una novela de 4 adolecentes estudiantes 2 chicas y dos jóvenes que eran parejas de novios pero a medida del tiempo 2 de ellos se dieron cuenta que estaban con la pareja equivocada porque ellos se gustaban
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### Capítulo 9: Un Nuevo Comienzo
### Capítulo 9: Un Nuevo Comienzo
La ciudad despertaba lentamente bajo la luz del sol, y la brisa fresca del amanecer traía consigo un aire de renovación. Para Vanessa y Santiago, el nuevo día simbolizaba el comienzo de una nueva etapa en sus vidas. Habían dado el paso de confesar sus sentimientos el uno al otro, y aunque la emoción los envolvía, también había un trasfondo de incertidumbre respecto a las decisiones que habían tomado.
Después de aquella reveladora conversación en el parque, ambos se habían comprometido a explorar su relación de una manera diferente. Sin embargo, sabían que debían enfrentarse a las consecuencias de sus elecciones, especialmente con Tomás aún presente en la vida de Vanessa.
Vanessa se despertó esa mañana con una mezcla de nerviosismo y emoción. Había pasado la noche pensando en lo que significaba comenzar una relación con Santiago. La idea de dejar atrás su pasado con Tomás y abrazar un nuevo comienzo la llenaba de esperanza, pero también la aterraba. ¿Cómo reaccionaría Tomás al enterarse de sus sentimientos por Santiago? ¿Y cómo manejaría ella la situación?
Decidida a enfrentar sus temores, se preparó para el día. Mientras se miraba en el espejo, se dio cuenta de que había cambiado. La Vanessa que miraba era más fuerte, más decidida, y sabía que debía priorizar su felicidad. Al salir de casa, su mente estaba ocupada en cómo dar el siguiente paso.
Esa tarde, decidió encontrarse con Santiago. Habían planeado pasar tiempo juntos, y ella estaba emocionada por la oportunidad de explorar su nueva relación. Al llegar al café donde habían acordado verse, su corazón latía con fuerza. Cuando vio a Santiago sentado en una mesa, su rostro iluminado por una sonrisa, sintió que todos sus nervios se desvanecían.
—¡Hola! —exclamó Vanessa, acercándose a él con una sonrisa.
—¡Hola! —respondió Santiago, levantándose para abrazarla. Era un abrazo cálido y reconfortante, y Vanessa sintió que todo encajaba en su lugar.
Se sentaron en una mesa al aire libre, disfrutando del ambiente soleado. La conversación fluyó naturalmente, y ambos compartieron risas y anécdotas. Sin embargo, había una tensión subyacente en el aire. Sabían que, a pesar de la alegría de estar juntos, había un tema delicado que debían abordar.
—¿Cómo te sientes al respecto? —preguntó Santiago, rompiendo el hielo. —Sobre nosotros, quiero decir.
Vanessa tomó un sorbo de su bebida, sintiendo que el momento había llegado. —Me siento emocionada, pero también un poco asustada. No quiero que esto afecte lo que hemos construido como amigos.
Santiago asintió, sintiéndose en la misma sintonía. —Yo también tengo mis dudas, pero creo que lo que tenemos es especial. Solo necesitamos ser honestos con nosotros mismos y manejar las cosas con cuidado.
—Tienes razón. Quiero que esto funcione, pero también quiero ser justa con Tomás. —Vanessa sintió una punzada de culpa al mencionar su nombre, pero sabía que era inevitable.
—Podemos hablar con él cuando estés lista. Lo más importante es que estés en un lugar en el que te sientas cómoda. —Santiago la miró con comprensión.
Ambos se quedaron en silencio, pensando en lo que significaba dar este paso. La conexión que compartían era innegable, pero sabían que enfrentar a Tomás sería un desafío. Vanessa sintió que su estómago se retorcía al pensar en la conversación que se avecinaba.
—¿Crees que deberíamos invitarlo a salir y hablar de esto? —sugirió Santiago, sintiendo que era el enfoque más directo.
