La dinastía Dickens ha estado viviendo con una maldición de procrear un solo heredero, pero no de cualquier persona. El final del hilo rojo de cada heredero de esta familia está conectada a alguien especial, que es destinada por los cielos, no importan los años que pasen, las situaciones en las que están, estás parejas se encontraran sin importar como. ¿Christopher será la clave para acabar con esta maldición que han tenido por casi 200 años? O ¿Sera el final de esta familia y su descendencia?
El hilo rojo conecta a todos aquellos que están destinados a estar juntos sin importar las circunstancias.
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Tommy
👩Narra Quetzally👩:
Mi teléfono me despertó, era mi mamá que me informo que Tomy se encontraba muy mal, eso hizo que me levantara de sopetón y salí corriendo sin despedirme de ese tipo que tomo mi primera vez.
Cuando llegue a casa Tomy mi pequeño gatito no se movía Él fue un regalo de Bety mi mejor amiga de la secundaria.
💨Flash-Back💨
El día del amor y la amistad Bety llegó a la escuela con una caja grande. En su interior, se encontraba un pequeño gatito que me regaló.
Decidí llamarlo Tomy porque ella le puso al suyo Jerry. "Tom y Jerry", como la caricatura.
Una semana después, llegué a la escuela como cualquier otro día, pero no encontré a Bety y eso me pareció muy extraño. Aunque estuviera muy enferma, iba a la escuela. Ella era muy puntual y responsable, siempre obtenía las mejores notas.
Planeaba visitarla en su casa cuando saliera de la escuela, ya que en esa época mi madre se negaba a comprarme un teléfono, según ella no era indispensable y solo empeoraría mis notas.
La maestra entró al salón con la directora, cada una llevaba un clavel. "Queridos alumnos, nos acaban de dar una terrible noticia...", hizo una pausa para contener las lágrimas y continuó,
"Lamentablemente, hace poco nos informaron que nuestra alumna y compañera Beatriz Hernández Sámano ha fallecido".
Esa noticia desgarró mi corazón.
De mis ojos empezaron a brotar lágrimas pequeñas y después no pude contener el llanto, al igual que mis compañeros y maestros.
No pude concentrarme; todo a mi alrededor era oscuro.
Al salir del salón, observaba aquellos lugares que solía compartir con ella y que ahora eran solo recuerdos. Observar una foto nuestra en el mural de la escuela provocó de nuevo mi llanto. Escuchaba a las empleadas murmurar sobre Bety.
"Es lamentable que una chica tan sobresaliente se haya suicidado", decían.
"Tal vez no aguantó la presión que sus padres ejercían sobre ella, en especial su padre, que con tan solo verlo en la mañana me parecía un tipo bastante intimidante".
No lograba comprender por qué se suicidó. Cuando me encontraba con sus padres, ella parecía feliz, siempre sonreía. Era una chica bastante extrovertida.
Ahora comprendía el comportamiento que Tom empezó a mostrar tres días antes. No quería comer y en su cara se veía una tristeza. Pensé que estaba enfermo, pero cuando lo llevé al veterinario me dijeron que estaba sano.
Cuando regresé, me dirigí directamente a mi recámara. No tuve ganas de hacer absolutamente nada. Compartí mi niñez y el comienzo de mi adolescencia con ella. ¿Qué iba a hacer ahora?
Los recuerdos y los momentos que viví con ella me inundaron de nuevo y fue ahí cuando Tomy apareció, lamió mi mano y empezó a ronronear. Él era quien me daba ánimos en esos momentos y hoy, después de 10 años, también se fue.
^^^💨Fin del Flash-Back💨^^^
Cuando llegué, él estaba acostado en su saco de dormir. Acaricié su pelaje mientras le tarareaba una canción, y poco a poco fue cerrando los ojos para nunca más volverlos a abrir. Mi amigo y fiel compañero se había ido, y el fin de semana había pasado demasiado rápido.
"Amiga, perdón", dijo Miri.
"Ya te disculpaste todo el fin, no te preocupes", respondí.
"Sabes, el viernes pasado quería ligar con alguien, pero tuvo que llegar Albert y decirle a mi hermana que estaba borracha", continuó Miri.
"¡Mi***a!", exclamé, agarrándome los cabellos.
"¿Qué sucede?", preguntó.
