—Quieto renacuajo
La morena quien acompañaba a su esposo llevó un par de dedos a su boca queriendo evitar que su risa llegara a oídos de su indignado esposo quien llevaba su mano al pecho, como si este hubiera lanzado una flecha que se inserto en su corazón noble.
—¿Renacuajo? ¿Yo? ¿Tu adorado hermano menor? —Dijo con cierto resentimiento— Te has vuelto verdaderamente egocéntrico, querido hermano
—Cuido lo que es mío
La dos mujeres que se encontraban en medio de la batalla no hicieron más que sonreír sé en complicidad, puesto que aquel comportamiento tan infantil siempre era demostrado al reencontrarse como en esa ocasión.
—Amor, creo que deberías de dejar de provocar a mi cuñado
Sandra de Blackwood se interpuso entre su esposo y cuñados con elegancia y educación para así lograr llamar la atención de su adorado esposo.
—Me alegro de verlos a ambos, lucen verdaderamente iguales como la última vez que nos vimos —Menciono la morena con una sonrisa amigable y afectuosa.
—Lo mismo digo, querida cuñada —Hablo el mayor de los hermanos, repitiendo la misma acción caballerosa de su hermano quien abría los labios señalándolo con decoro.
Ambas damas soltaron esta vez una risa sonora ante las miradas retadoras de ambos esposos que comenzaron a retarse con esas miradas esmeraldas, no fue hasta que dejaron de pelear al verse interrumpidos por la llegada de su querida hermana Celine Blackwood.
Siendo la anfitriona del fabuloso evento apareció con un elegante vestido verde olivo ceñido a su figura llamando la atención de todos los varones que tenían la oportunidad verla con lujuria a excepción de sus hermanos, que la veían con admiración y cariño.
—No logro comprender como dos hermosas mujeres pudieron fijar sus humildes miradas en este par de tontos
Menciono una vez llegó hasta la posición donde ellos se encontraban, cerca de una de las mesas con aperitivos, ambas mujeres rieron con más fuerza al ver los rostros de indignación de los dos hermanos que se dirigieron hacia la castaña.
—Como puedes decir tal grosería, hermana
—Por eso mismo, por qué soy tu hermana –Peleo con Adam quien hizo un puchero y busco refugio con su querida esposa—Niño
Dijo lo último para después dirigirse a su hermano mayor quien sonrió con emoción, ambos se fundieron en un gran abrazo. Habían dejado de verse desde que sucedió lo del divorcio, además, de que ser el General abarcaba la mayoría de su tiempo.
—¿Cómo estás, mariposa? —La llamo por aquel apoyo afectuoso que únicamente su familia conocía.
—Demasiado bien, para ser verdad
—Por supuesto que deberías estar bien, después de todo, papá sigue cumpliendo tus caprichos —Comento Adam con cierto puchero
—No es mi culpa que papá, consienta a sus hijas en vez de un tirano como tú
—¿Tirano? Maldita mariposa presumida
—No me llames así, no tienes derecho
Ambos hermanos se vieron por un largo tiempo, hasta que ambos se fundieron en un largo abrazo.
—Me alegro de verte Celine
Entre risas y platicas, los hermanos Blackwood volvieron a ponerse al corriente de sus vidas, la felicidad invadió a la familia. Siendo vistos desde la lejanía John Mayers quien estaba con su esposa, una rubia sensual, la modelo Patricia Palmer, no apartaba sus ojos negros de aquella pequeña mujer castaña que portaba ese encantador vestido verde.
—Cariño, me traerías algo de beber
—Claro que si, mi reina
Dijo a la par que depositaba un beso en su mejilla y se dirigía hacia la mesa donde las copas con champaña se encontraban apiladas en un triángulo, tomó dos copas desde la parte superior y sin dejar de ver a dicha mujer se redirigió hacia su esposa.
La conversación de los Blackwood era muy animada, tanto que algunos comensales se sintieron contagiados por aquellas risas tan carismáticas.
Dejando a su familia, la anfitriona que participó en la construcción de dicho edificio, se despidió de su familia para proceder a saludar a los demás presentes. Camino entre la multitud con una sonrisa amigable, deteniéndose a hablar con un matrimonio famoso en los negocios, converso con ellos con naturalidad, un mesero paso por su lado ofreciendo una copa con champaña, ella y el matrimonio tomaron las copas y bebieron mientras volvían a platicar.
—Oh cariño, ahí está, ven, debes conocer a la persona que nos ara inmensamente felices...