Johannes y sus hermanos llegaron a un mundo de fantasia.
Después de haber hecho un contrato, tenían una misión.
Uno, salvar el futuro de su hermana para apoyarla, dos cumplir el contrato.
Sin embargo, cuando abrí los ojos era un pequeño bebe.
¿Como es que termine de esta manera?.
Solo pude sonreir con incredulidad mientras por la ventanas miraba las montañas nevadas del gran ducado.
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Todo estará bien
Después de que los miembros de la iglesia se fueran, mi padre preparo una pequeña celebración donde miembros de la familia y amigos asistirían.
Una fiesta de despedida.
Mi madre después de recibir el poder divino de Andrade pudo levantarse, sintiendose mejor que cualquier otro día.
Caminaba de forma normal como si no estuviera enferma, pero lo sabia.
Todo es temporal.
"Haa".
La mire saliendo para ir a la fiesta.
"¿Realmente no hay nada que hacer?".
Federico le pregunto a Andrade, pero este negó con la cabeza.
"No hay nada".
Federico asintió.
"¿Iras?".
Andrade me pregunto, hablaba sobre ir a la fiesta tambien pero negué.
"La presentación social es cuando tenga 13 años de edad, aun falta para eso".
Les respondí.
"Vaya, en Ahtziry es cuando despiertan la magia o el aura".
"El poder divino es el único que no tiene esa limitación".
Andrade respondió señalando su poder en forma leve.
"Cuando cumplen 13 o 14 años es cuando van a la academia".
"También aquí es igual".
Empezamos mas a platicar hasta que llego la hora de irnos a dormir.
Solo mire la parte principal del castillo iluminado y entre en mi habitación.
Después de la fiesta de despedida, la condición de mi madre volvió a decaer.
Ella solo suspiraba viendo hacia el cielo cuando se encontraba sola.
"Madre".
Me acerque a ella cuando estaba en el jardín viendo hacia el cielo.
"Hijo".
Ella sonrió cálidamente y también sonreí.
Me acerque a ella viendo que no había nadie mas en el lugar.
"Mi pequeño hijo".
"¿Sabes?".
"Aunque mamá tiene poco tiempo, no dejare de verte desde allá arriba".
"Asi que tienes que hacer tu tarea, aprender todo lo que puedas y puedas tener una vida tranquila".
Mi madre dijo mientras miraba el cielo como diciendo desde ahí te veré.
No pude decir nada.
Me quede mirando el cielo con ella.
"¿Sabes?".
"No se que pase en el futuro, pero lo único que puedo decir es que aunque no tengas el ducado siempre te apoyaré en lo que desees".
La mire sin entender y fue cuando dijo.
"Tengo un testamento, pelealo cuando tengas trece años si las cosas salen mal".
"A los trece un pequeño niño como tu puede obtener incluso un título nobiliario".
"Aunque no es mucho, es el dinero que ha salvado a miembros de mi familia en malas rachas y después vuelven a colocar dinero dentro para que pase a las otras generaciones".
"Con eso podrás hacerte de un futuro".
Mi madre lo dijo de forma casual.
Estábamos los dos solos asi que lo que decía es un plan de respaldo por si no despertaba como mago de hielo.
"De acuerdo".
"Todo paso a mi como única miembro de la familia".
"En este caso todo pasa a ti".
"Quería decírtelo antes, pero lo deje en una carta para ese momento".
"Pero creo que es mejor que te lo diga".
Mi madre dijo y sonrió ligeramente en lo que tocaba mi cabeza y me abrazaba.
Aun cuando sabe loq ue viene, ella se mostró fuerte.
"Madre".
Ella asintio.
"Gracias por ser mi madre".
Le susurre.
Ella abrio los ojos de sorpresa y las lagrimas cayeron.
"Si".
Pasamos mas tiempo juntos.
Dos semanas después, mi madre murió.
Ella falleció dormida en su habitación mientras mi padre dormía a lado.
Cuando fui a verla, mi padre lloraba.
"Déjenme solo".
Mi padre dijo y con hielo empezo a envolver el cuerpo de mi madre para hacer una especie de bloque, me quede mirando como mi padre la observaban con dolor y a la vez con algo de obsesión.
"Solo déjenme".
Con eso una ventisca de iré frío fue directo hacia la puerta y se cerro.
Lo mire incredulo.
"Espera".
"¿Que le haras?".
¿No la haras polvo frío o si?.
Aun recordaba que es ver como el cuerpo se desase en polvo sin dejar rastro alguno.
No sabia que hacer.
Fred me tomo del hombro y negó.
"Joven maestro".
"Solo démosle tiempo".
Con eso me empezo a guiar para que me fuera del pasillo.
Andrade llego al saber la noticia y con una mueca solo pudo decir.
"Lamento tu perdida".
Federico tambien dijo lo mismo.
"No, yo...".
"Mi mamá".
Baje la mirada sin saber que decir, solo pude sentir el nudo en mi cuerpo.
El dolor de la perdida fue complicado.
Durante una semana.
Mi padre aún no había salido de la habitación.
Todos estábamos preocupados, por él.
"¿Hay alguna manera para que salga?".
Le pregunte a Fred que salia de la habitación después de sacar la comida casi intacta del día anterior y haber llevado comida del dia.
"El maestro esta destrozado".
"Pero creo que se debería llamar al antiguo duque".
Dijo, haciendo una mueca incomoda.
¿Antiguo duque?.
¿El abuelo Elías?.
La mirada de Fred era pesada como si la mera idea sea una locura.
¿Por que esta asi?.
"¿Que pasa?".
Le pregunte a Fred que tenia una mirada complicada.
"Si llamo al antiguo maestro, el maestro tal vez se moleste".
"Pero no veo otra forma para que el maestro salga".
Fred dijo, se veía conflictivo.
"Eventualmente se enteraran de la muerte de mi madre".
Murmuro, es decir, el sabrá que ellos tendrán que venir al funeral como miembros de la familia.
Fred asintió.
Además si es la única forma de que mi padre salga de la habitación, entonces tomaría el riesgo.
"Hazlo entonces".
Respondí, no quedaba de otra mas que aceptar la situación.
Fred asintió y fue directo al centro de comunicaciones.
Esa misma noche el antiguo duque de Balam, Elías Balam apareció.
Un hombre de cabello negro con mechones de blanco y ojos azules claros.
'El antiguo duque de Balam'.
Mi abuelo en esta vida.