—Quizás. Pero no sé si estoy lista para eso. —Vanessa se sintió abrumada por la idea. —No quiero que se sienta herido.
—Entiendo, pero también creo que es importante que Tomás sepa lo que está pasando. La honestidad es crucial, tanto para nosotros como para él. —Santiago le ofreció una mirada comprensiva.
Vanessa asintió, sintiendo que había una verdad en sus palabras. —Sí, tienes razón. Solo necesito un poco más de tiempo para procesar todo esto.
A medida que la conversación continuaba, ambos se sintieron más cómodos. Hablaron de sus sueños y aspiraciones, y la chispa entre ellos se volvió más intensa. Era un nuevo comienzo, y la emoción de lo que estaban construyendo llenaba el aire.
Sin embargo, a medida que avanzaban los días, la realidad de su situación comenzó a hacerse más evidente. Tomás seguía presente en la vida de Vanessa, y aunque habían tenido una conversación inicial, había muchas cosas que aún debían abordarse.
Una tarde, después de clases, Vanessa recibía un mensaje de Tomás: “¿Podemos hablar? Necesito entender lo que pasó entre nosotros”. La punzada de culpa regresó, y sabía que debía ser valiente.
—Santiago, creo que necesito hablar con Tomás. —dijo Vanessa, sintiéndose nerviosa.
Santiago la miró con preocupación. —¿Estás lista para eso?
—No estoy segura, pero no puedo seguir evitando la situación. —Vanessa suspiró, sintiendo que era el momento de enfrentar sus miedos.
Cuando llegó al lugar acordado con Tomás, su corazón latía con fuerza. La cafetería estaba tranquila, y al entrar, lo vio sentado en una mesa, con una expresión de preocupación en su rostro. Al acercarse, sintió que la tensión en el aire era palpable.
—Hola, Tomás. —dijo Vanessa, tratando de mantener la calma.
—Hola, gracias por venir. —Tomás la miró a los ojos, y ella sintió una mezcla de nostalgia y tristeza.
Se sentaron, y la conversación comenzó de manera tensa. Tomás parecía ansioso por entender lo que había sucedido. —Quiero saber qué pasó entre nosotros. No entiendo por qué decidiste terminar la relación.
Vanessa respiró hondo, sintiendo que era importante ser honesta. —Tomás, he estado pensando mucho sobre nosotros. La verdad es que no me sentía feliz en la relación. Había muchas cosas que no estaban funcionando, y me di cuenta de que necesitaba un cambio.
Tomás frunció el ceño, sintiendo que su corazón se hundía. —Pero pensé que estábamos trabajando en ello. ¿No querías intentarlo?
—Lo intenté, pero cada vez que hablábamos, terminábamos discutiendo. Me sentía sola, y no podía seguir así. —La sinceridad de Vanessa resonó en el aire, y podía ver la tristeza en los ojos de Tomás.
—¿Y qué hay de Santiago? —preguntó Tomás, su voz tensa. —¿Estás saliendo con él?
Vanessa sintió que el nudo en su estómago se apretaba. —Sí, estamos intentando una nueva relación. —La confesión la llenó de nerviosismo, pero sabía que debía ser honesta.
Tomás se quedó en silencio, procesando sus palabras. —No puedo creer que hayas estado viéndolo mientras estábamos juntos.
—No fue así, Tomás. Nuestra relación estaba en crisis antes de que comenzara a explorar algo con Santiago. —Vanessa sintió que la tristeza la invadía al ver la reacción de Tomás.
—Siento que no puedo confiar en ti. —La ira y la tristeza se mezclaban en su voz. —Todo esto es muy confuso.
—Lo entiendo. Y no quiero que te sientas traicionado. Pero también necesito ser honesta conmigo misma. —Vanessa sintió que estaba en una cuerda floja emocional.
La conversación se tornó tensa, y ambos sintieron el peso de sus decisiones. Finalmente, Tomás se levantó, su expresión dura. —Necesito tiempo para procesar esto. No sé si puedo seguir siendo tu amigo después de todo.
