Liam Ang, o Liam Halley Anggara, es un modelo de revistas juveniles y el ídolo de muchas chicas adolescentes. También es el único hijo varón de la familia Halley: sociable, divertido, carismático y capaz de hacerse amigo de cualquiera con facilidad.
Yumi Arishta, en cambio, es una chica gordita, bajita y tímida que estudia en la universidad lejos de casa, completamente sola en una ciudad desconocida.
Un encuentro inesperado entre Yumi y Liam una noche los une en una relación difícil de definir. Liam, sintiéndose en deuda con Yumi, no deja de acercarse a la tímida muchacha. A pesar de que Yumi lo rechaza una y otra vez —convencida de que no está a la altura de alguien tan guapo, rico, famoso y popular como él—, Liam no se da por vencido.
La diferencia entre ellos es como el cielo y la tierra. Entonces, ¿cómo es posible que Yumi termine siendo la novia de Liam Ang?
¿Cómo terminará esta historia entre Yumi y Liam?
¿Podrán estar juntos al final?
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Capítulo 9
El sonido de un golpe en la puerta despertó a Liam de su siesta. Liam se asomó inmediatamente por la ventana lateral de la puerta para ver quién era.
Era Abi, de pie en la puerta, llamando una vez más.
"¿Por qué has tardado tanto? Te envié un mensaje por la mañana", se quejó Liam tras abrir la puerta y volver a cerrarla.
"¡Tenía clase, hermano! Esta mañana Anne estaba de mal humor y no quería que la dejaran, así que no he podido comprarte lo que me pediste hasta que he salido de clase", explicó Abi con todo lujo de detalles.
"¿Qué le pasa a Anne? Es como un bebé, siempre está de mal humor", preguntó Liam extrañado.
"Es que está embarazada", respondió Abi despreocupadamente.
Abi y Liam desempaquetaron los artículos que Abi había traído.
"¿Dónde está el teléfono?", preguntó Liam al no encontrar la caja del teléfono nuevo.
Abi abrió rápidamente la mochila que aún colgaba de su hombro y sacó una caja con un teléfono nuevo, similar al que Liam le había comprado el día anterior.
"¿El teléfono también es para Yumi?", preguntó Abi con curiosidad.
Su cuñado estaba siendo demasiado generoso con una desconocida que acababa de conocer.
"¡Sí! Así no tendrá que volver a ir al cibercafé cuando tenga que hacer los deberes", respondió Liam, que ahora estaba ocupado revisando uno por uno los artículos que le había pedido a Abi.
"Entonces, ¿dónde está Yumi ahora? ¿Cómo es que nunca está cuando vengo?", preguntó Abi mirando a su alrededor.
Liam se encogió de hombros.
"Dijo que salía de clase después de comer. Tampoco sé por qué no ha llegado todavía, siendo ya esta hora", dijo Liam mirando el reloj de pared de Doraemon, que ya marcaba las cuatro de la tarde pasadas.
"Cómpranos algo de comer a los tres. Me voy a duchar", ordenó Liam, que ya había terminado de revisar el portátil, el teléfono y la impresora que le había traído Abi.
"¿Qué quieres comer?", preguntó Abi a Liam.
Su cuñado pareció pensarlo un momento.
"¿Qué hay bueno?", preguntó Liam a su vez.
"Pinchitos, arroz mixto, arroz padang, arroz gato, fideos tektek... ¡todo está bueno, hermano!", respondió Abi, que acabó enumerando a Liam todo tipo de comida.
"¡Eres tan lento como Anne! Sólo piensas en comida", se burló Liam riéndose entre dientes.
"Es que los matrimonios se parecen, ¡hermano!", respondió Abi en su defensa.
"Cuando te cases con Yumi, seguro que también te contagias de su forma de ser", añadió Abi, que ahora era ella la que se reía entre dientes.
"¿Quién ha dicho que me vaya a casar con Yumi?", replicó Liam negando la acusación de Abi.
"¡Admítelo, hermano!", le provocó Abi una vez más, todavía riendo.
"Si no te gustara Yumi, no le comprarías todas estas cosas y vivirías en este pequeño apartamento", dijo Abi dando su opinión.
"¡Sólo quiero devolverle el favor!", respondió Liam rápidamente.
"Yumi me salvó la vida el otro día, así que sólo quiero ayudar a la chica como agradecimiento", añadió Liam explicando sus razones.
"¡Date prisa y ve a buscar comida!", le instó Liam empujando a Abi hacia la puerta.
"¿No me has dicho qué quieres comer?", preguntó Abi una vez más antes de abrir la puerta principal.
"¡Lo que tú quieras!", respondió Liam con firmeza.
Abi se limitó a encogerse de hombros y ya había agarrado el pomo de la puerta, cuando ésta se abrió de golpe y apareció la figura de una chica regordeta de pelo rizado de pie en la puerta.
"¡Hola, Yumi! ¿Ya has vuelto?", la saludó Liam con un tono exagerado.
"¿Quién eres tú?", preguntó Yumi mirando fijamente a Abi, que seguía de pie frente a ella.
"Soy Abi, ¡la cuñada de Liam!", respondió Abi presentándose.
"Oh, ¿así que tú eres Abi? ¡Llévate a tu cuñado, el desconsiderado, que no sabe comportarse! ¡Se queda en el apartamento de una chica como si fuera suyo y no tiene modales!", espetó Yumi, dejando a Abi boquiabierta.
