Desde antes de nacer mi cruel destino estaba escrito, soy Lucía Rivas única hija de María de Rivas, desde que mi mamá supo que vendría al mundo me odio, yo le recordaba su tragedia, yo era el fruto de una violación, debido a eso mi vida siempre ha sido un infierno, pero algún día vengare todo mi sufrimiento y ni siquiera mi madre se salvará del infierno que desatare en la tierra...
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Capitulo X Las órdenes de Laureano
Las semanas pasaron y Laureano salió del hospital, una vez en casa pidió que la familia se reuniera, pues él tenía un anuncio que hacer, Carolina aún no estaba feliz de que su esposo tuviera una hija y menos de que esa hija tuviera un hijo de Mauricio, la reunión estuvo pautada para las cuatro de la tarde y Lucia estaba invitada a formar parte de ella.
Desde ese día que Lucia había echado a Mauricio de su habitación ellos no habían vuelto a verse, ya que cada vez que él iba por Diego Lucia se encerraba en su habitación y no salía hasta que esté se marchaba, así que el día de hoy se verían después de un mes.
— Lucía hija te ves hermosa, ya no pareces la niña asustada de antes. — Dijo Ana mirando a la muchacha de pie a cabeza.
— Esa es la idea Ana, no quiero parecer más una niña desprotegida a la que pueden humillar, además soy hija de Laureano Lombardi y él es un hombre de carácter. — Dijo Lucia mientras retocaba su maquillaje.
Lucía se veía realmente hermosa, estaba usando un vestido color crema ceñido en la parte de arriba con un escote en V en la parte delantera y un poco suelto de la cintura para abajo, cayendo en elegantes plises hasta las rodillas y para completar un cinturón dorado, los zapatos eran negros con tacón de aguja, su cabello lo llevaba suelto en ondas y un maquillaje casual, realmente se veía hermosa y ahora parecía toda una mujer decidida, no cabía dudas que Mauricio moriría por ella.
Eran las tres de la tarde así que Lucia tenía el tiempo exacto para llegar a la mansión Lombardi, se despidió de Ana y de su hijo.
— Ana por nada del mundo salgan del apartamento y mucho menos le abras la puerta a nadie, sabes cuál es la situación y no queremos que algo malo pase. — Recordó Lucia a Ana.
Después de despedirse y dejar instrucciones precisas Lucia salió del apartamento, atrapando las miradas de los inquilinos que vivían en el edificio, un auto negro y de lujo la estaba esperando, el chófer abrió la puerta para ella, subiendo de manera elegante, faltaban cinco minutos para las cuatro de la tarde cuando Lucia llegó, su papá siempre le decía que llegar a tiempo era llegar antes de la hora pautada y ella trataba de aplicar este consejo, cuando el ama de llaves la anunció Laureano pidió que la hicieran pasar de inmediato y que de ahora en adelante ella no necesitaba anunciarse para entrar en esta casa, está orden no le gusto mucho a Carolina quien frunció el ceño ligeramente.
Mauricio estaba concentrado en su teléfono cuando Lucia entro a la habitación, el silencio se hizo presente hasta que la muchacha hablo.
— Buenas tardes a todos los presentes. —Lucía camino hasta llegar a Laureano, se inclinó un poco para darle un beso en la frente.
— Bueno verlo en casa papá.
Mauricio levantó la mirada ante aquellas palabras, encontrándose con la imagen más hermosa que jamás había visto, él sabía que Lucia era hermosa, pero especialmente hoy se veía deslumbrante.
— Gracias princesa, te ves hermosa, eres como un ángel, el idiota del papá de tu hijo debe ser un ciego para dejarte ir.
Laureano sabía que Mauricio era el padre de Diego, solo dijo eso para molestar y ver la expresión de su hijo.
— No vale la pena mencionar eso papá, más bien dígame cómo se siente?. — Dijo la muchacha cambiando el tema.
— Pero antes por favor toma asiento aquí a mi lado. Laureano le hizo señas para qué se sentará a su lado.
— Gracias papá, usted siempre será tan caballero.
Lucía se sentó con elegancia y tomo las manos de su padre.
— Yo estoy bien cariño, pienso que en unos días podré volver a mi trabajo. — Dijo el hombre riendo.
— Ni lo pienses!, tú ahora vas a descansar y que Mauricio se haga cargo de la empresa.— Dijo Carolina irritada.
— Así es padre, usted debe descansar igual, su hijo puede hacerse cargo de la empresa.— Regaño Lucia a su padre.
— Mauricio no puede ni hacerse cargo de su vida, mucho menos de la empresa, pero en fin hablemos de las razones para esta reunión. — Dijo Laureano señalando las sillas para que todos tomarán asiento frente a él.
Carolina y Mauricio que se encontraban de pie procedieron a sentarse, Mauricio no le quitaba la vista de encima a Lucía, estaba embobado con ella y por su mente pasaban tantas cosas que le gustaría hacerle.
— Bien! ya para ustedes no es un secreto que Lucia es mi hija, y antes de que pregunten si, ya nos hicimos las pruebas de ADN y arrojaron que soy el papá de esta hermosa dama. — Dijo Laureano mirando con admiración a su hija.
— Desde cuándo sabes de ella?. — Pregunto Carolina molesta.
— Eso no tiene importancia, pero para satisfacer tu curiosidad supe de ella hace aproximadamente siete años, cuando tuvo que salir huyendo del país porque un inmaduro muchacho la tenía secuestrada. — Explico Laureano.
Mauricio enterró su mirada en el piso, pues quedó expuesto ante los ojos de su mamá y de su papá, Carolina miró furiosa a Mauricio, ella no podía creer que su hijo hiciera algo tan nieto, ya que
— Bueno, tampoco es un secreto que Diego es nuestro nieto, ya que es hijo de Mauricio, él fue ese imbécil que secuestro a Lucia, pero bueno no vale la pena remover ese asunto, lo importante aquí es que Lucia es mi hija y como tal también tiene derecho a mi fortuna, por tanto, ella junto a Mauricio se harán cargo de la empresa.
—¿Qué? Eso no pasará, ella no tiene ni idea de lo que es diseño de modas, además Mauricio puede solo. — Replicó Carolina furiosa.
— Estás equivocada Carolina, Lucia es prácticamente una diseñadora y para tu información ella trabajaba en una de las mejores agencias de moda de Europa, en cuanto a sus estudios solo le faltan dos semestres para terminar la carrera y eso lo hará aquí en el país, esta es mi decisión y no hay vuelta atrás, así que los tres se sujetarán a lo que yo decida.
Esto no estaba en los planes de Lucía, ella no quería quedarse en este país, pero en la situación de salud de su papá no podía rechazar sus órdenes, ella simplemente se quedó callada con la mirada puesta en Mauricio y un odio naciente en su corazón.
ahora sale como una loca sola
no me gusta cuando se van haci sin averiguar nada