Maya Smith ha vivido un infierno desde que su madre falleció. Su padre la obliga a casarse en busca de beneficios monetarios. Maya se resiste y quiere ser libre, por lo que en una subasta de autos, dónde todos van con máscaras, le propone a un hombre que se casen.
Pero todo cambia cuando descubre que su vecino ahora es su esposo.
Hugo Moore, siempre ha estado enamorado de ella, y desde ese día decidió que Maya sería su esposa.
Aunque al principio ella lo pida, la vida los ha unido. ¿Podrán superar las diferencias y ser felices? ¿Podrá ella amarlo como él la ama?
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Quiero a Maya no a Ava
Maya llamó a su amiga, ya que aún tampoco tenía noticias de ella.
- ¿Hola? - respondió una Brisa adormilada
- ¿Estás bien? ¿Dónde estás? -
- En mi casa, bueno creo - Brisa abrió sus ojos, puesto que aún estaba durmiendo y enfocó su vista - Si, me parece que es mi habitación
- ¿Cuánto tomaste anoche Brisa? -
- No lo sé, ni siquiera recuerdo cómo llegué ¿y tú?
- Demonios, estamos es grave amiga porque estoy igual ni siquiera sé cómo llegué
- Bien, mientras nuestras amigas estén sin dolor, quiere decir que no hicimos nada grave - bromeo Brisa
- Ridícula - Maya se rio - Yo no tuve sexo anoche, de eso estoy segura tampoco soy tan loca para andar abriendo mis piernas a cualquiera por ahí, cuido muy bien a mi amiga de abajo y solo uno será el privilegiado de conocerla.
- ja, ja, ja - Brisa se rio a carcajadas - Pero ni siquiera recordamos como llegamos
- eso es otra cosa, hablamos luego para que sigas durmiendo
- gracias Maya, eso haré no tengas dudas. - dicho eso Brisa finalizó la llamada.
Maya se levantó, fue al baño y después de darse un largo baño, se vistió con ropa cómoda para estar en casa, pues no planeaba salir. Busco su bolso y lo encontró en la mesa que estaba al lado de la cama. Al revisarlo, tenía un certificado de matrimonio, eso hizo que ella sonriera
- No obtendrás lo que quieres papá - se dijo para si misma
Lo leyó con cuidado, ya que quería saber la identidad del misterioso hombre. Pero su decepción fue grande al ver que solo tenía los nombres sin el apellido. Igualmente estaban los datos de ella, pero sin el apellido. Aún así no le tomo importancia, ya que lo único que le importaba era que estaba casada.
- Así que te llamas Hugo - Sonrió al recordar al guapísimo hombre enmascarado. - Espero que nos volvamos a ver
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Una nueva semana llegó, ambas amigas estaban en la agencia de modelaje. Benjamín se les acercó para anunciarles una buena noticia.
- Niñas, vengan les tengo que decir algo
- ¿Que pasa Benja? - Pregunto Brisa
- El señor Ruiz las tiene en la mira, así que posiblemente ustedes sean las elegidas para el desfile de ropa que su marca estará lanzando.
- ¡Wow! ¿De verdad? - Brisa estaba encantada
- No te alegres tanto Brisa - Maya le dió un codazo
- ¿Que pasa Maya? ¿No te alegras? - Pregunto Benjamín
- Benjamín sabes que no me gusta trabajar con ese señor y si yo seré la elegida, uff
- Maya te entiendo, pero tranquila sabes que siempre velare por tú protección, para ambas - Benjamín conocía muy bien los cuentos que decían de Manolo Ruiz - además en el contrato me encargaré que quede estipulado que si en algún momento son acosadas sexualmente, queda anulado y con una inseminación de parte de empresas Ruiz.
- Gracias Benjamín - Maya agradeció de corazón
- Así que no hay de que preocuparse amiga
- Por hoy practiquen lo que ya saben, las poses y las diferentes maneras de desfilar, en los próximos días como es costumbre, el Señor Ruiz vendrá y seleccionara a aquellas que se irán con él para trabajar. Sigan trabajando para que sean las mejores modelos del país - ánimo el hombre
- gracias Benjamin -
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Mientras tanto en las empresas Smith, Gustavo recibía a Manolo Ruiz, este era dueño de grandes empresas dedicadas al diseño de ropa de alta costura, también se inclinaba hacia el modelaje por lo que siempre estaba apoyando a agencias minoristas y certamen de bellezas y solo escogía a las que más le gustaban para que desfilarán todo lo que sus empresas elaboraban. Pero eso era solo una fachada para lo que realmente se dedicaba el hombre.
- Buenas tardes Señor Ruiz - Gustavo extendió la mano para saludar al hombre
- Buenas tardes Señor Smith, gracias por atenderme - Manolo sonrió
- El placer es mío señor Ruiz - Gustavo se estaba esforzando por mantener la compostura y que los nervios no lo traicionaran.
- ¿Ha pensado en mi propuesta? - Pregunto Manolo, siendo directo
- Si lo he estado pensando y agradezco que me quiera dar su ayuda, tomando en cuenta que ambas empresas son totalmente diferentes, ya que no tienen nada en común - Gustavo estaba tenso
- Eso no importa señor Smith, aquí estamos hablando de negocios y en los negocios hay espacio para todos, usted necesita el dinero para que su empresa no vaya a la ruina y yo necesito una esposa
- Claro, solo pensé que esto afectaría porque imagínese, mi empresa es de electrodomésticos y su empresa es de ropa
- jajaja hombre no se mortifiques por eso, como ya le he dicho, en estos momentos estoy buscando una esposa y que mejor una hermosa mujer como su hija - Manolo sonrió
- Por supuesto, mi hija está dispuesta a casarse
- ¡Excelente! - los ojos de Manolo brillaron de emoción y una sonrisa lujuriosa cruzó su rostro - Maya es tan hermosa, estoy seguro que mis hijos van a heredar sus genes
Gustavo se tenso más de lo que estaba. En la noche había hablado con su esposa, dónde quedaron en que Ava se casaría con Manolo, así tendrían más dinero disponible.
- Señor Ruiz, me refiero a mi hija pero no a Maya, sino a Ava - Aclaro Gustavo
La sonrisa de Manolo se desvaneció convirtiendo su expresión en una mirada fría
- Yo no quiero a tu hija Ava, quiero a Maya - Manolo hablo en un tono alto lo que indicaba la ira que tenía
- Lo siento señor Ruiz, pero eso no será posible
- ¿Cómo que no es posible? - Manolo hirvio de ira - El trato era ese, yo le doy lo que necesita a cambio de casarme con su hija
- Si lo sé Señor Ruiz, pero hasta donde recuerdo no especifico cuál de mis dos hijas quería como esposa
- ¿Me está viendo la cara Señor Smith? - Manolo estaba más furioso - Usted sabía perfectamente que de sus dos hijas la que me gusta es Maya. La quiero a ella como mi esposa y no a una chiquilla insolente como Ava
- Eso no será posible Señor Ruiz - Gustavo repitió - Mi hija Maya está comprometida
- ¿Qué? - el rostro de Manolo se torno rojo - ¿Con quién está comprometida?
- Ella se casará dentro de un mes y medio, lamento este pequeño malentendido Señor Ruiz.
Manolo lo miro con una mirada escalofriante.
- Espere las consecuencias de sus actos Señor Smith - dicho esto Manolo salió de la oficina como una fiera que devora todo a su paso.
Gustavo paso sus manos por su cabeza, estaba frustrado, sabía que negarse a lo que Manolo Ruiz pidiera era como ir directo al infierno.