"Con todo lo que sucedió con Tom y los recuerdos que me llegaron de Betty, hizo que me olvidara por completo de que ya tuve mi primera vez", expliqué.
"Es muy lamentable, pero debes seguir adelante. Espera, ¿dijiste 'primera vez'? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Con quién? ¿Cómo pudiste olvidar algo tan importante? ¿Usaste protección? ¿Cómo estuvo? ¿Estuvo bueno?", sus preguntas fueron una tras otra.
"¡Espera! Que estoy reiniciando Windows", bromeé.
"No recuerdo muy bien. Solo sé que cuando te fuiste, un hombre se me acercó, platicamos un rato, y dijo que debía tener cuidado. Nos despedimos, pero en la salida del bar me lo encontré de nuevo. Me defendió de unos tipos que querían propasarse conmigo y luego tomamos unos tragos.
Después de unos minutos... nos besamos y luego tuvimos relaciones", respondí.
"Siempre pensé que querías llegar pura al matrimonio”, “Ni con el tarado de Octavio, que era tu novio, disté ese paso", "Aventura de una noche", genial Andy", comento mi amiga.
"Pero... ¿usaste protección, ¿verdad?", preguntó.
"No lo recuerdo. Tal vez algo tenía las bebidas, pero yo no vi que Cerulen les pusiera algo", respondí.
"¿Cerulen? "¿Se llama Cerulen? Qué feo nombre", comentó Miri.
"No, lo llamé así por el color de sus ojos", expliqué.
"Tal vez ya había dado la orden con anticipación. Te acechó para, al final, comerte. Así como Caperucita Roja, pero en este caso no te comió, te devoró jajaja", bromeó Miri.
"Grita más fuerte, si quieres", respondí.
"Perdona, me emocioné, pero con dinero, baila el perro", citó Miri.
"Pero no se veía como esa clase de persona", dije.
"No juzgues un libro por su portada. Una cara angelical puede ser el diablo en persona, una cara fría puede ser el más tierno. En esta vida hay de todo", reflexionó Miri.
"El problema aquí es que, si no usaste protección, puede traer consecuencias como un embarazo o algo peor. Hoy en día, las enfermedades de transmisión sexual están a tope. Con un simple beso te puede dar algo", advirtió Miri.
"Eso ya lo sé", dije pensativa.
"Mira, ahí viene tu ex", señaló Miri.
"Para lo que me importa, ahora es más importante mi graduación y el resultado de esa noche”. De la nada paso un mes.
"¡Mi Quetza!, estoy muy feliz, sé que no fue fácil llegar a este momento", exclamó mi madre emocionada.
"Recuerdo el momento en el que fuiste aceptada en la universidad, brincabas y llorabas de emoción. Ahora mírate, eres una graduada. Nunca dejaste de soñar y nunca me defraudaste", añadió con lágrimas en los ojos.
"Mami, no llores, que también me harás llorar", respondí, tratando de contener mis propias lagrimas.
"Hermanita, felicidades. Has trabajado muy duro. Me siento muy orgulloso de ti. Sabes que seguiremos apoyándote en todo lo que quieras hacer", dijo mi hermano, y los tres nos abrazamos. En ese momento, me invadió una sensación de malestar.
"Y ese milagro que le dices hermanita y no chachis", intervino mi mama.
"Es que hoy es un día especial", respondió.
"¿Estás bien, hija?", preguntó mi madre, notando mi repentino cambio de ánimo.
"Te dije que no le hicieras frijoles, te dije que con tu molito estaba bien, pero insististe en los frijoles y para acabarla de amolar negros", expresó mi hermano como forma de regaño y preocupación en su voz, pero con burla en sus ojos.
"Esperemos y no ande por ahí fumigando los lugares del salón de ceremonias jajaa", bromeó mi hermano, añadiendo un toque de humor a la situación.
"Silencio, José María", intervino mi madre, poniendo fin a la broma de mi hermano.
"¿Segura que estás bien, hija?", preguntó de nuevo mi madre.
"Sí, creo que dio indigestión", respondí, tratando de disimular mis náuseas.
"Puede que seas náuseas y no indigestión, no, no, no, no puede ser", pensé por mis adentros, preocupada por mi estado.
"Toma, hija", dijo mi madre, ofreciéndome un vaso de té verde en un intento de ayudarme a sentirme mejor.