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Capítulo 9
VIDA PASADA
El ejército real solía hacer sus rondas todas las mañanas alrededor del palacio, una muestra de fuerza y poder del reino del rey Vanir.
En su mayoría compuestos por alfas, el ejército del rey Vanir era uno de los más fuertes del mundo.
Como todas las mañanas, el rey Vanir salía a saludar a su ejército, solo que esta vez a diferencia de los otros días, el príncipe Yeisan lo acompañaba.
Encantados por la belleza del príncipe, los soldados no podían evitar voltear a mirarlo, era tan encantador como si se tratase de un muñequito de porcelana, o como otros solían llamarlo, un hada de las nieves con sus hermosos ojos tono violeta.
Aunque tenía varias vistas sobre él, ese par de hermosos ojos violeta solo miraban en una dirección.
A pesar de haberlo visto solo una vez, esa figura y sonrisa se quedaron grabados en su memoria, Emmett, podía reconocerlo incluso si llevaba puesto la armadura del ejército.
Sin falta, todos los días esperaba el regreso del ejército de sus expediciones, asomado por su balcón, Yeisan no dejaba el lugar hasta asegurarse de que Emmett llegase a salvo.
Esta era la primera vez que una persona le llamaba la atención a sobremanera, preocupándose por su bienestar y añorando su llegada.
Verlo de lejos no le era suficiente, después de pedirle a sus padres varias veces, le fue concedido el permiso de ver los entrenamientos del ejército a corta distancia, claro, siempre en compañía de los guardias.
Tenía que entender a que se debía su interés por esta persona, si tan solo lo había visto y hablado con él una vez.
Debido a la presencia del príncipe, un omega dominante, el ejército entrenó con más fuerza, mostrando su capacidad para proteger al hermoso príncipe.
Vanos fueron sus intentos de sorprender al príncipe, ya que él tenía toda su atención puesta en Emmett.
Con su preciado hijo en el campo de entrenamiento, el rey Vanir enviaba grandes banquetes para el ejercicio real.
Fue así que un día mientras el ejército tomaba un descanso, Yeisan se acercó al grupo en el que se encontraba Emmett.
Como recordaba, Emmett lo saludó con esa hermosa sonrisa genuina y le agradeció nuevamente por el libro que había encontrado.
Empezó por pequeños saludos cordiales, y la conversación se extendió un poco más sobre temas de pintura y batallas de campo.
"Tenga cuidado su alteza, no podemos permitirnos que alguien hermoso como usted salga lastimado"
Había oído varias veces halagos hacia su belleza, pero el solo la palabra hermoso para referirse a él de los labios de Emmett, hizo que su corazón latiera rápidamente.
Con un sentimiento desconocido, el príncipe Yeisan acudió al consejero del palacio.
"Su alteza, ese sentimiento del que habla es uno de los sentimientos más bellos e importantes que un ser humano puede sentir, me alegra que su alteza lo haya descubierto", fueron las palabras del consejero.
Ávido por este nuevo sentimiento, el príncipe Yeisan llenó su mente y corazón de aquel soldado. Fue tanta su euforia que olvidó las últimas palabras del consejero real.
"Pero tenga mucho cuidado su alteza, es un sentimiento bello, pero también destructor cuando no es correspondido"
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En la temporada de selección para los nuevos guardias reales, Emmett fue uno de los seleccionados de entre varios soldados con varios años de experiencia, aparte de reconocimiento, esto conllevaba un buen sueldo y comodidades para toda la familia del implicado.
Por supuesto, Emmett no aceptó tal ofrecimiento.
"¿Por qué?, ¿hay algo de malo con las comodidades del palacio?", preguntó Yeisan.
"No se preocupe su alteza, solucionaremos esto", dijo el encargado de los guardias reales.
Era una orden del príncipe, así que debía cumplirla.
Los temas del palacio siempre llegaban a oídos del rey y reina, aunque fuera su hijo, el príncipe no tenía la autoridad de inmiscuirse en temas referidos a la guardia real.
Más fue tanta su insistencia que sus padres terminaron por ceder con su capricho.
Fue así que Emmett formó parte de la guardia real y su familia fue llevada a vivir en mejores condiciones.
Alentado por sus compañeros y obligado por el superior de la guardia real, Emmett no tuvo más opción que aceptar trabajar dentro del palacio, después de todo, era un simple ser humano bajo las órdenes del rey y la reina.
Ya más cerca, Yeisan pasaba más tiempo hablando con Emmett, temas cotidianos que llenaban su corazón de alegría.
Los días eran felices y pacíficos, fue así hasta que un día cuando iba en busca de Emmett, vio al alfa caminar más allá del jardín de rosas amarillas con prisa y decidió seguirlo.
Yeisan se escondió detrás de un árbol al ver que Emmett se detuvo, ahí, frente al alfa, vio a un joven de aspecto un poco delgado, un poco más alto que el promedio omega y que vestía la ropa de las personas del pueblo.
Lo que más llamaba la atención era su cabello del color del fuego, un color tan profundo y llamativo.
Era claro que se trataba de un omega recesivo, un omega que más bien podría pasar por un beta.
Era absurdo que un alfa dominante estuviera involucrado con un omega recesivo.
Frente a ese omega, Yeisan se sintió superior, no pensó que ambos tuvieran alguna relación, hasta que vio como Emmett se acercaba a ese omega y le daba un suave beso en la frente.
Al igual que ese repentino sentimiento de deseo por Emmett, un sentimiento diferente se apoderó de él, posesividad y celos.
gracias autora y muchas bendiciones que sigas creando muchísimas historias y nos llenes a tus lectores de alegría. sabes que siempre me encantó los detalles de flores amarillas. son mis favoritas especialmente los girasoles. 💛💛