Phoebe es obligada por su padre a casarse con un frío y anciano hombre por dinero.
En tanto que el terminó comprando una esposa, y aunque esta le reclamara que fue obligada, el alega que nunca le puso un arma encima para aceptar.
Siendo ese el caso, donde su relación con una enorme diferencia de poder y edad prevalece por lo alto, donde deberá acostumbrarse a su nueva vida, ¿Podrá ella encontrar la felicidad?
¿Podrá su corazón al final sentir amor?
O la vida, caprichosa por naturaleza, al igual que el destino, ¿Le deparará algo más que moverá su mundo de pies a cabeza?
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La viuda de Della Giovanna.
Carlota miraba a Phoebe acomodarse frente al espejo.
— No está cumpliendo la última voluntad del señor. Él no quería que vistiera de negro dijo Carlota muy seria.
— Ya bastante hablaran, como para encima presentarme vestida de un color extravagante. Además, el negro hace juego con mi estado de ánimo.
— No ha dormido ni comido, no sé por qué se castiga así.
— No me castigo, estoy bien dijo Phoebe colocándose el sombrero con un pequeño velo negro que cubria su rostro.
Phoebe escuchaba el sermón del sacerdote, muchas personas se habían acercado a despedir a Ángelo. En todo momento Phoebe estuvo acompañada por Carlota y Aurelio Benini el abogado de Ángelo. Phoebe había perdido la noción de la cantidad de manos que había estrechado, de condolencias que había aceptado.
A varios metros de ahí, se encontraba Benicio vestido de negro no porque le guardará luto, sino porque no quería llamar la atención observaba la escena. Aunque los últimos meses le había dado varias estocadas a Ángelo Della Giovanna, no había podido arruinarlo. Benicio pasó su mirada por cada uno de los asistentes. Cuando finalmente se fijó en Phoebe, representaba muy bien su papel de viuda doliente. La muy zorra seguramente estaría contando los billetes.
— Disfruta mientras puedas Phoebe, porque te dejaré en la ruina murmuró, Benicio colocándose sus anteojos de sol. Estaba a punto de irse cuando algo llamo su atención.
La ceremonia estaba a punto de terminar cuando Phoebe comenzó a escuchar murmullos a su alrededor, ella levantó la vista. Una mujer vestida de rojo avanzaba por el pasillo, con una botella de champaña.
— No quería perderme el último adiós de Ángelo, brindó porque te pudras en el infierno grito Beata. Indignada por semejante falta de respeto Phoebe se puso de pie
— Señora, retírese inmediatamente respeté la memoria de mi esposo dijo Phoebe. A metros de ahí Benicio maldecía una y otra vez, tomó su teléfono y llamó al chófer de su madre ordenándole que la sacara de ahí inmediatamente.
— Conmigo no, tu personaje de viuda a mí no me impresiona, solo eres la puta que calentó la cama de un viejo moribundo, la única mujer de Ángelo fui yo grito Beata provocando que Phoebe en un ataque de rabia la abofeteara.
— Phoebe no dijo Aurelio, temiendo las represalias de Benicio.
— Saquen a esta mujer de aquí dijo Phoebe. Unos custodios se acercaron y la sacaron de ahí.
El chófer interfiriendo con los custodios para que soltaran a Beata y llevársela de ahí.
Benicio apretaba sus puños con fuerza, no podía creer que Phoebe se hubiera atrevido a golpear a su madre, y ordenar que la sacaran de ahí como si fuera una delincuente.
Aurelio sacó a Phoebe del cementerio en compañía de Carlota.
— ¿Quién era esa mujer? ¿Era la amante de Ángelo?, pregunto ella mirando a Aurelio.
— Por supuesto que no, Ángelo no te fue infiel. Tú eres su esposa, no debes preocuparte por lo que dijo. Beata estaba alcoholizada dijo Aurelio.
— Beata ¿ la conoces?, pregunto ella. Aurelio suspiro, sabía que Ángelo no le había hablado a Phoebe de Beata ni de su hijo.
— Sí, Beata es la exesposa de Ángelo, pasaron más de veinte años no debes preocuparte dijo Aurelio. Me ocuparé de la prensa intentaré que el desastre no escale dijo Aurelio. Aunque conociendo a Benicio él estaría haciendo lo mismo.
Carlota por favor ocúpese de que se alimente y descanse. Te vendré a ver mañana dijo Aurelio.
— Está bien, te veré mañana. Gracias estaria perdida si no fuera por ti.Carlota acompaña a Aurelio dijo.
Phoebe se puso de pie y se dirigió a su habitación mientras Aurelio se dirigía a la puerta.
— No la dejes sola, pídele a los custodios que refuercen la seguridad. No me extrañaría que Benicio viniera a reclamar por lo ocurrido esta tarde. ¿Su familia se ha comunicado?, pregunto Aurelio.
— Sí está mañana, no se lo he dicho pero no podre ocultárselo por mucho tiempo dijo Carlota, preocupada por el futuro de Phoebe.
— Cualquier inconveniente, me llamas no importa la hora dijo Aurelio.
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Benicio Fiorelli paró el coche frente a la puerta de su casa y se sintió enormemente aliviado. Escaleras arriba, lo esperaba el ama de llaves, habló con ella brevemente y entró a la inmensa mansión que era el hogar de su madre, su lugar preferido en el mundo.
