La Hija Fea

Eleonor baja del carruaje, sus padres están en la puerta pues el mayordomo les aviso que había entrado a la propiedad.

-Padre!!

-Eleonor que bueno que regreses.

El conde ve que Robert se quita la capa que llevaba y lo ve bajar del caballo.

-Robert? Que haces aquí?

-Me encontré con su hija en el camino, no podía dejar que viajara sola.

-Te lo agradezco, pero pasen deben estar cansados y con hambre.

-Yo tengo más hambre que cansancio.

Eleonor sube a su cuarto para cambiar su ropa, Robert va al despacho con el conde en lo que la comida está lista.

La madre de Eleonor entra al cuarto con ella.

-Que sucede con el marqués?

-Madre me asustas, de que hablas?

-Mira niña, ese hombre es un de los hombres más importantes del puerto y del reino, no te conoce y te escoltó a casa? La forma de verte lo dice todo.

-he? No hay nada entre él y yo

-Eleonor, él tiene un compromiso con otra joven.

-Y lo sé

-Él no me gusta, será rico y muy guapo, pero tú eres buena, quiero que encuentres a alguien que sepa amarte solo a ti.

La madre de Eleonor sigue con ella platicando y ellos van al despacho, Robert le entrega los documentos al conde.

-Entonces formalmente eres el marqués, te felicito, tu padre está con tu mamá?

-Si, es difícil que ellos estén separados.

-Si, lo sé.

-Señor, le pido que la confianza que ha tenido con mi familia siga así, le prometo dmí todo de mi, que si tengo dudas en algunas cosas me dé su consejo, mi papá dijo que podía confiar en usted, usted nunca lo dejo de apoyar a pesar de los errores que tuvo.

-Nos conocemos desde niños, nuestras familias siempre han sido unidas, cuan el se casó con Susan todos pensamos que ellos serían felices, luego el se enamoró, pero Susan no, siempre tuvo claras sus ideas, tu padre era muy joven, después de todo eso llegó tu madre, a la que vimos sufrir pérdidas, ella perdió su brillo un tiempo, afortunadamente pudo volver embarazarse y llegaron ustedes.

-Si, mese a historia, ahora supongo que te casarás.

-He... Este bueno como decirle

Robert le dice lo que sucede, sobre todo por qué esta solo y en un futuro en verdad quiere una oportunidad con Eleonor, su padre debe estar al tanto de todo por cualquier situación.

-Pero que estas esperando para romper ese compromiso

-Quiero que sea con pruebas así jamás podrá molestarme de nuevo

-Niño, solo romper el compromiso y ya.

-No se preocupe, eso pasará pronto.

-Señor... A mí me interesa Eleonor, yo quiero que me permita visitarla.

-No

-Por que?

-Como que por qué... Mira independientemente de lo que me has dicho, ese compromiso es válido, ante e templo, ante todos.

-Entiendo...

-Seguro? Entonces termina eso primero y después hablamos, debes conocer bien a mi hija antes de que quieras un compromiso con ella.

-**Pero ya se quien es ella**

-No te quiero ver aqui seguido, tengo dos hijas solteras, en cuanto tu compromiso se rompa habrá chismes, no quiero que salgan afectadas

-Pero... Pero...

-Nada, si tus intenciones son sinceras, no permitas que Eleonor sea señalada, aquí hay caballeros, la servidumbre sobre todo tiene ojos en todos lados.

-Jamás permitiría eso.

-Entonces termina con eso, además supongo que la vas a evidenciar con su familia o lo harás público?

-Solo con su familia.

-Entonces con más razón.

-Le prometo que haré correctamente las cosas.

-Bien si tienes algún problema me avisas, ahora vamos a comer.

Robert lo sigue al comedor, ahí ya están Eleonor, su hermana y su madre, quien lo saluda muy sería, el siente su mirada.

-**Creo que no le caigo bien**



-Querida no lo veas así, sedara cuenta -Le dice el conde en un susurro -

-no me cae bien.

Eleonor solo ve que Robert se siente intimidado Pero por su madre y no por su padre.

-Calma no va a pegarte

-Dios, con su mirada ya lo hizo.

-Jajaja

Eleonor lo acompaño afuera para agradecerle que la escoltara.

-Besaría tu mano, pero hay muchos ojos aquí, no creo verte en un tiempo, puedes pensar en lo que hablamos.

-No prometo nada.

-Que mala eres, entonces me voy, que estés bien.

-Que le vaya bien.

Robert se va y ella entra, su padre la espera en su despacho.

-Padre...

-Niña, que paso?

-De que hablas?

-Se que le gustas, ha pedido permiso para visitarte

-Supongo que se lo negaste.

-Así es, como sabes?

-Antes de irse dijo que no vendría en un tiempo

-Eleonor, estás en entrenamiento desde los 9 años, has crecido entre el territorio y la baronia, no he cuestionado tu vida personal, solo dime qué no hay nada que comprometa a Bennett contigo.

-Si te refieres a que si me acosté con él, no fue así, no había coincidido con él, hasta que me lo encontré en la frontera hace más de un año, de ahí entre viajes y misiones, solo lo he visto un par de veces.

-Y que piensas de él, te gusta?

-No lo sé, padre, podemos hablar de eso luego.

-Esta bien, ve a descansar.

Eleonor se retira y va a dormir un poco, mientras Robert llega a su casa, deja sus cosas y sube a su cuarto

-Estoy muerto, que cansancio.

-Mi señor

-Dime?

-Los barones está en una reunión y la joven Sofía se quedó sola...

-Están juntos?

-Sí.

-Entonces vamos, esto debe acabar de una vez, no quiero tener que verle la cara otra vez, ve por los barones, diles que quiero verlos para adelantar a boda, Pero haz que entren por atrás.

-Sí, mi señor.

Robert solo se cambia y se va, entra por atrás y solo espera a los barones, lleva un ramo de flores y un regalo

-Pero marqués que sorpresa, por qué quiere que entremos por atrás

-Quiero darle una sorpresa a Sofía

-que romántico -Le dice la madre de ella-

Robert entro y la servidumbre es poca.

-Donde esta mi hija? Llámala.

-En su cuarto.

-No, puedo subir?

-Claro.

-No es correcto, por qué no sube conmigo así no habrá nada de malo

-Por supuesto excelencia

Robert solo ríe de lado, su centinela está en la ventana para que no salgan por ahí.

En aquella habitación están Sofía y su caballero, ninguno se imagina que serán descubiertos.

-No deberíamos hacer esto, tus padres solo fueron a la reunión, pueden regresar.

-Desde cuando tienes miedo.

-No es eso...

Sonidos inundaban la habitación, Robert estaba por tocar Pero era evidente que pasaba adentro, la madre de Sofía no podía creer lo que escuchaba, aterrada veía a Robert que solo tenía una mirada fría.

La señora abre la puerta lentamente, entra los gemidos dentro confirma lo que se imagina y hace a un lado las cortinas de la cama, dejándolos expuestos, que ellos dos se cubran con las sábanas.