El Prometido De La Amante De Mi Esposo

Matías

_ Lo lamento _ dijo mamá otra vez, mientras esperábamos _ los dos bajábamos por las escaleras, su dinosaurio se le cayó, quiso levantarlo, se resbaló y cuando intente sostenerlo ya estaba rodando…

_ no es tu culpa mamá, deja de disculparte

_ yo… No pude sostenerlo _ sollozo de nuevo _ ese maldito juguete _ gruñó, entrelace mi mano con la suya en respuesta y me miró

_ no digas eso del señor dinosaurio porque tu nieto no volverá a hablarte _ logré hacerla reír. En mi interior rogaba que saliera bien, porque de lo contrario mi madre no soportaría la culpa

_ ¿cómo está? _ gritó papá al llegar

_ lo están operando _ respondí y se sentó junto a mamá para abrazarla.

Los minutos me parecieron eternos. Vi el reflejo de Aldana en la puerta de quirófano, se detuvo varias veces a mirarme y cuando giraba hacia ella desaparecía.

Dos horas después salió el doctor a hasta nosotros, y nos levantamos con rapidez.

_ familiares de Mauricio Mantilla

_ soy el padre

_ la cirugía salió bien, ahora solo debe estar en observación varios días. Como le habrá explicado la doctora Aldana, hubo una fractura muy diminuta, sin embargo, fue suficiente para provocar un hematoma y debíamos drenarlo.

_ ¿mi nieto podrá moverse?

_ si señora. Los hematomas no son graves en cualquier parte del cuerpo, pero en cerebro son peligrosos. Generalmente, se pueden controlar con medicación. En caso de su nieto debimos drenarlo, ya que fue aumentando debido al compromiso de una pequeña arteria, por suerte el diagnóstico fue rápido y no le quedarán secuelas.

_ gracias _ exclamamos los tres al mismo tiempo. El doctor se alejó y abracé a mi madre. Levante mis ojos y Aldana Estaba allí, esta vez no se escondió. Me sonrió y luego se fue.

Horas después lo trasladaron a una habitación. Estaba dormido, lo mantendrían con suero, medicación para el dolor y antibiótico de forma preventiva, según me explicaron, llevaba una gran venda en la cabeza. Me quedé dormido en la silla junto a él, hasta que desperté porque sentí la presencia de alguien.

Aldana se había sentado en su cama y acariciaba el rostro de mi hijo, cuando quiso irse Mauricio giro y tomó su mano en sueños, solía hacerlo conmigo. Ella se arrodilló junto a su cama, para luego darle palmadas en la espalda.

Estuvo varios minutos así, hasta que mi hijo la soltó. Aldana se levantó del suelo con cuidado, lo cubrió un poco más y salió. Me puse de pie y la seguí hasta alcanzarla en el pasillo. Abracé su espalda, enredando mis brazos sobre su abdomen y se quedó quieta

_ Creí que estabas durmiendo _ murmuró

_ lo estaba hasta que un ángel llegó a despertarme _ respondí en su cuello la escuche reírse _ gracias por preocuparte por él.

_ es mi trabajo.

_ tu trabajo finalizó a las diez y tú no haces el turno noche.

_ parece que me descubrieron _ Giró hacia mí _ ve con tu hijo, no queremos que despierte y no te encuentre _ me dio un beso fugaz en los labios y se dirigió hacia el ascensor.

Estábamos en el tercer piso y ella trabajaba en planta baja, se tomó muchas molestias por mi hijo, por mí. La vi irse más seguro que nunca de mis sentimientos

La noche siguiente mamá trajo la cena para los tres. Aldana apareció nuevamente, justo cuando terminamos de hablar por videollamada con mi hermana Vanina.

_ buenas noches _ saludo al ingresar

_ buenas noches _ respondimos los cuatro al mismo tiempo. Mauricio solo la miraba sin hablar, hoy tenía el cabello suelto y su conjunto era verde oscuro, lleno de diminutos dinosaurios. Me reí ante lo obvio

_ ¿ya cenaste? _ preguntó

_ si doctora _ dijo mamá _ comió muy bien. Hijo nosotros nos iremos

_ Mati llámame si necesitas algo _ mencionó papá, beso a mi hijo _ ¡pórtate bien! ¡Y usted también señor dinosaurio! _ mis padres miraron a la doctora sonriente y luego a mí. No saben disimular, tampoco es que me importe, ya saben de lo nuestro _ Hasta luego doctora cuídelos por mí

_ ¡por supuesto! _ respondió, los dos salieron y nos quedamos solos en la habitación.

Aldana comenzó a hacerle varias preguntas, le pidió que moviera los pies y las manos. Escucho sus pulmones y por último reviso su herida y me la mostró, era diminuta en comparación a lo que esperaba, esa área estaba rapada, sería un problema cuando lo descubra

_ Te recuperarás muy pronto, mientras hagas caso a las enfermeras

_ si me portare bien

_ muy bien confío en su palabra señor Mauricio Mantilla, espero que no sea un mentiroso. Porque si me miente el señor dinosaurio me contará todo.