Benicio se sirvió una copa y fue a la terraza desde la que se veía el lago su madre aún no había llegado. Aquello hizo que Benicio apretara las mandíbulas. ¿Por qué se había rebajado a ir a ese lugar?. Se terminó la copa que se había servido y volvió al interior de la casa. En aquel momento, oyó voces, más bien gritos, y vio entrar a su madre.
— Benicio, hijo no esperaba verte aquí dijo Beata.
— Yo no esperaba verte en el funeral de Ángelo, ¿cómo has podido hacer eso?, te expones y me expones. Debemos cuidar nuestra imagen dijo Benicio.
— Tenía que desahogarme no es justo lo que nos ha hecho. Y ahora esa puta se quedará con todo lo que nos pertenece dijo Beata molesta.
— No me importa,¿es que a caso te hago faltar algo?, mamá tú cuidaste de mí y ahora me toca a mí. No quiero que te vuelvas acercar a esa mujer, no puedes rebajarte a eso dijo Benicio.
— Ese dinero te pertenece, pasamos privaciones por culpa de tu padre, no es justo que ella se quede con todo dijo Beata con vehemencia.
— No quiero el dinero de Ángelo, dijo Benicio provocando la ira de su madre.
— Benicio es tu...
— No y es mi última palabra. Deja ya ese tema y deja de tomar te hará daño. Porque no te vas de viaje unas semanas, puedes ir de compras, visitar uno de esos spas que tanto disfrutas dijo él mirando con dulzura a su madre.
— ¿Quieres librarte de mí ?, pregunto Beata.
— No, solo quiero verte sonreír y disfrutar de todo lo que tenemos dijo Benicio.
Beata abrazo a su hijo y cedió solo de momento conocía la terquedad de Benicio.
Esa noche mientras trabajaba en un nuevo contrato, Benicio observó la fotografía de su madre.
Ella se había sacrificado mucho porque el tuviera una vida con todas las comodidades, para que pudiera estudiar en el extranjero, se había casado con un hombre que la maltrato y humillo todo para que a él no le faltara nada. Durante meses había visto llorar a su madre, por el abandono de su padre
El sonido de la llegada de un correo, lo saco de sus pensamientos al abrirlo lo primero que vio fue la foto de Phoebe abofeteando a su madre, luego otra de los guardias sacando a su madre. Haría lo mismo con ella juro él.
Esa noche Phoebe no podía dormir, Carlota le había preparado otra habitación. Se levantó se colocó la bata y empezó a caminar, llegó hasta la puerta de la habitación que había compartido con Ángelo. Si bien en un principio su matrimonio ella lo consideró una pesadilla, hoy se daba cuenta de que había sido una buena época y que aunque en un principio se habían llevado mal. Hoy su ausencia dolía mucho. Al mirar la habitación vacía se dio cuenta de que otra vez estaba sola.
Al día siguiente Aurelio regreso a visitar a Phoebe.
— Comenzaré los preparativos en quince días, según los deseos de Ángelo.
— Por mí está bien dijo Phoebe sin entusiasmo.
— Haremos la lectura en el castillo de Francia, porque no te vas a descansar allí, tendrás más privacidad. Aquí no puedes salir ni al jardín dijo Aurelio aunque ese no era el motivo principal por el cual quería que ella se fuera, de buena fuente sabia que Peter Braun y su esposa estaban volando en ese momento a Italia.
— Es justo lo que él señor le dijo que se tomara unos días fuera de aquí le recordó Carlota.
—¡Irme de viaje ahora!, exclamó Phoebe contrariada, si bien era cierto que la prensa estaba sobre ella. No quería irse del lugar que consideraba su hogar.
—Señora le hará bien, podrá pasear por los jardines dijo Carlota.
— Suena agradable, está bien exclamó Phoebe.
— Me ocuparé de todo para tu viaje, has tomado una buena decisión dijo Aurelio, poniéndose de pie para dirigirse a la oficina de Ángelo y organizar todos los preparativos. Carlota venga conmigo procura que tenga todo listo para que se vaya esta misma tarde, envía a alguna de las empleadas de confianza, pero nadie puede saber dónde irá. Su familia está viniendo dijo Aurelio.
— Cómo ordené, dijo Carlota.
Phoebe observaba a Carlota preparar sus maletas, dejo el periódico que había estado leyendo donde hablaban del incidente del funeral, no pudo evitar ver que verdaderamente esa mujer y ella se parecían.
— ¿Quiere que aproveche su ausencia para sacar las cosas del señor Ángelo?, pregunto Carlota.
— No, no quites nada. Quiero que todo permanezca tal y como esta dijo Phoebe tomando el libro que le había estado leyendo a Ángelo un dia antes de su muerte.
— Cómo ordené dijo Carlota.
Esa tarde Phoebe emprendió el viaje a Francia.
Al día siguiente Carlota recibía a Peter Braun y su esposa.
— ¿Dónde se encuentra mi hija?, pregunto Peter.
— La señora se fue de viaje, la empleada los llevará a su dormitorio dijo Carlota.
— ¿Dónde está?¿ cuando regresa?, pregunto Martha.
— No sabría decirle, supongo regresará para la lectura del testamento en quince días dijo Carlota...