La Mafia Italiana se ha expandido por muchos territorios, grandes grupos se han querido poner al nivel de una de las mafias más temidas, donde nuestro Mafiosos, asesinos por naturaleza han ido evolucionado con el paso del tiempo…
La Mafia 'Ndrangheta reaparece con gran fuerza, la conservación de territorios para la distribución de la nueva droga tan esperada, con un aditamento muy especial, que no puede ser detectado, ya que estarían cayendo en la ilegalidad de su consistencia.
Los enemigos desean tanto ser poseedores de la droga “Demon´s Damus” donde se necesita documentación legal pasando como medicamentos para un hospital “Vita Nostra Hope”…
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Capitulo 8
Elena:
(Escuchen: the Magick, Witchz)
Escuché con fuerza mi nombre girando, varias camionetas iban pasando a toda velocidad. Entreabrí mis labios pasando todo tan rápido, cuando Natalie salió de la camioneta con armas en su mano…
TACA TACA TACA TACA TACA TACA…
BOOOOOOM…
Guido se arrojó hacia mi cubriendo mi cuerpo con sus manos…
PUM!! PUM!! PUM!! PUM!!
Cubría mis oídos de los fuertes disparos y de una explosión que estuvo demasiado cerca. Se escuchaban el rechinar de las llantas que iba de regreso…
Natalie: GUIDOOOO, TUS ARMAS.
Guido: No tengo armas.
Me levanté un poco viendo a unos hombres que iban bajando de sus camionetas, Guido se levantó tomando mis manos levantándome.
Guido: corre a la camioneta.
Natalie: Toma estas armas.
Corrí hacia la camioneta donde Guido venía de mi lado cubriéndome, no quitaba mis dedos dentro de mi oído.
Llegamos a la camioneta, él se apresuró abriendo las puertas que nos iban a tenr un poco cubiertos. Natalie llegó de mi lado descartuchando volviendo a poner cartuchos en su arma, se levantó disparando hacia los hombres.
PUM!! PUM!! PUM!!
Guido tomó dos de las armas que le había dado Natalie, se puso de pie saliendo a paso lento.
Elena: GUIDOO… NO VAYAS.
Natalie se levantó con dos armas en cada mano, corría al mismo paso de Guido disparando con una puntería perfecta, los dos estaban trabajando a la par, tragué saliva al ver que ellos estaban unidos por otro motivo. Los dos juntaron sus espaldas levantando sus manos disparando a los que estaban igual devolviendo respuesta. Me sostenía con fuerza de la puerta. No podía dejar de ver como era la verdadera vida de ellos, entre armas, balas y enemigos, que ahora me tocaba estar en esta parte.
PUM!! PUM!! PUM!!
PUM!! PUM!! PUM!!
Tiraban los cartuchos metiendo otros, caminaba de cuclillas del otro lado sin levantarme, trataba de buscar al hombre que había visto en la foto pero no era ninguno de los que aquí estaba. Llegué del otro lado.
PUM!! PUM!! PUM!!
PUM!! PUM!! PUM!!
No dejaba de escucharse los disparos, pero solo Guido y Natalie casi habían acabado con todos los que habían llegado, solo unos cuantos que se fueron alejando pero Guido no dejaría a ninguno con vida.
Mi corazón se detuvo, al sentir algo que presionó mi cabeza. Mi respiración se aceleró demasiado. Me sujetó con fuerza del cabello levantándome.
Elena: AAAAYYYYYY…. IDIOTA.
Me lanzó hacia la puerta del camioneta, me di la media vuelta, cuando me golpeó con el arma en mi frente.
Elena: aaaahhhh…
Caí al piso llevando mi mano hacia mi frente donde me estaba dando todo vueltas por el fuerte golpe. El hombre se puso de cuclillas, apartando mi cabello con su arma. Levanté la mirada con mucho cuidado.
Hombre: el jefe estará contengo al saber que la perrita anda en celo junto a los Italianos…
Elena: ¿Qué? ¿Qué cosa?
Hombre: Vendrás conmigo.
Elena: No iré contigo a ninguna parte.
Empujó mi cabeza hacia la puerta presionando mi cuello, le daba golpes en su rostro removimiento mis piernas, sonrió soltándome, se puso de pie tomándome del cabello empezando arrastrarme.
Elena: GUIDOOO… GUIDOOO….
Abrió la puerta de una camioneta, me jaloneaba del cabello. Me levantó empujando mi cuerpo hacia adentro de la camioneta, no iba a subirme por nada del cielo.
