Cómo es qué el amor tierno y sincero de un hombre puede trastornar tanto la vida de una mujer, que quisieras morir de tristeza cuando lo pierdes.
Está es la historia de Cloe y Marcus un mafioso que llegó a enamorarse hasta los huesos de aquella compañera de clases, que le ha enseñado el verdadero significado del amor y la lealtad y es capaz de sacrificar su libertad por mantenerla a salvó de las garras de su tío, el cual se ha empeñado en quitarlo de su camino sin importar lo que tenga que hacer para mantener su imperio en Italia incluso ha recurrido a desempolvar los recuerdos del pasado para hacer regresar a Marcus y obligarlo a entregarle su puesto como el jefe de la mafia Italiana.
Cloe será capaz de perdonar a Marcus al sentirse traicionada después de haberle jurado lealtad y amor eterno.
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#10 RECUERDOS DE UN AMOR.
Cloe sonrió al ver aquella actitud de Marcus pues se había dado cuenta de que se había puesto celoso de sus hombres.
¡Tranquilo galán solo tengo ojos para ti!
Dijo Cloe sonriendo mientras disfrutaba del cálido abrazo de Marcus.
Lo siento mucho Cloe, pero te quiero solo para mí, acaso eso malo?
Pregunto Marcus mientras giraba el cuerpo de Cloe para verla directamente a los ojos.
Por supuesto que no, creo que es normal yo también me pongo celosa al ver la forma en la que las mujeres te desnudan cuando te ven pasar por cualquier lugar y también te quiero solo para mí Marcus, tu eres mío y yo soy tuya le respondió mientras le daba un tierno beso en la comisura de los labios.
Ambos siguieron caminando por un largo pasillo el cuello los llevaría al salón de tiro.
Cloe no tenía idea de lo que iba a pasar en ese lugar asi que solo siguió las órdenes de Marcus el cual no le quitaba la vista de encima al ver que esta se quitó la sudadera que cubría su perfecto cuerpo dejando a la vista su desnuda piel pues Cloe había escogido un diminuto top que cubría sus generosos pechos.
Esa imagen encendió los bajos instintos del hombre el cual comenzó a imaginar miles de formas en las que haría suya a esa jovencita cuando fuera el momento exacto.
Marcus se aclaró la garganta mientras imitaba a Cloe al quitarse la gabardina que traía encima y debajo de esta resaltaba inmediatamente los perfectos pectorales de aquel hombre pues era más que evidente que se ejercitaba bastante, Cloe sintió que sus mejillas cambiaban de color al ver semejante adonis el cual tenía un cuerpo de infarto y ella sí que no perdió la oportunidad de acercarse a él y besarlo apasionadamente era suyo y no tenía la menor intención de quedarse con las ganas de saborear cada parte de su cuerpo cada vez que se diera la oportunidad tal vez no lo pueda llevar a la cama en esos momentos pero si estaba dispuesta a disfrutar de todo lo que él era.
Marcus correspondió aquel beso pues su temperamento estaba igual de encendido que el de Cloe y solo se dejó llevar por ella, su excitación era más que evidente y Cloe pudo sentirlo de inmediato, quería poseerlo en ese instante pero sabía que no era el momento ni el lugar asi que trato de alejarse un poco de él para continuar con los planes.
Lo siento mucho guapo, pero este no es el momento!
Lo sé, respondió Marcus tratando de ocultar su tan evidente excitación.
Sabías que puedes matarme si me dejás así?.
Dijo Marcus con una sonrisa pícara en su hermoso rostro.
Jajajaja
Nadie se a muerto por una excitación cariño y eso lo sabemos los dos, respondió Cloe mientras sacaba sus armas de su mochila dándole a entender que iba en serio lo de su entrenamiento.
Marcus entendió la indirecta y se puso serio nadie mejor que él sabía que para ese tipo de entrenamiento se tiene que tener la mente fría y siempre concentrado en lo que estás haciendo pues la mente se conecta con las manos y la vista el arma se vuelve casi una extensión más de tu cuerpo y están tan sincronizados que ambos funcionan casi por instinto.
