El está enamorado de su mejor amiga. Ella está a punto de casarse. El día de su boda tiene un accidente y "muere" un año después el se encuentra con una chica que es idéntica a ella.
¿Será la misma mujer o una prima lejada muy parecida.?
NovelToon tiene autorización de Regina Cruz C. para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
¿Quieres casarte conmigo.?
...Cristina....
Ese chico se ve buena onda. Pero creó que es el tipo que no me invitó a su fiesta. Le iba a preguntar pero en eso mi teléfono sonó.
— Hola.
— Te mandaré una dirección. Ve por favor.
— ¿Nicolás.?
— Si. Te esperó.
Me colgó. Qué seco. Para yo ser la mujer que ama me trata muy raro.
— Tengo que irme.
— ¿Tú novio te espera.?
— Si.
— Nos vemos.
— Nos vemos. — Tomé mi mochila y me fuí al lugar que decía en el teléfono. Pensé que sería un restaurante, las pedidas de mano casi siempre son en esos lugares. Pero para mi sorpresa era ¿un parque de diversiones.?
Mmm, si está chiflado.
Le llamé.
— Ya llegué. ¿Dónde en estás.?
— Atrás de ti. — Giré y lo ví hincado. Esa vista era muy agradable. — ¿Quieres casarte conmigo.?
— Qué poca sinceridad. — Dije disgustada. Así no era cómo yo lo había imaginado.
— ¿Cómo se supone que debo pedirlo.? — Preguntó un poco irritado.
— Con amor. — Dije yo aún más irritada. El se puso de pie.
— Te dije que no sabía cómo hacer estás cosas. — Puso el anillo en mi dedo. — Por favor confórmate con ésto.
— ¿Porqué debería.?
— Porqué seré un buen esposo. Te lo aseguró.
— Bien. Me conformaré sólo porqué el anillo es bonito. — No sabía porqué estaba actuando así, tal vez si fuera otro chico lo mandaría a volar, pero es que mi corazón se siente bien al tenerlo cerca. Y en verdad siento cómo si lo conociera de toda la vida. ¿Será que la dueña anterior lo conocía.?
No. No creó. Eso es imposible.
— Deberíamos pasear por el parque un rato. ¿Qué opinas.?
— Si eso quieres está bien. — Me acompañó a los juegos. No se le veía muy feliz. Quise ver qué tan miedoso es y lo llevé a la casa de los sustos. Nunca había podido entrar ahí por mi corazón, y siempre me dije que si un día iba sería con mi novio. Así el me protegería.
Lo que no imaginé es que yo era lo que terminaría protegiéndolo a el.
— No puedo creer lo miedoso que eres. — Reclamé cuando salimos de la casa.
— Crecí sobreprotegido. No es mi culpa.
— También he estado sobreprotegida varios años. Pero no por eso soy una cobarde. Tú eres el que debió cuidarme y decirme que todo estaría bien. Los papeles se invirtieron en ese lugar.
— Lo siento. Lamentó no haberte protegido. No sabía cómo hacerlo. — Se le escuchaba un poco triste.
— Oye no es cómo que me morí. — Sonreí. — Sólo estaba molestandote, en realidad me gustó ser la heroína.
— También le gustaba.
— ¿Qué.?
— Nada. Sólo hablé conmigo mismo. ¿Quieres probar otro juego.?
— Si. — Lo lleve a uno donde se meten aros en unas botellas. — Quiero ese oso de allá. — Señale un extraterrestre morado.
— ¿Y si mejor te lo compró.?
— No. Yo quiero que lo ganes para mí.
— Lo intentaré. — Además de miedoso tiene pésima puntería. Pero en realidad no le veo eso cómo un defecto. Al contrario todo lo que hace me divierte.
— Sabes deberías dejarlo. Probemos otra cosa. — Lo llevé a otros juegos, en casi todos era malo, exepto en la máquina de bailar. Ahí se movía increíble. Sobrepasó la puntuación más alta. — Estoy orgullosa.
— Gracias.
— Un día debes enseñarme a bailar.
— Será todo un honor. — Los dos nos miramos mientras sonreímos. Se sintió extraño y bonito. — ¿Te llevó a tu casa.?
— Si.
...Sabel....
Mi hija regresó y fuí a interrogarla. Nunca llega tan tarde.
— ¿Con quién estabas.? ¿Porqué no me avisaste que llegarías tarde.?
— Lo siento mamá. Es que no era tan tarde cuándo salí de la universidad. Y con Nicolás el tiempo se me pasó volando.
— ¿Estuviste con el.?
— Si. Estube varias horas con el.
— Me alegró que se lleven bien.
— Mamá después de casarme quiero tener muchos hijos.
— ¿Qué.? — Ese comentario me aceleró el corazón. — ¿Hijos.?
— Si mamá. Hoy en el parque ví muchos niños lindos, y muchas mujeres con bebés, me imaginé un hijo de Nicolás y mío, seguro será muy bonito.
— Hija ni siquiera lo conoces bien. Deberías esperar para...
— Mamá en verdad amo a ese hombre. Estoy segura de que quiero tener hijos con el. Unos cinco si es posible.
— ¿Cinco.?
— ¿O debería tener seis.?
— ¿Estás loca.?
— Se me pegó un poco de Nicolás. — Sonrió y fue a su habitación.