En un ducado renacido de las cenizas, Finnian Seraphina se alza como el salvador, ajeno a la sombra que se cierne sobre él. La enigmática Lady Nayana irrumpe en su vida, una exitosa comerciante cuyo ingenio y belleza ocultan un fuego inextinguible: el de Alaia Elowen. Impulsada por la pérdida de su familia a manos de Finnian, Alaia se infiltra en su mundo, usando sus negocios y su intelecto para tejer una red de engaño, mientras Cataleya la celosa amante de Finnian, ve su posición amenazada y se consume en la ira, Finnian se siente extrañamente atraído por Nayana, ajeno a que cada palabra halagadora, cada gesto calculado es un paso más en la implacable "Venganza de Alaia". ¿Logrará su sed de justicia consumirlo todo, o el precio de la venganza será demasiado alto?
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Capítulo 9
Después de un largo y agotar viaje Alaia por fin había llegado al territorio perteneciente al Ducado Seraphina, donde varios meses atrás había enviado a Leopold un administrador de confianza que se encargó de ayudarla, a levantar dos negocios productivos en el lugar. El primero era una casa de confección de prendas de vestir, "El Hilo Dorado", que rápidamente se había ganado una reputación por la excelente calidad de sus telas y la innovación de sus diseños, mezclando estilos tradicionales del imperio con toques innovadores de las cortes extranjeras que Alaia había visitado. El segundo, "El Sabor Esmeralda", era un restaurante que ofrecía una cocina refinada y exótica, con platos que deleitaban tanto a los paladares locales como a los visitantes más exigentes.
Alaia observó los establecimientos desde la distancia, con una mezcla de orgullo y una fría anticipación. Leopold había superado sus expectativas, ambos negocios eran ya productivos y generaban un considerable murmullo en el ducado. La esperanza era que la prosperidad y la singularidad de uno, o de ambos, llamara la atención de Finnian.
Su estrategia era clara: no buscaría una confrontación directa ni una entrada ostentosa, se establecería como una figura influyente en el ámbito comercial del ducado, una mujer de negocios exitosa y enigmática, cuya presencia y logros serían imposibles de ignorar. La riqueza y el prestigio que sus negocios generaran serían su carta de presentación, una forma de acercarse a la élite del ducado, y, por ende, a Finnian sin levantar sospechas sobre su verdadera identidad o sus intenciones.
Bajo su nueva apariencia, con el cabello cobrizo y los ojos esmeralda, Alaia se presentó en "El Hilo Dorado" como la nueva propietaria, Lady Nayana, su porte elegante y su aguda mente para los negocios impresionaron de inmediato al personal. Se sumergió en la gestión, supervisando cada detalle, desde la selección de los materiales hasta la atención al cliente, asegurándose de que la calidad fuera impecable y la reputación creciera.
En el "Sabor Esmeralda", su presencia era más sutil, pero su influencia se sentía en cada plato y en la atmósfera acogedora del lugar, se rumoreaba que la misteriosa Lady Nayana tenía un gusto exquisito y una visión empresarial que transformaba todo lo que tocaba en oro.
Alaia sabía que Finnian, un hombre que valoraba el poder y la influencia, no tardaría en notar la creciente prosperidad de estos nuevos negocios y la figura detrás de ellos. La intriga, la curiosidad, o quizás incluso el deseo de controlar una fuente de riqueza en su ducado, lo llevarían a buscarla, y cuando lo hiciera, Alaia estaría lista.
Pronto el rumor de que la dueña de ambos negocios se encontraba en el lugar se extendió, Cataleya quien ya vivía en el Ducado junto a Finnian debía acudir a los lugares de moda en el sitio, y deseaba de manera ansiosa conocer a la dueña, esperaba poder establecer una relación de amistad, para obtener ciertos beneficios de ambos negocios, además que eso le permitía distraerse de sus ocupaciones dentro del ducado, que para Cataleya resultaban tediosas y aburridas, ya que su relación con Finnian no podía revelarse todavía, debían aparentar que ella se ocupaba de la administración de la mansión del Duque, por una paga considerada, debido a que él no podía encargarse de tales temas, pero ya había rumores en el lugar que ella era su amante, varias veces habían amanecido en la misma habitación.
Sin dudarlo Cataleya acudió a la casa de confecciones, al ingresar al lugar se dio cuenta que estaba repleto, varias señoras y señoritas estaban en el lugar esperando ser atendidas, pero la paciencia no era una de las virtudes de Cataleya, al que no le prestaban atención pronto comenzó a gritar en el lugar.
