¡Casada Con Un Mafioso! ¡El Contrato!

Dean

Me levanto por la mañana con un poco de dolor de cabeza, tomo un medicamento y llamo a Anthony, que atiende en el segundo toque.

- Quiero que compre esa cafetería del centro.

- ¡Buenos días a ti también! - se queja.

- No estoy de humor ni de paciencia. Haz lo que te pido. La quiero para mí en una hora como máximo.

- ¿Algo más que pueda hacer por su excelencia? - Anthony ironiza.

- Cambia los empleados por uno de nuestra confianza. Deja solo los dos que te enviaré los nombres.

- ¿Pero por qué solo esos dos podrán quedarse allí trabajando? - Su curiosidad me irrita.

— ¿Qué tal si nos sentamos a tomar un té con un hermoso pedazo de pastel de fresas y luego nos pintamos las uñas y hablamos de alguna película romántica que está pasando? - hablo perdiendo la paciencia con el interrogatorio.

—¡Su grueso! —se queja.

Anthony cuelga justo después y yo voy a la ducha. Cada pedacito de mi cuerpo quiere sus manos, quiere su tacto. No sé por qué se convirtió en una obsesión para mí. Nunca he sido emocionalmente dependiente de nadie. ¿Quién es esa mujer que llegó a mi casa revolviendo mi psique?

En mi mente viene con toda fuerza la imagen de ella cuando pegué mis labios en su intimidad, cómo ella reaccionó aquello, su lindo gemido y su orgasmo en mi boca... Dulce.

Me excito de nuevo y esto está sucediendo mucho después de que se cayó en paracaídas en mi regazo. Me masturbó debajo de la ducha y trató de imaginarla en mi cama entregándose a mí.

Cuando termino, tomo mi baño más tranquilo e intento no pensar en ella nuevamente, en vano, ya que ella está sentada tomando desayuno y Jordan ya está saliendo.

— Voy a terminar de comprar las últimas cosas para la Navidad. De mañana en adelante será la decoración de ambiente y después las comidas. - Jordan habla y luego se despide - Te amo.

- Vamos. ¡Te amo! — Él sale después de abrazarme y yo la miro que ya está a mi espera ordenada.

- ¿Recuerdas lo que me prometiste? - Pregunta.

Me levanto yendo hacia ella, que se levanta rápidamente, ya cerca de ella, acerco mi cara a de ella.

—¡Recuerdo hasta el gusto que tienes! —pasó un dedo en la esquina de mi boca al recordar la sensación.

—No fue por mi voluntad... me tomaste por sorpresa.

- ¿Sabes que después de la boda lo que hice ayer va a ser más frecuente, no? ¡Después de todo seremos casados!

—¿Puedes no recordármelo? —Suspira frustrada.

— Después del Año Nuevo ya no tendrás tanto tiempo para aceptar... Piensa en ello. Te voy a dejar en nuestra habitación de preferencia, en nuestra cama. —Sonrisa—

En cuanto a tu primera vez, prometo ser paciente y cuidadoso. Te daré la mejor experiencia posible.

- Igual prometió dejarme volver a trabajar y aquí estoy yo... - desafía, y yo sonrío mirándola a los ojos.

- Te dejaré allí en cuanto tome un café. Pero tienes que elegir un turno. Ni siquiera tienes que trabajar, mucho menos trabajar tantas horas.

- No me gusta estar parada. Trabajar me ayuda a despejar la mente. - argumenta.

- Mi trabajo es diferente... —Me encojo de hombros.

- ¿Eso es realmente necesario? ¡Me parece una exageración! - Hazel se refiere a los guardias que nos siguen en el camino.

- ¡Sí, es necesario! ¿No puedo dejarte desprotegida, qué buen novio sería yo en dejar a mi joven y hermosa novia sola por ahí?

- Lo que sea... - responde desinteresada.

- ¿Ella está visiblemente molesta, entonces ella realmente planeaba algo? ¡No voy a dar ese mole! —pienso.

Llegamos a la cafetería y ella sale rápido del auto. Apenas me di cuenta de que yo también estoy entrando a la cafetería siguiéndola. Hasta que veo a sus dos amigos ir hacia ella y abrazarla, ver a ese hombre abrazando a mi esposa hace que mis celos exploten como fuegos artificiales.

