Allison Silva una hermosa joven de quince años oriunda de Venezuela, especificamente de los Andes estado Trujillo, pero que desde muy chica se mudo a España con sus padres, pues a su papa le salio una oportunidad de oro en un laboratorio europeo, regresan luego de mas de una decada a pasar semana santa con su familia sin imaginarse que el mal se avecina para la inocente chica.
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Cap 9: Sueño recurrente /hermosa melódia
Consolar a Sol y a Javier fue muy duro para mí, después de lo ocurrido últimamente me he sentido observada y eso me tiene en un estado de alerta y nerviosismo constante.
Ver a mi prima desmoronarse en llanto diciendo si hubiera esto, si hubiera lo otro, me hace replantearme muchas cosas.
Sentía la necesidad de conversar con mis padres de lo ocurrido, pero algo me impedía hacerlo.
Javier se fue destrozando a su casa, fue tan grande el impacto de esa noticia que hasta la borrachera se le pasó.
Todo el pueblo se vistió de un gran silencio, de luto muchos lloraban, Sergio era bastante querido y aunque no lo trate, ni lo conocí mucho, tenía varias actitudes que no me gustaron, no es por hablar o pensar mal de alguien que ya no está entre nosotros, pero él solo se buscó su muerte, el solito se buscó su ruina al entrar a un lugar prohibido, ellos son de acá y no hicieron caso.
Decidí dormir con Sol para consolarla y porque Rosa tiene el sueño más pesado que una roca.
Abrace a mi Sol radiante que ahora parece oculto por nubes de tormenta y le acaricie su cabello, la sentía sollozar a causa del llanto.
Rogaba a Dios que la electricidad no vuelva a ser cortada y si eso pasa me iré a dormir con mis padres, pero acá no me quedo, no señor.
La oscuridad nunca me ha atemorizado, pero comienzo a tenerle gran temor a lo que en ella se oculta.
Ore antes de dormirme y le pedí a Diosito un poco de consuelo a mis primos y a la familia de Sergio. También protección para mi vida y que me diera sueños bonitos y una noche de descanso.
Aunque intente con todas mis fuerzas permanecer despierta el mayor tiempo posible, me fue difícil no dormirme y comencé a tener un sueño que se repetía, como cuando ves un video o película y regresas la imagen a cierto punto y la reproduces varias veces.
Me veía en un lugar lleno de hermosas flores, juro que hasta podía oler las fragancias de estas, muchas mariposas volando llenaban el lugar y una se posó en mi mano.
Saben lo que dicen si una mariposa se posa sobre ti es un familiar fallecido que te está visitando.
Una hermosa y relajante música se escuchaba en todo el lugar, llenando de magia cada rincón.
Eres tu mi gran amor, quédate a mi lado por favor. Decía esa dulce canción que me hacía delirar de ternura.
El sueño terminaba ahí se repetía de nuevo.
Nuevamente la hermosa melodía.
Eres tu mi gran amor, quédate a mi lado por favor.
En un momento de lucidez agradecí a Dios tener sueños bonitos y no sé que paso, pero la mariposa se convirtió en algo feo que me pedía huye escapa y la voz se volvió grave y horrible como gruñidos, abrí mis ojos de golpe y grite con gran horror al verme en plena calle.
Mi grito fue fuerte, tanto que una vecina se despertó asustada y salió a ver que ocurría.
Me sentía desorientada y no entendía como carambas había llegado descalza y en pijama a la calle.
Jamás he sido sonámbula, mis padres lo habrían notado o mis amigas en todas las pijamas me lo hubieran comentado.
La mujer corrió a verme con una linterna en mano.
Niña que te ha pasado, mi conmoción era tanta que no sabía como explicar.
No me dejes sola supliqué ahogando mi llanto.
Estás muy fría cariño ven conmigo, me dijo dulcemente asentí y la seguí a su hogar.
Me llevo a una silla y luego me arropo con una manta.
Voy a prepararte un té y me contarás que te ocurre su voz era convincente y se notaba su sabiduría.
Pensaba como le explico todo lo que me ha ocurrido desde esa tarde en el Salao.
Como si leyera mi mente me dijo.
Con mucho valor vas a explicarme, porque eres valiente y llena de luz porque lograr lo que hoy has hecho lo confirma.
No entiendo a que se refiere, pero ella me transmite mucha paz y esa confianza como si la conociera de toda la vida.
Me ofreció la taza de té de manzanilla.
Lo siento no tengo de tilo, pero la manzanilla también calma los nervios y le dará calor a tu cuerpo.
Escapaste del frío de la muerte por eso estás helada niña, abrí mis ojos.
Frío de la muerte, pero que dices le digo aterrada.
Verás cariño yo al igual que tú lo hice, no creía en nada de lo sobrenatural, para mí eran inventos de gente falta de oficio, desafíe la maldad y la maldad casi me destruye, pero conocí a Jesús y él es la luz.
Dime como saliste del encanto del mal y lo más impresionante que lo has hecho frente a mi casa, justo a la hora que me levanto a orar, eso no es casualidad.
Encanto pregunto imprecionada por las palabra de la señora.
Niña en este lugar existe la maldad y se esconde de la vista de todos en la oscuridad, engaña a quien desea con sueños hermosos y recurrentes, melodías agradables es difícil salir del encanto y cuando lo haces ya es demasiado tarde.
Yo pude salir de él y fue gracias a Jesús nuestro Señor quien me libro del mal.
Eres muy linda y puedo ver la pureza y nobleza de tu corazón, cuídate mucho y conversa con tus padres no estás sola.
Termina tu té, voy a llevarte a casa, lágrimas brotaron de mis ojos y la abracé fuertemente gracias le dije y esta sonrió.
Termine mi te, y mi cuerpo estaba calentito otra vez.
Usa la manta me dijo me dio unas pantuflas y me llevo a casa, caminamos bastante lo que me impresionó, pues me dirigía a Juan Pérez.
Al llegar frente a la casa de mi abuela, la señora se despidió de mi diciendo que ya estaba a salvo, que me cuidara mucho.
No quiso entrar por más que insistí.
Entre y al voltear ya la señora no estaba.
Asustada corrí adentro.
La puerta estaba abierta creo que fui yo quien la dejo así, pues todos aun dormían.
Al estar dentro me cuestione si todo era verdad o había sido un sueño, me senté en el mueble con una lámpara encendida y el cansancio me venció quedándome dormida casi inmediatamente.
A la mañana siguiente era viernes santo, me despertó mi abuela asustada de verme acurrucada en el sofá.
Abuela tuve el sueño más raro y loco de mi vida dije, pero al mirar la manta de colores que me cobijaba comprendí que no fue un sueño, escape de las garras de la muerte.