Mila, hija de uno de los hombres más poderosos de Suecia, hará todo para evitar los planes de su padre, imponiendo los de ella.
Para evitar un gran problema con su futuro, se meterá en uno peor, todo por ser tan rebelde, ¿será que de esa locura surgirá el amor?
NovelToon tiene autorización de karina♑ para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capitulo 9.
Me las arreglo para salir, tengo que ir a verlo, necesito saber si es verdad lo que me dijo Enzo, necesito que me explique por qué Enzo se comportó de esa forma.
Mi padre está en su despacho muy entretenido, mi hermano no está, las empleadas preparan todo para la noche, el problema es los escoltas, cómo diablos hago para salir.
Si salgo por dónde me escapaba cuando era una adolescente, es que me coloque un vestido blanco, que broma ahora como hago.
Me como las uñas pensando, no hay de otra, debo hacerlo así, no importa si se me mancha un poco el vestido.
Camino a la parte de atrás de la mansión, por el jardín, esto es enorme, menos mal hago ejercicios, están los arbustos, de la parte de atrás son bastante tupido, pero como puedo salgo. El vestido se me mancho de verde que horrible, parezco una loca, bueno mejor con eso no me reconocen si me llegan a ver.
Avanzo por la acera lo más rápido que puedo que ya van a ser las nueve, solo quedan 10 min para llegar.
Decido enviarle un mensaje. “Voy en camino, no fue fácil escapar de casa”
No recibo respuesta y sigo avanzando, cuando veo un taxi lo detengo, le doy la dirección y respiro aliviada que nadie me vio.
Dos minutos por sobre la hora logro llegar, me da vergüenza bajar del taxi, mi vestido está horrible.
“Mi vestido se manchó horrible, me da vergüenza bajarme, hay mucha gente aquí”
“¿De qué talla eres?”
“Del 4”
—Señor, espere un poco, no se preocupe que le voy a pagar.
—Tranquila—Me sonríe.
Unos 10 minutos veo a Horacio acercarse al taxi, se ve tan bello, con ese porte de chico malo, esa mirada tan azul, tan intensa.
Toca a la ventanilla del auto, abro la puerta para que pueda entrar, me entrega una bolsa, de Armani.
—Espero que te quede bien—me mira, adivine el color— sonríe de medio lado.
—¿Dónde me voy a cambiar?
—aquí mismo—mira al señor del taxi—Vamos viejo, la dama se tiene que cambiar.
El señor sale sin decir nada y él hace lo mismo.
Saco el vestido es largo, bastante, me intriga, veamos si tiene buenos gustos.
Me quito el vestido que llevo puesto, y procedo a colocarme el nuevo vestido. Al ponerlo me doy cuenta de que es un vestido de novia, me coloco las manos en la cara y comienzo a llorar, vino para casarse conmigo.
Abro la puerta para salir, debe ayudarme a subir la cremallera, me da la mano para que salga, el vestido es largo, no tanto pero lo es.
Es un vestido blanco, corte imperio de hombros caídos con manga de 3/4 es sencillo, pero hermoso, por lo menos creo que me veo bien.
—¿Me ayudas?—le doy la espalda para que me ayude con la cremallera.
Horacio me mira como embelesado, con sus dos grandes manos, toma el lado abierto del vestido, me estremecí al sentir sus dedos fríos sobre mi piel, con suavidad sube el cierre.
Me giró nuevamente a él—¿Cómo me veo?, agarro los lados del vestido y giro dos veces.
—¡Te ves muy hermosa!—sus ojos azules no dejan de verme.
—Se ve muy bien, señorita—Dice el señor del taxi, ya lo había olvidado—hacen muy bonita pareja, seguro que sus hijos serán hermosos.
Horacio saca una cantidad generosa de dinero y se la entrega al hombre, este se va muy contento.
—¿Qué hacemos aquí?, ¿por qué este vestido?—Intento seguirle el paso.
—Vamos, que hoy amanecí con ganas de casarme—Gira un poco el rostro y me sonríe.
—¿Estás seguro? —Se detiene.
—No, pero lo voy a hacer, vamos antes de que me arrepienta, el registrador nos espera.
Qué nervios, siempre si me voy a casar, no lo puedo creer.
En el ascensor no dice nada.
—Horacio, ayer vi a Enzo—me mira por un momento.
—¿Qué te dijo?
—Me dijo que estabas de viaje con tu novia, lo que bueno me parece una locura, porque no estarías aquí ahora y. . .
—bájale dos, ¿qué más te dijo?— se ve extraño.
—No lo sé, estaba como loco, me quería obligar a ir con él, decía que él me podía ayudar a salir de mi apuro y no sé cuántas cosas más.
Horacio ahora tiene la mandíbula tensa—¿te hizo algo?
—Por suerte no, logré salir corriendo, me dio mucho miedo—un sonido me paraliza, le dio un golpe a la pared del ascensor.
—No te asustes—me dice—¡Traidor desgraciado!
—¿Ustedes no son amigos?, ¿por qué estaba así?
Se abre la puerta del ascensor.
—No, no es mi amigo, es mi hermano—Avanza, mientras me quedo paralizada, no estoy entendiendo nada.
—¿Vas a venir?—me llama.
Avanzo y entro con él, recibo la mano que me está dando.
—Buenas tardes— Saluda como si nada— ya estamos aquí, puede proceder.
—Tomen asiento—así lo hacemos.
—Horacio Pocaterra, ¿acepta a Mila Kunis cómo tu esposa?
—Si acepto—lo dice sin titubear, como si deseara hacerlo.
—Mila Kunis acepta a Horacio. . .
—Si aceptó—Ya no hay vuelta atrás, ya nos casamos.
—Los declaro marido y mujer, puede besar a la novia.
Llego la parte de los nervios, ahora toca besarnos.
Horacio coloca su mano sobre mi mejilla, con suavidad, siento sus dedos fríos, sobre mi piel, acerca sus labios a los míos, nada más los toca, el sonido de mi teléfono nos saca de mi fantasía.
No quiero contestar, solo quiero que me bese, pero no lo hace.
—contesta—Dice tan distante.
—Es mi hermano—Las manos me tiemblan.
—Contesta.
—B... bueno.
—¿Dónde demonios estás?, ¡maldita sea!, ¿cuándo vas a dejar de ser tan irresponsable?, no te das cuenta del peligro que corres andando sola por la calle.
—Alexis. . .
—Una mierda, ¿dónde estás?, que voy por ti enseguida.
—Miró a Horacio porque no sé qué hacer, si me voy a ir con él o que, Horacio me quita el teléfono y corta la llamada.
—Vamos.
—Deben firmar el acta de matrimonio—Nos detiene el registrador.
Rápido agarra el lapicero y me lo da para que firme, coloca un dedo sobre el lugar donde él va a firmar, escribí mi nombre y le doy el bolígrafo a él, quién hace lo mismo.
Salimos del lugar tomado de las manos, nos subimos a su auto, pero ahora noto algo que antes no, una camioneta negra llena de hombres lo siguen.
Gracias y bendiciones