- ELENAAA…
Lograba escuchar la voz de Guido pero estaba demasiado lejos, el hombre empezó a golpearme con tanta fuerza, hasta la respiración ya se me había ido.
Elena: Déjame.
Sostuvo mi rostro golpeándome en la frente, vi tantos pajaritos que ya no lograba coordinar lo que estaba pasando, Logró subirme a la camioneta cerrando la puerta…
PUM!! PUM!! PUM!!
PUM!! PUM!! PUM!!
Los disparos se empezaban a escuchar cada vez más fuerte, el hombre aceleró yendo del lado contrario donde estaba viniendo Guido y Natalie. Dio un frenon haciendo que cayera del asiento trasero, sacó su mano apuntando hacia Guido, me levanté viendo a Guido que daba pasos con el arma apuntando hacia el hombre. Pasé mi mano por el cuello del hombre, apreté con fuerza, él por error piso el acelerador, avanzando a toda velocidad. Me caí en el asiento de atrás, el hombre trataba de controlar la camioneta.
PUM!! PUM!! PUM!!
PUM!! PUM!! PUM!!
Hacia por abrir la puerta al ver que pasamos al lado de Guido y Natalie… los dos arrojaron sus armas giré el cuerpo viendo que ellos corrían hacia la camioneta.
Hombre: No vuelvas hacer eso.
Elena: Maldito… no me iré contigo.
Levanté mis dos piernas pateando su asiento, no me iba a detener hasta lograr que este hombre me bajara aunque me tenga que arrojar de este lugar.
Hombre: CALMATE RAMERA.
Elena: ¿a quien le dices ramera?
Me levanté golpeando a puño cerrado su rostro, pero él los iba deteniendo mientras algunos si lograba alcanzarlos. Me sujetó de la mano atrayéndome hacia él.
Hombre: QUE TE CALMES.
Elena: Déjame… déjame…
Sujetó con fuerza mi cabeza presionando en el respaldo del asiento, la camioneta e iba de un lado y del otro… me soltó
PAAAAAAAAAM!!!!
Un fuerte golpe en la parte de atrás de la camioneta golpeó en donde me encontraba, mandándome hacia la parte de adelante, él me sujetó del cabello no dando vida. Restregaba mi rostro entre sus piernas.
Elena: Mal… mal…
Hombre: Es lo que les gusta a las mujeres como tu. Vamos… harás un buen oral para mi.
Elena: PRIMERO MUERTAAA…
Abrí mi boca mordiendo con fuerza.
Hombre: AAAAHHHHH….
Levantó mi cabeza soltándome una cachetada, la cachetada más fuerte que me hayan dado.
PUM!! PUM!! PUM!!
PUM!! PUM!! PUM!!
Sacó su mano mirando por el espejo de un lado, estaba apuntando directo a las llantas de la camioneta de Guido…
Me arrojé encima
PUM!!!
El disparo se fue hacia un lado evitando un final a la camioneta de Guido.
Hombre: Maldita, te metes donde no debes.
Tomó como una radio.
Hombre: LA TENGO… TENGO… ME COPIA SEÑOR.
Le di una patada viendo como se le cayó el radio, pisó el acelerador, sacando una ventaja de varios metros, pisó el freno. Guido se dio cuenta escuchando el rechinar de las llantas pero fue inevitable el golpe… Aceleró demasiado rápido, si seguía de esta manera nos terminaría por matar. Necesitaba llegar cuanto antes rápido con Dimitri y Daemon…
Elena: AAAAH…
Cubrí mi cabeza veía los cristales que se iban cuarteando. Me mantenía entre la guantera y el asiento mientras pateaba al hombre, no lo dejaría llegar más lejos, sostuvo mi pie jalando, se lo removía, abrió la boca queriendo moverme.
PUM!! PUM!!!
El hombre sujetó el volante viendo que se le estaba complicando mantenerlo controlado.
Hombre: MALDITO… MALDITO.
No lograba controlarlo cuando la camioneta se salió de la carretera, las piedras estaban muy altas cuando sentí una fuerte presión de un fuerte golpe.
PAAAAM!!!!
Abrí los ojos, viendo al hombre que se estaba removiendo, mi mano jalaba la manija, logrando abrir la puerta, me dolía todo el cuerpo del tremendo choque había logrado este hombre. Bajé un pie pero me sostuvo el otro.
Elena: Sueltame… sueltameee… suéltame.
Hombre: De aquí no vas a salir viva.
Jalaba con fuerza, pero estaba apoyando la pierna lastimada, estaba temblorosa que no lograría, levantó el arma apuntándome.
Hombre: NO LES DARÁS LA VICTORIA A LOS ITALIANOS 'NDRANGHETA.
