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Salvando A Mi Hermano Ernesto

Salvando A Mi Hermano Ernesto

Status: Terminada
Genre:Posesivo / Mundo mágico / Época / Romance / Reencarnación / Mujer poderosa / Completas
Popularitas:343.1k
Nilai: 5
nombre de autor: LunaDeMandala

Elysia renace en un mundo mágico, su misión personal es salvar a su hermano...

NovelToon tiene autorización de LunaDeMandala para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Preparativos 2

Esa noche, al volver a su habitación, se encontró a Hans apoyado contra la ventana, con los brazos cruzados. La miró con una intensidad peligrosa, como si hubiese estado esperando solo ese instante.

—Así que… —dijo en voz baja, caminando hacia ella—, pediste trajes de encaje para la noche de bodas.

Elysia parpadeó, sonrojándose hasta las orejas.

—¿Las modistas te lo contaron?

Hans se inclinó hacia ella, atrapándola contra la pared con su cuerpo.

—Lo contaron riendo, como si fuera un secreto travieso. —Su voz era grave, áspera—. ¿Sabes lo que me provocó escucharlo?

Elysia sonrió coqueta, intentando sostenerle la mirada.

—¿Celos del encaje?

Hans soltó una carcajada baja y la besó con fuerza, devorándola como si quisiera demostrar que nada podía competir con él. Entre besos y respiraciones entrecortadas, murmuró contra sus labios:

—Por tu culpa estoy pensando en adelantar la boda cada día. No sabes la tortura que es esperar.

Elysia le rodeó el cuello, temblando entre risas.

—Si no puedes esperar, entonces cúlpate por no tener aún un anillo en mi dedo…

Hans gruñó divertido y volvió a besarla, esta vez con un reproche disfrazado de promesa:

—No te preocupes, Elysia… muy pronto no habrá encaje ni secreto que te salve de mí.

Al día siguiente, Ernesto se quedó en silencio, apoyado contra el marco de la puerta del salón.

Las modistas desplegaban telas brillantes, bordados de plata y catálogos interminables; Elysia reía, girando sobre sí misma mientras se imaginaba con cada uno de los vestidos.

—Ese no, parece demasiado serio para mí… —decía con una sonrisa traviesa—. Quiero uno que me haga sentir que estoy viviendo un sueño.

La risa de su hermana llenó la habitación como un eco desconocido para él. Ernesto apretó los labios, sorprendido. Hacía mucho tiempo que no la veía así: ligera, ilusionada, casi luminosa.

Recordó cuántas veces la había visto llorar en silencio, cuántas veces la había sentido como una carga que debía proteger sin saber cómo hacerlo. Y ahora, frente a sus ojos, Elysia parecía estar floreciendo por sí sola.

El peso en su pecho se alivió.

—Si eres feliz… entonces yo también lo estoy —murmuró para sí, sin que nadie lo escuchara.

Y por primera vez en mucho tiempo, Ernesto no sintió miedo de perderla, sino calma al verla sonreír como nunca antes.

Al día siguiente, Elysia abrió lentamente los ojos aquella mañana, aún adormecida, y lo primero que vio fue un resplandor dorado en su mano derecha. Su respiración se cortó. Un anillo de compromiso, delicado pero imponente, brillaba en su dedo como si siempre le hubiera pertenecido.

El corazón le dio un vuelco cuando notó el aroma de flores frescas. Su habitación estaba cubierta de ellas: rosas, lirios y violetas, como si la primavera entera hubiera estallado en aquel lugar durante la noche.

Sobre la mesita de noche, entre los pétalos, descansaba una nota escrita con la caligrafía elegante e inconfundible de Hans.

"Eres mía."

Elysia apretó la carta contra su pecho, con la cara encendida entre el rubor y la sorpresa. Elysia sabía que no había preguntado, que no había esperado su respuesta… Hans simplemente había decidido marcarla como suya.

Cuando se levantó de la cama, aún mareada de emoción y desconcierto, lo encontró en su sillón favorito, observándola con esa sonrisa arrogante y satisfecha.

—¿Te gustó mi manera de pedir tu mano, brujita? —preguntó, su voz grave y burlona.

Elysia no pudo contenerse. Con el anillo aún brillando en su dedo, se lanzó hacia Hans y lo abrazó con fuerza, sintiendo cómo su pecho palpitaba al compás del suyo.

—¡Hans! —susurró, entre risas y suspiros—. No puedo creerlo…

Él sonrió, inclinándose para atraparla en un beso profundo y posesivo, sus manos recorriendo suavemente su espalda mientras ella se aferraba a él. Era un momento de completa entrega, de pasión contenida y emoción desbordada.

—Mi brujita… —murmuró Hans entre besos—. Eres toda mía.

Elysia respondió con igual intensidad, pero de pronto se separó, con los ojos brillantes y una risa entre jadeos:

—¡Espera! —exclamó, sujetándolo de los hombros—. Aún faltan dos semanas para la boda. No podemos… no aquí, no ahora.

Hans arqueó una ceja, divertido y confundido al mismo tiempo, pero obedeció a regañadientes.

—¿Dos semanas…? —repitió, como si ese tiempo fuera una eternidad—. Muy bien, brujita. Pero recuerda… te esperaré con todo el tiempo del mundo… y no toleraré retrasos.