Cuando salió de la cafetería, Vanessa sintió que su corazón se rompía nuevamente. Había querido ser honesta, pero el dolor en el rostro de Tomás la llenaba de culpa. Sin embargo, también sabía que había tomado la decisión correcta para su bienestar emocional.
Al regresar a casa, se encontró con Santiago. Él la miró con preocupación, sabiendo que la conversación con Tomás había sido difícil. —¿Cómo te sientes? —preguntó, sintiendo que la tristeza de Vanessa era palpable.
—Triste. Hice lo que tenía que hacer, pero no puedo evitar sentirme culpable. —Vanessa se dejó caer en el sofá, sintiendo que las lágrimas comenzaban a caer.
Santiago se sentó a su lado, ofreciéndole consuelo. —Lo que hiciste fue valiente. A veces, las decisiones difíciles son las que más necesitamos tomar.
—Lo sé, pero me duele verlo así. Tomás fue importante para mí, y no quería lastimarlo. —La vulnerabilidad de Vanessa la llenaba de emociones encontradas.
—Es normal sentirse así. Pero también recuerda que mereces ser feliz. —Santiago la miró a los ojos, sintiendo que su apoyo era fundamental en ese momento.
A medida que las semanas avanzaban, Vanessa y Santiago comenzaron a explorar su relación más a fondo. Habían pasado de ser amigos a algo más, pero las consecuencias de sus decisiones seguían presentes. Tomás no había estado presente en sus vidas, y aunque ambos sabían que era lo mejor, la tristeza por lo que había sucedido era palpable.
Vanessa se dio cuenta de que cada vez que estaba con Santiago, se sentía más viva. Sus momentos juntos estaban llenos de risas y complicidad, y la conexión entre ellos se volvía más profunda. Sin embargo, había un trasfondo de tristeza que no podían ignorar.
Una tarde, mientras caminaban por la ciudad, decidieron hablar sobre lo que habían estado sintiendo. Santiago sintió que era el momento adecuado para abordar el tema. —¿Cómo te sientes respecto a todo lo que ha pasado?
Vanessa lo miró, sintiendo que era importante ser honesta. —Me siento bien contigo. Cada momento que compartimos me hace sentir viva. Pero también hay una parte de mí que se siente triste por lo que pasó con Tomás.
—Es natural sentir eso. A veces, el cambio trae consigo una mezcla de emociones. —Santiago la miró con comprensión. —Pero quiero que sepas que estoy aquí para ti, sin importar lo que pase.
Vanessa sonrió, sintiendo que el apoyo de Santiago era fundamental. —Lo sé, y realmente lo aprecio. A veces, me asusta la idea de seguir adelante, pero también estoy emocionada por lo que tenemos.
A medida que continuaban su conversación, ambos comenzaron a sentir que había un nuevo comienzo esperándolos. La conexión que compartían era valiosa, y aunque debían lidiar con las consecuencias de sus decisiones, también sabían que tenían la oportunidad de crear algo hermoso juntos.
Con cada día que pasaba, la relación entre Vanessa y Santiago se volvía más fuerte. Compartían risas, sueños y momentos de intimidad que los acercaban más. Era un nuevo capítulo en sus vidas, y aunque el pasado seguía presente, estaban listos para enfrentarlo juntos.
Sin embargo, ambos sabían que el camino no sería fácil. El recuerdo de Tomás aún pesaba en sus corazones, y debían encontrar la manera de seguir adelante sin dejar que eso los detuviera. A medida que la historia de Vanessa y Santiago se desarrollaba, se dieron cuenta de que el amor y la amistad podían ser complicados, pero también podían ser la fuerza que los guiara a través de los desafíos.
Esa noche, mientras caminaban de regreso a casa, sintieron que estaban en la cúspide de una nueva aventura. Habían enfrentado sus miedos, habían tomado decisiones difíciles y, a pesar de todo, estaban listos para abrazar lo que el futuro les deparaba. Con la esperanza en sus corazones, sabían que estaban destinados a explorar un nuevo comienzo juntos.