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Un Café Para Mi Jefe

Un Café Para Mi Jefe

Status: Terminada
Genre:Romance / Comedia / CEO / Completas / Contratadas / Romance de oficina / La mimada del jefe / Donde hubo fuego cenizas quedan
Popularitas:1.7M
Nilai: 4.8
nombre de autor: Paola Alejandra Paolini

Briza necesita un nuevo empleo con urgencia. Daniel necesita una secretaria que además de hacer su trabajo prepare un buen café.

NovelToon tiene autorización de Paola Alejandra Paolini para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

capitulo 9

Como mi secretaria no quería nada de lujo pensé que lo mejor para cenar sería una pizzería y la verdad hace tanto que no disfruto de una simple pizza que estoy de verdad ansioso por comer un trozo.

—¿Una pizzería? —pregunta cuando legamos.

—Si, ¿No te gusta? —pregunto ya con algo de miedo.

—¿Qué? No, me encanta —dice feliz.

—La verdad no sé cuándo fue la última vez que comí una buena piza y menos en compañía de una dama —digo tomando su mano para ingresar al local.

—Pues yo adoro la piza, siempre que quieras podemos comer o puedo algún día hacer para ti —dice cuando corro una de las sillas para que tome asiento.

—Me encanta la idea —dejo un beso en su mejilla y me siento en el lugar frente a ella.

Llega un mesero y toma nuestra orden. Mientras esperamos a que nos traigan nuestros pedidos hablamos de pizas y de los diferentes sabores. Me siento tan a gusto con ella que cuando traen nuestro pedido me parece que fue hace instantes que pedimos.

—¿Te apetece un trago antes de ir al departamento? —pregunto, recordando a los idiotas de mis amigos.

—Si, porque no —dice ella con una hermosa sonrisa en su rostro.

Partimos hacia mi bar donde mis amigos ya me esperaban. Llegamos y le muestro el lugar. Luego llegamos a la mesa donde ya mis amigos están tomando una copa.

Arthas al ver quien es mi compañera sonríe y me mira como diciendo menos mal que no mesclo placer con trabajo, pero no tiene ni idea. Shiloah en cambio mira a Briza y su entrecejo se junta, luego me mira y sonríe.

Hago las presentaciones y Briza va al baño. Cuando desaparece del campo de visión de mis amigos los dos me atacan enseguida ablando al mismo tiempo.

—¿La morena de la universidad? —pregunta Shiloah.

—¿No era que la querías como secretaria no como amante? —pregunta en cambio Arthas.

—Si —le respondo a Shiloah y mirando a mi socio niego—. Las cosas cambiaron.

—¿Sigue siendo tu secretaria? ¿no?

—Si, pero es ella —me mira sin entender—. Como sea, no la Hare mi amante más bien todo lo contrario.

—A bueno el que no quería ningún tipo de relación se retracta —dice riendo— Al fin, bienvenido a nuestro mundo.

—Encantado, siempre que sea ella —digo y mis amigos me miran como si me hubiera salido un tercer ojo, luego se ríen y brindamos a la salud de mi hermosa Briza.

Ella regresa del tocador, casualmente las mujeres de mis amigos vienen con ella. Saludo a las chicas y presento a mi acompañante.

—Bri, te presento a Zafiro la mujer de mi amigo Shiloah y Janet la mujer de Arthas —ellas se saludan y comienzan hablar de no sé qué cosa como si se conocieran de toda la vida.

Mientras tomo de mi trago no puedo dejar de mirarla, tiene algo que me tiene imantado. Cada tanto ella me mira y me sonríe, su mano no deja de acariciar mi pierna mientras habla con las mujeres.

—La vas a gastar de tanto mirarla —susurra Shiloah a mi lado, lo miro y sonrió.

—Cuéntame ¿Cómo va todo con tus asuntitos familiares? —pregunto sabiendo como su padre puede llegar a ser un gran grano en el trasero.

