No tengo el corazón roto, soy un ser humilde roto, he intentado reunir mis fragmentos, solo he logrado romper a otros...
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Capitulo 8
— ¿Esta bien?, me preguntaba mi madre.
No pude responder, mi mente se quedó en blanco, por un instante estaba fuera de mí, el odio de mi padre hacia mi era más del que yo mismo podía imaginar, y una pregunta se comenzaba a formar en mi mente.
«"¿por qué?", ¿qué hice yo?, ¿por qué me odia tanto?, ¡yo soy su hijo!, ¿soy yo su hijo?»
Mire a mi madre que se veía preocupada, su mano estaba sangrando otra vez, me quede mirando la herida en su mano, las gotas lentamente se deslizaban hasta caer al piso.
— ¿Estás bien?, Seth, ¿Estás bien?
— Sí, estoy bien, madre necesitas tratar tu herida, subiré a mi habitación.
No espere a que me respondiera, simplemente subí rápidamente las escaleras, me detuve un segundo en la puerta de Sara, pero no entre, no me sentía de ánimos de sonreírle a mi pequeña hermana, todo en mi vida parecía ir hacia la deriva y no tenía el control sobre nada en mi vida.
Entre a mi habitación cerré la puerta y me tiré sobre la cama, me sentí mareado, un segundo, al parecer había olvidado respirar, cerré los ojos, y comencé a respirar profundo, de repente me dio el deseo de irme de la casa, salir corriendo de mi padre, pero no lo podía hacer, mi madre no iba a dejar su dinero atrás.
De repente mi celular comenzó a vibrar, lo había dejado sobre la mesa de noche, la pantalla se iluminó y vibro un largo rato, lentamente la cabeza y era un número que no había visto antes, así que no conteste, después de un rato comenzó a vibrar de nuevo, respire profundo, entendí mi brazo y tome el celular.
Lo miré un minuto mientras seguía vibrando en mí, antes de que la llamada terminara, la tomé.
— Hola, ¿quién me habla?
— Oh, ¿estás molesto?, que le pasa a mi chico.
Esa voz seductora, era esa mujer de anoche, escuchaba su respiración a través del celular, incluso eso era seductor en esta mujer.
— ¿Cómo obtuvo mi número?, le pregunté.
— Mi niño todo tiene un precio, y lo que yo deseo, lo consigo por todos los medios, cuando seas más adulto lo vas a entender, lo que es tener lo que se desea, eso te hará sentir bien, feliz.
«Un juego de palabras, esta mujer quiere jugar conmigo, ¿pero por qué?, existe tantos chicos de mi edad, si es que me gustan jóvenes, ¿por qué me busca a mí?»
— ¿Quién le dio mi número?, no la pregunta es, ¿quién le vendió mi número?
Se quedó en silencio, respirando suavemente a través del celular, era como si quisiera hipnotizarme a través del celular, respire profundo y pensé en colgar la llama entonces ella me dijo.
— Tu primo me lo vendió, ese que se llama Malik, es un niño muy activo, pero no es de mi gusto, tú si eres mi tipo.
— Señora creo que debería buscar a alguien más, no estoy ni de humor para tomar llamadas, es mejor que busque otro joven con quien jugar.
Se río, un largo rato, como si le hubiera hecho un chiste, después se detuvo y me dijo.
— Pero todavía no te he dado tu verdadero regalo de cumpleaños, te espero, en el Hotel Cleopatra, habitación 210, esta noche, te voy a convertir en un hombre.
Cerró la llamada, algo en mi interior me dice que esta es una mala idea, que no me involucre con esa mujer, pero otra cosa me dice que vaya.
«¿Cuándo te vas a convertirte en un hombre?, me dijo mi padre hace solo minutos, entonces esta mujer me dice que me va a convertir en un hombre, ¿es eso lo que quiere decir mi padre, que me consiga una mujer, ¿eso es lo que necesito para que él deje de odiarme así?»
Me tocaron la puerta, ¡Dios!, ¿ahora quien es?, quiero estar solo, pero todos se empeñan en molestarme, me levanté de la cama, di pasos largos y abrí la puerta.
— Seth, ¿estás bien?, llegue a la casa y una de la empleada nos dijo, que el tío te pego, ¡Oh, mira!, tienes la cara roja.
Dalila intentó tocar mi cara, pero retrocedí hacia atrás, no me gustaba su voz compasiva, ni sus gestos.
— Estoy bien, solo fue una pequeña cosa, nada que lamentar, así que, adiós.
—¡Espera!, me dijo mientras puso un pie para que no pudiera cerrar la puerta.
Mi deseo era cerrar la puerta a la fuerza, tenía curiosidad si iba a dejar el pie en el mismo lugar, pero no podía ser tan malo, al final del día ella es solo una niña caprichosa de 15 años, respire profundo para relajarme, entonces le pregunté.
— ¿Algo más?, con mi voz cortante.
— Si quieres te puedo ayudar con el tío, el tío me quiere mucho si le pido que te perdones, de seguro él lo va a hacer.
Mi cara perdió el color, ella sonreía, y yo sentía que se burla de mi, al decirme que mi padre la quería más a ella, que solo era su sobrina que a su propio hijo, abrí la puerta y camine hacia a fuera hasta que ella tuvo que retroceder.
Cuando estaba lejos del rango de mi de mi puerta le dije.
— No es necesario, es bueno que como no tienes padres, por lo menos, mi padre te quiera, yo tengo padres no necesito su amor, solo necesito que estén vivos.
Su sonrisa se apagó, y sus ojos se llenaron de lágrimas, salió corriendo, esa fue la primera vez que yo era cruel con ella, pero me hizo sentir también, que hasta me dio miedo, de la persona que ahí dentro de mí, yo mismo me sorprendí de eso que estaba aflojando a la superficie.
Entre a la habitación, cerré la puerta, me quede parado un largo rato pensando, en lo bien que me sentí.
El celular vibró, fui a mirlo, entro un mensaje, que decía.
«Recervacion Hotel Cleopatra, habitación 210, Seth Sawiris»
Me quedé mirando el mensaje, pensando en si debería ir o no.