- ¿Acaso no saben quién soy? ¿Cuánto tiempo más tendré que esperar? – menciono irritada Cataleya.
- Lo siento, señorita, pero si desea ser atendida hoy debe esperar, o si desea podemos darle un turno para que vuelva el día de mañana – responde una empleada del lugar.
- Eres muy atrevida al hablarme de tal modo, si yo le informo al Duque Seraphina la manera en que me trataron no dudara en cerrar este establecimiento.
-No puedo hacer nada más por usted, son las reglas del establecimiento, aquí no importa el título de nobleza que tenga, se la atiende de acuerdo al orden de llegada, a menos que haya hecho una cita previa, si es el caso, dígame su nombre y le informare a la modista para que la atienda.
- Yo no necesito ninguna cita previa, te daré una oportunidad más, porque no me has reconocido, soy Cataleya Zephyr, soy la pro…, trabajo con el Duque Finnian Seraphina, quien se encarga de estas tierras, ahora espero que me pidas una disculpa de rodillas.
- No porque sea la amante del Duque Seraphina significa que tiene privilegios aquí, es una lástima el accidente que tuvo la Duquesa Liora, ella si era digna de portal tal título, no usted, alguien sin modales, no hay punto de comparación entre ambas, el Duque debe estar muy despechado, para no ver la mujer vulgar que ha metido en su cama – menciona Nayana, quien llego al escuchar el escándalo, sabía muy bien quiera Cataleya.
-¿Cómo te atreves hablarme de ese modo? – Cataleya intenta darle una bofetada a Nayana, pero esta detiene su mano, la aprieta con fuerza y la tira al suelo
Cataleya desde el suelo, con la cara roja de furia y por la humillación, intentan levantarse torpemente
- ¡Maldita insolente! ¡¿Cómo te atreves a ponerme una mano encima?! ¡Te arrepentirás de esto! ¡Finnian te hará pagar por tu osadía! Me asegurare que seas echada del territorio.
-Todas las damas del lugar son testigos de que usted inicio la discusión, incluso quiso agredirme – menciona con una calma gélida, su voz baja y cargada de desprecio -. Mi atrevimiento es el reflejo de tu falta de decoro, "señorita". Un título no se gana al meterse en la cama de un noble, sino por la nobleza del espíritu. Algo que, claramente, la Duquesa Liora poseía en abundancia, y que a usted le es completamente ajeno.
Cataleya con dificulta logra ponerse de pie, tambaleándose, y aunque desea volver atacar a Nayana, sabe que si lo hace de nuevo será agredida y humillada.
- ¡Te voy a...! ¡Guardias! ¡Guardias! ¡Arresten a esta mujer! ¡Ha agredido a la mano derecha del Duque!
- Tus gritos no cambiarán la verdad, ni tú posición. Y en cuanto a los guardias... - mira a su alrededor con una sonrisa casi imperceptible, como si supiera algo que Cataleya no -, dudo que se atrevan a intervenir en un asunto tan delicado como este. Creo que, si obedecen, estarán humillando al Ducado Seraphina en público, todo porque alguien que dice trabajar en ese lugar no sabe comportarse de manera apropiada.
-¡Esto no quedará así! ¡Le diré a Finnian! ¡Él te destruirá! ¡Destruirá todo lo que tienes!
- ¿Destruir? Querida, ni si quiera sabes como me llamo, iras llorando a decirle que una mujer de cabello rojizo te trato mal…
- No me importa quien seas, te juro que me encargare de que me pidas perdón de rodillas, antes de ser echada del territorio del ducado.
- Mejor que me echen del Imperio…, ve con tu querido Duque y dile que Nayana Oberon dueña del “Hilo dorado” y “El sabor Esmeralda” te prohibió el ingreso a sus establecimientos, por tu falta de etiqueta, y tu mal comportamiento – Cataleya se sorprende al saber con quien había discutido.
- Pronto no serás dueña de nada.
Sin más que decir Cataleya sale molesta del lugar, y decide volver al Ducado, a informale a Finnian como ha sido humillada, mientras que Nayana se disculpa con las damas que se encontraban en el lugar por el altercado que tuvo, pero las damas le brindan su apoyo, tras agradecerles Nayana sale del sitio, donde se encuentra con Leopold.