_ el señor.. dinosario _ se agachó antes de seguir _ dice que es bonita _ murmuró y luego se cubrió con la sabana. Aldana y yo nos reímos.

_ muchas gracias, señor dinosaurio

_ yo opino lo mismo que el dinosaurio _ afirmé y sus ojos se posaron en mí _ ¡eres hermosa! _ Mauricio se destapó y nos miró.

_ bueno, me iré a trabajar. Si me necesitas llámame tienes mi número.

_ si tengo tu número _ remarque

_ hasta luego _ dijo y salió. Camine hasta la cama y me acosté junto a Mauricio

_ ¿te gustaría que ella sea tu mami? _ le propuse

_ si _ contesto saltando en la cama, y lo obligue a sentarse _ Mauricio no puedes saltar _ lo regañe y se sentó. Iba a ser difícil mantenerlo quieto _ si esto se sale van a pincharse otra vez _ me refería al suero _ no quieres eso ¿o sí?

_ No _ se cubrió la boca con las manos _ ya tengo mami _ susurró.

_ sí, pero es un secreto. Primero debo convencerla de ser mi novia

_ shhh _ coloco el dedo en su boca _ secreto.

Los siguientes días Aldana siguió viniendo a verlo y mi hijo se encargó de conquistarla, era más experto que yo en la materia. Se arrojaba sobre ella y la besaba o abrazaba, en ningún momento lo rechazo. Para mí fue muy importante, porque era mi hijo y ella la mujer que quería.

Era viernes por la tarde, habían pasado dos semanas. Aldana acababa de revisarlo y de darle el alta. Mauricio fue al baño dejándonos solos, ya había ido hace unos minutos, era su excusa para dejarnos solos.

_ ¿puede empezar el jardín?

_ si puede, pero debe tener cuidado de no golpear su cabeza, si bien la lesión es diminuta, no ha cerrado en su totalidad. Ante cualquier signo como náuseas, vómitos, dolor intenso, perdida de conocimiento o perdida de sensibilidad deben venir o puedes llamarme, sobre todo si se golpea en el mismo lugar, no lo olvides _ me acerqué y coloco sus manos en mi pecho _ estamos hablando de Mauricio, es importante que escuches

_ ante cualquier problema te llamaré _ Uní nuestros labios, despacio, ella tomó mi rostro en sus manos y yo abracé su cintura. Cada día que la veía deseaba besarla, me había controlado lo suficiente. Seguí por su mejilla hasta su oreja y me alejo

_ Matías, el niño, nos puede ver _ controlando mis deseos, coloque mi frente en la suya y cerré los ojos

_ ¿Te gustaría cenar mañana con nosotros?

_ envíame la dirección _ dijo y la miré

_ yo vendré a buscarte, ¿qué te gustaría cenar?

_ Sorpréndeme _ iba a besarla de nuevo y entraron a la habitación.

_ ¡lo lamento! No sabía que estabas ocupado _ se excusó Samuel

_ no se preocupe, yo ya me iba, dile al niño que le dejo muchos besos _ mencionó antes de irse

_ Así que ¿es ella? _ preguntó Samuel

_ si _ conteste y sus ojos se posaron en mis pantalones

_ al parecer es una excelente doctora, ¡levanta hasta los muertos! _ dijo con sorna.

_ maldigo la hora en que te conté mi problema.

_ me alegro saber que todavía te sirve, pensé que solo la usarías para orinar hasta morirte

_ tío _ gritó mi hijo abriendo la puerta, muy enojado _ po tu culpa se fue mi mami _ gruñó yo me reí. Samuel no entendía nada.

Llegamos a casa, luego de cenar lo bañe y fue a la cama, me pidió que pusiera todos sus dinosaurios de peluche a su alrededor y durmió rodeado de ellos, lo protegerían para no caerse según su teoría.

Cuando lo bañe descubrió que le cortaron el cabello y estaba muy enojado por eso, dijo que no volvería a caerse, porque si no se quedaría pelado. En el hospital las enfermeras le lavaban la cabeza y no lo habían dejado tocarse

_ necesito hablar contigo _ menciono Samuel. Me había esperado en la sala

_ ¿de qué?

_ nos amenazaron con cerrar el hospital si no despedimos la doctora Aldana Miranda

_ ¿qué hiciste al respecto?

_ me negué a hacerlo, es de las mejores, por eso envié a los abogados y después de lo que vi en la mañana, entendí qué hice bien.

_ sí, como siempre, sabes qué hacer sin que te lo pida.

_ para eso me pagas.

_ esta semana quiero que terminemos con el hospital, debo regresar a la empresa con papá.