Elysia lo empujó suavemente hacia la puerta, sonriendo traviesa mientras Hans la seguía con la mirada, respirando hondo para contener su deseo.

—Corre, corre antes de que cambie de opinión y te arrastre otra vez —dijo, dejando escapar una risa baja y peligrosa.

Los días siguientes, la mansión se transformó en un hervidero de actividad. Las modistas llegaban a primera hora, desplegando telas de seda, encajes y bordados que harían que la boda fuera recordada por todo el Imperio Volt. Elysia, emocionada y risueña, corría de un lado a otro, probándose vestidos, eligiendo bordados y colores, mientras sus risas llenaban los pasillos.

Cada vez que Hans la veía, su mirada se volvía más intensa, más posesiva. No podía soportar que otras manos tocaran su vestido, que otras voces la hicieran reír, ni siquiera que los criados se acercaran a ayudarla con los zapatos o el cabello sin su permiso.

—¡Mi brujita! —exclamaba desde la puerta de la habitación de ensayo—. Nadie más toca eso. Solo yo puedo tocar tu cabello, tus manos… y tu vestido antes del altar.

Elysia lo miraba entre divertida y resignada, aunque no podía negar que su corazón se aceleraba cada vez que lo veía acercarse con esa expresión de dominio absoluto y amor ardiente.

—Hans… —decía, riendo suavemente—. Si sigues así, me voy a marear y voy a terminar corriéndote otra vez de la habitación.

Pero él solo sonreía, avanzando un paso más, dejando que sus dedos rozaran suavemente los de ella cuando ajustaba algún detalle del vestido.

—No me importa que me corras, brujita —murmuró con voz grave—. Cada vez que te veo así… feliz y radiante… me vuelvo loco.

Y así pasaban los días: Elysia entre telas y risas, Hans entre papeles, seguridad y la imposibilidad de quitarle los ojos de encima. Cada mirada, cada roce accidental era suficiente para que él sintiera que el mundo giraba solo alrededor de ella.

Incluso Ernesto, desde lejos, podía ver la complicidad y la intensidad que había entre ambos, y por primera vez en mucho tiempo, se sintió tranquilo al ver a su hermana tan segura, tan feliz y tan absolutamente enamorada.

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Massiel Martinez Rosales
pero pásenle las palomitas y las sodas a hanz
Massiel Martinez Rosales
lo amo hanz dale con la silla
Massiel Martinez Rosales
jajajaja el lo único en que se fijo es en el camison 🤣🤣
Neisa Velasco Mina
Está niña si es necia déjese ayudar que el tiene razón en lo que dice una cachetada no se debe perdonar así rápido y menos si es de la persona que es sangre
Maritza Carrillo
Bonita historia.
pero un amor muy tóxico para mi gusto.
Maritza Carrillo
protección, todos tenemos derecho a saber lo que sucede en nuestro cuerpo .... ayyy Dios que nivel de obsesión tan bárbara...
Amor... obsesión tóxica... .
Maritza Carrillo
huyyy que fastidio, que relación tan absurda, podía unir esfuerzos con el cuñado, eso haría más feliz a la tonta Elysia .
No había visto tanta opresión solapada bajo un embarazo. /Hammer/
Maritza Carrillo
Independencia?? si siempre y cuando no camine un metro más allá de la correa de oro que tiene puesta...
Que tonta!!
Maritza Carrillo
Cual independencia?? Ella hace lo que el quiere y como el quiere..
Demasiado tóxico, o ella tiene un problema y necesita ser absorbida de esa manera?? y si ella se revela que va a pasar??
Maritza Carrillo
Definitivamente amor toxico. lujuria?? pasión?? por encima del respeto y la independencia?? No. con todo respeto, para mi no tiene sentido. el amor verdadero debe tener pasión, lujuria, lealtad, confianza y muchoooo RESPETO .
Maritza Carrillo
Esa posición de macho alfa por más que sea amor es asfixiante. Es una posición ridícula y es lo que hace que una mujer pierda valía, se puede amar con intensidad sin perder independencia /Smug/
Neisa Velasco Mina
BIEN HECHO ESO LE PASA POR DESPRECIAR ALA HERMANA
amo la lectura
por qué sinto que el conde pertenece a un linaje en dónde se marca a la pareja
amo la lectura
me estoy empezando a preocupar por la manera de ser de Hans con Elysia será que es de naturaleza ser de esa manera o hay algo más /Shy//Shy/
amo la lectura
me parece que alguien ya se está adaptando a la forma de ser del conde Hans
amo la lectura
alguien más está pasando lo mismo que yo que este nuevo cuñado de Ernesto es parte demonio aparece de la nada y se va de la misma manera ☺️☺️
amo la lectura
por qué razón ese tal Mark de repente se interesó en la hermana de su amigo Ernesto
amo la lectura
ese Mark por poco y visita a san Pedro por susyo y el miedo ☺️🤭
amo la lectura
no entiendo Hans siempre está en la casa de Elysia que acaso no tiene casa propia /Doubt/
amo la lectura
no entiendo como entro esa mujer si Ernesto puso más seguridad en la casa
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