Elena: déjame… ni sé de que me hablas.
Quitó el seguro de su arma, negué con la cabeza estaba desesperada viendo a Natalie que levantó su arma apuntando, no sé si al hombre o a mi.
Natalie: Baltazar.
El hombre volteó hacia donde mencionó su nombre…
Hombre: Tiene que morir.
Natalie: HOY NO.
PUM!! PUM!!
Cerré los ojos al sentir como salpicó la sangre del hombre en mi rostro para caer como una reverenda mierda al piso. Abrí mis ojos viendo unos pies frente a mi. Levanté la mirada viendo a Guido con un arma en su mano. Se puso de cuclillas, dejé caer mi cabeza sobre mi mano, él solo estaba haciendo piojito en mi cabello, puse mi mano encima la de él apretando, pero no le diría Gracias.
Elena: ¿Esto es así?
Guido: Esto es así.
Negué con la cabeza, no quería que dejara de hacer ese detalle en mi cabeza, pero los pasos más detestables venían hacia nuestro lado.
Natalie: Se están acercando.
Guido: De seguro están buscando las ubicaciones de los nuevos cargamentos.
Apartó su mano ayudando a sentarme en el piso, observó mi pierna.
Guido: ¿Puedes caminar?
Justo lo que necesitaba para devolvérsela a vacaly.
Elena: No, me duele mucho.
Pasó sus manos por debajo de mis piernas levantándome, caminaba hacia la camioneta.
Guido: Abre Natalie.
Ella abrió sin demorarse, me acomodaba, entrando conmigo en la parte de atrás, Natalie estaba que no podía controlarse de lo molesta que se le veía. Bajé mis manos de su cuello de Guido, mi cabello se había enredado en la cremallera de su chamarra, lo sujetó con mucho cuidado, no apartaba la mirada de él cuando nuestras miradas se cruzaron, sus ojos eran color rojos, era impresionante ver ese cambio que él tenía. Entreabrió sus labios mirándome. Negó con la cabeza pasando la mirada hacia Natalie, salió de la camioneta cerrando la puerta, miraba que algo se decían, aunque no tenía idea que podía ser, le abrió la puerta ayudando a subir, cerró con fuerza, ella me miró con una intensidad, pasando el cinturón por ella, lo abrochó esperando a que subiera Guido, le sonrió, pero no pude ver si él le correspondía, solo que ella tomó su mano pero él terminó arrebatándosela, se acomodó de mala manera cruzando los brazos.
La camioneta empezó avanzar, tenía muchas dudas de por que me dijo ramera ese hombre, no conocía nada de lo que ellos estaban metidos, de seguro me confunden con otra persona.
Elena: ¿Quiénes eran esas personas?
Guido: personas de Terzo.
Elena: ¿Por qué me dijo ramera en celo?
Natalie sonrió mirándome con tanta ironía.
Natalie: Las feromonas … Querida.
Elena: No seas igualada.
Natalie: Creeme, nunca desearía ser como tú.
Elena: Brincos dieras, solo escuchate, pero escucha esto tonta. No te confundas conmigo, no son un ángel ni mi paciencia es tan buena. Sé jugar, se irme y también sé como herir. Nunca me subestimes cuando me veas en silencio. Sé más de lo que digo, pienso más de lo que hablo y observo más de lo que te imaginas. Te das de muy perra mamacita y me tuviste de frente y ni ladrar pudiste.. pobrecita tonta.
Natalie: repítelo.
Guido: NO QUIERO ESCCHARLA A NINGUNA DE LAS DOS.
Natalie: ¿Me pones al mismo nivel que ella?
Guido: AQUÍ NADIE ES MÁS QUE NADIE.
Natalie: Soy tu pareja.
Guido: AUN ASI NO TE DA DERECHO DE NADA.
Elena: déjala, que ladre… lo que no entiende… es que también se humillar, engañar e ignorar, pero prefiero tener madurez lealtad y respeto, hasta en eso hay niveles.
Natalie: Si.. cla…
Guido: DIJE QUE SILENCIO… NO QUIERO SEGUIR ESCUCHANDOLAS. NI UNA NI A LA OTRA, SI NO SE PUEDEN TOLERAR, NO SE DIRIJAN LA PUTA PALABRA.
Rodé los ojos, me acomodé en el asiento dando media vuelta dando a los dos la espalda, me sentía muerta de dolor, muerta del cansancio, necesitaba una buena ducha y lavarme de toda las sangre que tenía en mi rostro. Solo… solo quería descansar un poquito. No pedía nada más que eso. Lo necesitaba.
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