—¡Creo que es mejor que te alejes de ella si no quieres que te rompa los brazos! — habló rudo y ella me mira enojada.

- ¡Dean! Este es Austin, mi mejor amigo, y Lindsay, también mi mejor amiga. No lastimes a mis amigos.

- ¿Quién es él, Hazel? ¿Por qué estás hablando como si fuera tu dueño? —El tal Austin pregunta encarando a Hazel.

—¡Porque lo soy! —lo miró a los ojos sin parpadear y sin perder el contacto hasta que él la mira.

— ¡Usted tendrá que ir a Recursos Humanos! Usted ha faltado por unos días y ahora la cafetería está bajo una nueva dirección. Aún no sabemos quién es el nuevo dueño, pues me dijeron que se iban a presentar hasta el mediodía. - Comenzó a reír fuerte otra vez, él me mira confundido —¿Por qué se ríe? ¿Dije algo gracioso?

— ¡Reúne a todos los empleados y diles que Hazel es la nueva dueña y decidirá todo por aquí a partir de ahora! — Ella me mira sin entender nada y yo completo —. Vas a comandar esto aquí para mí.

- Entonces fuiste tú quien movió el cuadro de... ¿Empleados? Vi que no son los mismos que trabajaban aquí. ¿Compraste el lugar donde trabajo para poder controlarme? —Ahora casi sueltas chispas por los ojos.

—¡Entiende cómo quieras! —Me encojo de hombros. - Hoy voy a trabajar desde aquí. Quiero que me atiendas en la sala Vip.

- ¿Alguien puede explicarme algo que esté más perdido que ciego en un tiroteo? - Su otra amiga se mete en la conversación.

- ¡Yo también quiero entender algo aquí, Lind! - Austin habla mirando Hazel.

— ¡Estoy seguro de que no les pagan para quedarse aquí preguntándose sobre la vida de sus jefes! - Miran a Hazel, pero yo me pongo entre ellos y digo - Llévame a la mejor zona VIP de este lugar.

- ¡Por aquí, señor Evil! - Hazel habla entre dientes y me conduce hasta un área con vidrios oscuros y mayor privacidad.

Cuando ella hace mención de salir, tiro de su brazo y regazo nuestros cuerpos, besándola enseguida. Ella no rechaza el beso, pero tampoco responde. Así que paró el beso, la miro limpiando el canto de la boca.

— ¡Tomaré un café con leche y vainilla suave con una ligera pizca de canela sin azúcar! - Coloco mi maletín que está con mi laptop en la mesa y me siento.

- ¡Sí, señor Evil! - ella sale de la sala con tanto odio, que siento ganas de reír, pero me seguro.

Mientras tanto, en la cocina...

- ¿Te forzó a hacer algo que no quieres hacer en una habitación? - Austin pregunta, y Hazel lo niega.

- ¡Podemos llamar a la policía! - Lindsay concluye.

— Él no me forzó... ¡Aún no! —ella explica—. Y no puedo llamar a la policía, tiene un contrato y en él está escrito que mis padres van... Perder ambas piernas si no me caso con él.

— Que encuentren la forma de pagar la deuda. ¿Ahora vas a tener que estar con alguien que no amas para salvarlos de una mierda en la que ellos mismos se metieron? — Austin habla con valentía.

- Con esa última actitud de él, no veo mucha salida para mí. Él es demasiado poderoso.

Hazel trae mi café, pero sigue en modo automático.

- Su café, señor Evil - Levanto mi mirada encontrando a los de la morena, que ahora me parecen tristes.

- ¡Espera! Regresa aquí - ella regresa - ¿Qué me recomendarías para comer?

- ¿Esto es serio? - Me pregunta con las cejas juntas, mientras que yo la veo empezando a enojarse.

- Tenemos pastel de fresa con crema batida, baffles con sirope de caramelo y plátano flameado, también tenemos cupcakes.

- ¿Cuál es tu favorito? —te pregunté tomándola por sorpresa. - Haz lo siguiente, tráeme tu favorito.

- Vuelvo en unos minutos - ella habla y sale, sin prestarme ninguna atención.