—Bien, por suerte mis hijos mantienen a raya a mi padre y también mi madre que adora a mi querida Zafiro —dice esto último mirando a su esposa.

—Qué bueno que los problemas se solucionaron, precipito —digo en modo de burla y el me mira mal. Se que odia que le digan principito.

—Eso quedó atrás, tengo lo que quiero y que siempre quise.

—Que yo sepa tu prioridad eran cuantas mujeres te llevabas a la cama, no que te casaras en serio y tuvieras tantos hijos —digo mirando la barra y me percato que hay una discusión con un cliente.

—Todo cambia cuando llega la indicada y la verdad mi prioridad era mi independencia, sabes perfectamente que no nací para ser Rey —dice esto último casi en un susurro, no le gusta hablar de eso y teme que sepan más de el de lo que ya se sabe.

—Si, creo que en verdad tienes razón, cuando llega la indicada todo cambia —digo por lo bajo para que solo el me escuche.

—¿Crees que es la indicada? —pregunta mirando a mi Briza como se ríe de un comentario que hace Janet.

—No lo sé, pero lo presiento.

Mientras hablo con mi amigo no dejo de vigilar la barra y cuando veo que la pelea se intensifica me levanto para intervenir.

—Si me disculpan hay una pelea que debo parar —digo ya parado—. Ya vengo hermosa, pide lo que quieras —le susurro a Bri en el oído y salgo para la barra.

Llego justo a tiempo cuando veo que el tipo esta por abofetear a la chica que prepara los tragos.

—¿Qué pasa acá? —pegunto tomando al tipo por un brazo para evitar el golpe.

—¡Esta zorra no quiere venderme nada! —grita el desconocido. De su boca sale un aliento a alcohol que casi me tumba.

—El señor ya está muy ebrio como para seguir tomando —dice la chica mirando al hombre.

—Aquí la señorita lleva razón, si no se retira del establecimiento mandare a seguridad para que se encargue —digo fuerte para que el borracho me entienda.

—Yo de acá no me muevo hasta que no tome ese trago —dice el tipo moviéndose. La falta de equilibrio es tan notera que cuando se mueve termina como un despojo en el piso.

Inmediatamente indico con un movimiento de mi mano a los de seguridad que se hagan cargo del estropajo que se ha convertido el hombre ebrio.

—La próxima vez que pase algo así no dudes en llamar a los de seguridad para que saquen a los borrachos —le digo a la chica, ella asiente y vuelvo a la mesa con mis amigos.

Llego y las mujeres no están, miro a los lados y las veo a las tres bailando en las tarimas. Mis amigos les festejan a sus mujeres y me quedo con la mirada perdida en la figura de Briza. Ella no se percata que la observo, se mueve tan armoniosa que no puedo dejar de verla.

Baila en el tubo y se mueve con una maestría tremenda, colgándose de las piernas y haciendo piruetas que tiene a más de uno entretenido. Me la imagino sin tanta ropa y mi cuerpo vibra de solo imaginarla. Me acerco a ella y cuando me ve hace una vuelta y termina en mis brazos, besa mis labios y la aprieto por la cintura.

—No podía sacar mis ojos de ti, te mueves de una manera que me calienta la sangre —digo sobre sus labios.

—Mientras bailaba me imaginaba que el lugar estaba vacío y que solo tú me mirabas danzar —susurra ella en mi oído y mi piel se eriza.

—¿Lo harías? ¿Bailarías así para mí? —pregunto con una idea en mente.

—Si, ¿Por qué no? —responde muy segura y yo enseguida tomo su mano y la guio a las escaleras que están al final del local.

—¿Dónde me llevas? ¿Tus amigos? —mira para atrás y yo ya se dónde están mis amigos.

—No te preocupes por ellos, ahora quiero verte bailar solo para mí.

Entramos a un área diferente del club que no todos tienen permitido el acceso. Este lugar tiene una entrada propia y no solo se sirve tragos, sino que también se puede pasar un momento con tu pareja o con muchas, a decir verdad.