*Igual que Anne cuando se enfada.
¿Es que todas las chicas son así cuando se enfadan?*
"Voy a comprar comida. ¡Adiós!", se despidió Abi, que se marchó inmediatamente dejando a Yumi resoplando de rabia.
"Entra y cierra la puerta, Yum", ordenó Liam, que ya se dirigía a la puerta trasera.
"¡Los dos sois igual de molestos!", masculló Yumi mientras cerraba la puerta principal.
Sus ojos vieron inmediatamente el portátil y la impresora que Liam había dejado en su escritorio.
*¿Eh?
¿Qué?
¿De quién son?*
Yumi cogió un vaso del escurridor de la cocina y lo llenó de agua hasta arriba. Se bebió el agua con avidez, ya que tenía la garganta seca como el desierto del Sáhara.
¿Por qué Liam seguía comprando y trayendo cosas caras al apartamento de Yumi?
Estaba a punto de entrar en su habitación cuando vio algo que la hizo jadear varias veces.
La ropa de Liam estaba esparcida fuera de su gran mochila. ¿Por qué no podía ser un poco más ordenado?
Yumi se apresuró a doblar una a una las prendas de Liam, incluida la ropa interior.
*¡Oh\, Dios mío!*
"¡Dame uno de los calzoncillos negros!", la voz de Liam a sus espaldas hizo que Yumi diera un salto de sorpresa.
Yumi le tendió unos calzoncillos negros sin mirarle.
"¡Y unos pantalones cortos!", Liam volvió a tenderle la mano.
"¡Ish!", Yumi resopló de rabia, pero aun así le tendió un pantalón corto de casa.
Y Liam le tiró la toalla al hombro.
*¡Qué molesto!*
"¡Ponte la camiseta también! ¡Y deja de pasearte desnudo por mi apartamento!", Yumi le tendió a Liam una camiseta negra de manga corta.
"¿Qué pasa si voy con el pecho descubierto? ¿Te dan ganas de tocar?", bromeó Liam, haciendo que Yumi jadeara con incredulidad.
"¡Estás corrompiendo los ojos de una chica inocente!", replicó Yumi poniendo los ojos en blanco.
"¡Admítelo, te gusta!", se burló Liam, que ahora cogía el portátil del escritorio y se sentaba junto a Yumi.
*¡Sí, me gusta mucho!
Hasta el punto de que mi corazón casi se sale de mi pecho cada vez que te veo desnudo así.
Puede que pronto me dé un infarto si sigo viéndote así sin camiseta*!
Yumi sólo se quejaba para sus adentros.
"¿Ya has visto tu nuevo portátil?", preguntó Liam mientras abría la gran caja frente a Yumi.
"¡No es mío!", replicó Yumi rápidamente y estaba a punto de levantarse.
Pero Liam rápidamente atrajo a la chica para que se sentara de nuevo. Y lo que pasó después fue que Yumi acabó sentada en el regazo de Liam, ya que éste la rodeó con los brazos.
"¡Míralo! Te enseñaré a usarlo", dijo Liam mientras empezaba a encenderlo.
"¿Me tomas por una niña pequeña? ¡También puedo encenderlo y apagarlo sin que me enseñes!", se burló Yumi, haciendo que Liam se riera entre dientes.
"¡De acuerdo! ¡Tómalo!", Liam puso el portátil en el regazo de Yumi.
"¡No! ¿Por qué me compras cosas tan caras? ¡No soy nadie para ti!", rechazó Yumi, que intentó devolverle el portátil a Liam. Pero éste se negó rápidamente.
"Te debo la vida", respondió Liam rápidamente.
"Me salvaste la vida de aquellos atracadores la otra noche. Así que sólo quiero devolverte el favor. ¡Por favor, no te niegues!", pidió Liam, que ya había cambiado de postura y ahora miraba a la cara regordeta de Yumi.
"¡Te ayudé de buena gana! ¡De verdad! ¡No tienes que agradecérmelo de esta manera!", dijo Yumi con sinceridad.
"Pero necesitas esto, y esto, y esto también", Liam señaló la impresora y el nuevo teléfono que ahora le tendía a Yumi.
*¿Eh?
¿Qué?*
"¡Todavía tengo teléfono!", Yumi rechazó rápidamente el teléfono de Liam.
"Tu teléfono es viejo y no puedes usarlo para conectarte a Internet si quieres hacer los deberes. ¡Tómalo! También te he comprado todo esto de buena gana", dijo Liam copiando las palabras de Yumi.
Yumi dudó.
"¡Tómalo, Yum! ¡O tendré que tirarlo todo!", la instó Liam, un poco molesto.
Yumi finalmente cogió el nuevo teléfono que le tendía Liam.
"Gracias", murmuró Yumi, haciendo que el corazón de Liam diera un salto de alegría.
"No rechaces nunca nada de lo que te dé", susurró Liam, que ya había acercado su rostro al de Yumi.
*¿Eh?
¿Qué?
¿Qué quiere decir con que no vuelva a negarme?*
El corazón de Yumi latía cada vez más deprisa a medida que el rostro de Liam se acercaba al suyo, acortando la distancia entre ambos.
Yumi quiso echarse hacia atrás, pero Liam la sujetó y siguió acercando su rostro al de ella.
*¡Oh\, Dios mío!*
Liam estaba a punto de besar a Yumi en los labios cuando la puerta del apartamento se abrió de golpe.
"¡He vuelto!".