Marcus camino hacia las marionetas para poner las hojas de tiro al blanco, Cloe lo veía y parecía otra persona con esa seriedad que lo distinguía de los demás chicos se tomaba las cosas tan en serio que le daba miedo esa personalidad.
Marcus le explicó a detalle las partes del arma que Cloe había comprado y también le dijo que era muy pesada para ella, pero que si era lo que ella quería la podía dominar en muy poco tiempo. Después de esa clase prosiguieron a disparar el arma lo que Marcus no sabía era que alguna vez Cloe entreno tiro con arco así que tenía muy buena visión y tenía un poco desarrollado el sentido de la vista pues al primer disparo dio directo al corazón de su marioneta.
Dando brincos celebró su tan atinada puntería corrió hacia Marcus y de un salto se colgó de su cuello enganchándose con sus piernas al rededor de las caderas de musculoso hombre. No cabía duda que esa mujer lo hacía experimentar un sin fin de emociones en tan poco tiempo, pero lo disfrutaba y veía otro tipo de vida una que él jamás había visto.
Por instinto sujeto las prominentes caderas de Cloe para evitar que está se resbalara.
Jajajaja
No andas nada perdido galán, dijo Cloe mientras lo besaba la química entre ellos dos era tan natural que no tenían que esforzarse para adaptarse el uno con el otro.
Marcus caminó hacia una de las paredes de aquel gran salón y acorraló el cuerpo de Cloe con el suyo haciéndola suspirar al sentirlo tan cerca de ella sus cuerpos estaban en la posición perfecta y se dejaron llevar por la pasión entre caricias y besos subidos de tono pues Marcus sujeto uno de sus pechos con su mano mientras que apretaba su cuerpo contra la pared.
Cloe quería más, y de no ser porque había más personas en aquel lugar hubiera dado el siguiente paso, afortunadamente para ella el celular de Marcus sonó cortando toda inspiración por parte de los dos.
Jajaja
¿Creó que es una señal divina para detenernos no crees galán?
Marcus se enfureció al instante al ser interrumpidos en ese preciso momento en el que estaban disfrutando de otro tipo de entrenamiento.
¿Acaso no vas a responder?
Pregunto Cloe bastante curiosa mientras trataba de bajar las piernas de las caderas de Marcus pero este se resistía a separarse de ella.
Marcus sacó de su bolsillo su celular y al mirar la pantalla se dio cuenta de que tenía una llamada perdida de un teléfono desconocido, Marcus recordó que tenía negocios que atender si quería destituir a Alessandro así que regreso a su cruel realidad en la que sus momentos más felices son cuando estaba a lado de Cloe.
Estaba a punto de recibir un embarque de armas que le fue confiscado a su tío en una embarcación clandestina, el simple hecho de imaginarse la rabieta que hará su tío le hacía sentir una tremenda satisfacción, será uno de tantos golpes que le dará a su tío antes de regresar a Italia y con esto le robará a los compradores a los que les vendería dicho cargamento vendiéndolo a un precio un poco más elevado que el de Alessandro.
Ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón, pensó en aquel viejo dicho que solía decir su padre era una lástima que él no lo aplicará con su hermano.
Marcus decidió continuar con el entrenamiento y se dio cuenta de que Cloe era una tiradora nata pues sus tiros eran perfectos pues iban directo al corazón o a la cabeza asi que no tuvo que enseñarle mucho pues ella se adaptó de inmediato a su arma a pesar de ser un arma muy pesada para una mujer.
Los días transcurrieron y sus entrenamientos cambiaron de tiro al blanco a peleas de alto impacto, pero como Cloe ya lo había dicho una vez ella entrenó artes marciales así que les estaba dando una paliza a los hombres de Marcus los cuales estaban sorprendidos al ver lo fuerte que golpeaba aquella mujer tan pequeña pues era muy fuerte además de ágil.