Ella mira el lugar, la música que suena es muy sensual, en la pista las parejas bailan e intercambian más que caricias.

—¿Qué es este lugar? —pregunta curiosa.

—Este lugar es para las parejas libres que desean explorar su sexualidad —le explicó sin dejar de guiarla hasta mi objetivo.

—Pero ¿qué haremos aquí? —pregunta casi con miedo.

—Me dijiste que me bailarías, eso deseó —le digo saludando al tipo que está en la zona donde inician los cuartos.

—Pero acá hay mucha gente —dice mirando a su alrededor.

—Si, lo sé, pero donde vamos solo estaremos tú y yo —le indico el camino y ella pasa a la zona de los cuartos.

Hay varias puertas y en cada una es una fantasía, un juego diferente. La que yo quiero esta casi al último. En esa habitación, hay además de una cama y algunos objetos sexuales, hay un tubo para pole dancing.

Mientras caminamos por el largo pasillo, podemos escuchar los gemidos precedentes de las diferentes habitaciones, ella mi mira sorprendida y yo le sonrió.

La detengo frente a la habitación y abro la puerta invitándola a pasar. Ella mira todo a su alrededor fascinada. Mira el tubo y se acerca a él.

Frente al tubo hay una silla para observar el espectáculo privado. Me dirijo ahí mientras desabrocho los botones de mi camisa. La veo observar todo y luego se dirige al aparato de música.

—Si no te sientes cómoda podemos dejarlo —digo reuniéndome a su lado, ella voltea y nos miramos mientras acaricio sus brazos.

—Me gustaría sacarme, aunque sea el pantalón para poder moverme con más libertad —dice pegada a mi cintura.

—Ok, ahí está el baño, también puedes elegir si te animas algún disfraz —digo esperanzado.

—Mmm... ok —dice ella y mira para donde le indique que estaba el baño.

Mientras espero a que se prepare pido que nos mande una botella de champan y algunas frezas con chocolate y alguna que otra golosina para disfrutar con ella.

Luego de que traen el pedido acomodo todo sobre una de las mesas y veo la puerta del baño abrirse. Briza sale acomodándose una de las medias que luce. Me quedo estático recorriendo su figura, la boca se me seca y cuando avanza hacia el tubo como si estuviera caminando por una avenida, embelesado caigo en la silla. Me siento preparado para verla danzar. Ella sonríe y comienza a moverse, más de una vez tuve que tragar y contener el impulso de caerle encima como si ella fuera una gacela y yo un león hambriento.

Sus movimientos culminan luego de deslizarse por el tubo de una forma tan sexy que mi cuerpo no aguanta más y me levanto para tomarla en brazos. Mi boca busca la suya desesperado. Ella se enreda en mi sin dejar de besarme y vuelvo a sentarme donde me encontraba con ella a horcajadas sobre mí.

Mi pantalón lo siento ajustado, mi boca recorre su cuello dejando cálidos besos llegando a sus turgentes pechos que piden mi atención, corro la tela de su corpiño. Ella deja escapar un gemido volcando su cabeza hacia atrás, su pelo roza mis piernas, mi lengua juega con sus montículos endurecidos.

Siento como el calor invade nuestros cuerpos, pero quiero que esto dure un poco más. Dejo de jugar con sus pechos y beso su boca. Lentamente nos separamos tomando aire. Parecemos peces fuera del agua.

—Amor... —jadeo sobre sus labios— Quiero probar un poco de champan.

—Ok —responde agitada al igual que yo, se levanta de mi regazo y busca la botella se sirve una copa y la toma de un solo trago.

—Te hará mal, si la tomas así... —tomo su cintura para pegarla a mí y beso su cuello. Le saco la copa la dejo en la mesa y tomo una freza cubierta con chocolate.

Ella mira lo que hago esperando ansiosa mis movimientos. Con la fresa en maco pinto un camino de chocolate desde su ombligo hasta su boca que se abre para morder y degustar la fruta. Ese solo movimiento me enciende más.

La guio hasta la cama y una vez recostada recorro el camino de chocolate que antes deje produciendo fuertes gemidos que no dejan de escapar de su boca.

Me levanto y busco la botella de champán, ella mira lo que hago apoyada en sus antebrazos.

—Quiero beber un buen trago —digo dejando la botella a un costado de la cama. Tomo sus piernas y la jalo para acomodarla más cerca del borde.

—¿Qué quieres hacer? —pregunta ella entre risas.

—Quiero beber de ti, ahora recuéstate y disfruta —ella me mira dudosa, me acerco a su bella cara, dejo un beso y suavemente la empujo para que quede recostada.

Vuelvo al pie de la cama y tomo la su ropa interior para quitarla, ella ríe esperando mi nuevo movimiento. Tomo sus caderas y abriendo más sus piernas mi interno en su centro. Al primer contacto ella gime. Juego un rato y luego tomo la botella sin dejar de lamer sus pliegues dejo caer un poco de la bebida sobre su monte para beberlo mientras la saboreo.

Ella se retuerce sin dejar de gemir. Desde la posición en la que estoy miro como aprieta las sábanas con sus manos en cruz, su cabeza se sacude extasiada. Es la cosa más estimulante que he visto en mi vida.

Dejo caer otro poco más de champan que me mescla con los espasmos de su vientre.

Me levanto y la miro agitada con los ojos serrados, limpio las comisuras de mis labios y me saco la ropa para unirme a ella en esa cama que será testigo del fuego que prende en mi interior tan solo con verla caminar.

1
Lillian Ramirez
Excelente
rosalis torrez
Espectacular la novela me encantó toda felicidades autora
Rosa Magdalena Chávez
tan ansioso estaba por verla que se tomó el tiempo de ir a comer a un restaurante
Rosa Magdalena Chávez
está casado?
Fanny mend
para ser diabética,lleva una vida sin restricciones,
Tayde Castillo
hermosa historia, felicidades escritora 🌹☘️
Brisa Gomez Vargas
Excelente
Lupita Toledo
hola, autor (a). lo pongo así para no error, y si me gusta mucho la trama romántica y normal para luego pasar a lo cachondo.
y mis respetos para ti, por poder expresar e hilar bien las ideas de lo que quieres pasmar. felicidades y continúa así y sobretodo con miras hacia adelante.
C Matacruz
genial gracias por compartir tu novela corta y corta felicidades y bendiciones sigue escribiendo novelas cortas y cortas, aunque faltaron fotos pero chida tu novela corta 😊😁🙂🤪😲😆🤔😝😀😵‍💫😏😛😱🙃😜🤨😃☺️
Kely Johana Gonzalez Gonzalez
está preciosa me encanta😍😍😍
Laura Schmal
vayamos
Laura Schmal
suave
C Matacruz
jajaja jajaja son 20 pisos pero que bien la vamos a pasar jajaja 😊😁🙂🤪😲😆🤔😝😀😵‍💫😏😛😱🙃😜🤨😃☺️
C Matacruz
jajaja jajaja Dios hasta yo quiero ésas revolcadas 😊😁🙂🤪😲😆🤔😝😀😵‍💫😏😛😱🙃😜😃🤨☺️
Maritza De Jesús Seña Pantoja
una historia. super romántica. nada de violencia, ni maltrato, espero continue asi
C Matacruz
jajaja Dios creo que hasta yo estoy teniendo orgasmos jajaja jajaja 😊😁🙂🤪😲😆🤔😝😀😵‍💫😏😛😱🙃😜😃🤨☺️
Laura Schmal
volar
Adriana Chaparro
espero q el padre no aparesca
Laura Schmal
Excelente
Maritza De Jesús Seña Pantoja
uuyy que pelmazo! o está muy confiado o es un , un ... estúpido, muero por leer la reacción de...la prota. no recordé el nombre
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