Elizabeth es una dulce doncella no desea cumplir con su destino, y decide cambiar de vida sin tomar en cuenta los sentimientos del amor de su vida, ella se aleja, pero su Rey siempre está cerca de ella, hasta que logra doblegarla y traerla a su lado
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CAPÍTULO 9
__bueno, el hecho es que su hija no puede casarse con el hombre con el que estuvo anoche, porque eso sería bigamia, ya que no puede casarse con dos hombres a la vez, _dijo el príncipe tratando de explicar de manera decente lo ocurrido.
La madre entendió perfectamente, lo que el príncipe quiso decir, se levantó hecha una furia y le cayó a golpes a su hija, la mando a encerrar en uno de los calabozos de la casa, que era destinado a retener a los esclavos furtivos en la época de esclavitud.
__ Le pido una disculpa su majestad, pero creo que igual deberá casarse con Elizabeth, ya que sí ha confirmado que pasó la noche con ella. _ Insistió la señora Clemencia
__ Si por mi fuera, me casara con ella hoy mismo, pero yo dormí en su habitación, porque solo ahí me sentía seguro, ella me conoce bien y sería mi mejor testigo, si su hija, decidía seguir adelante con su infamia, pero siempre he respetado a Elizabeth y jamás, me aprovecharía de ella, tiene mi palabra de que ni un solo beso en la mejilla le di, ella sigue siendo tan pura y virginal como siempre.
Sin embargo, no se preocupe que ella está destinada a ser mi Reina.
Estas palabras le cayeron a Elizabeth como un balde de agua fría, ella no sentía nada por él más allá de una simple atracción y un cariño de hermano, pero no tocaría ese tema ahí.
Arthur al sentir su incomodidad dijo:
__ Bueno ahora me retiro, pequeña saltamontes te espero en el carruaje, tenemos asuntos pendientes y usted señora debe tomar acciones para controlar a su hija, la próxima vez no seré tan benévolo y según los planes que escuchamos es posible que esté embarazada, de uno de los sirvientes, téngalo en cuenta no la maltrate físicamente si desean conservar a la criatura.
La tía Clemencia, empezó a llorar al ver como su hija había tirado su futuro a la basura por su obsesión con el príncipe.
Así Elizabeth y Arthur viajaron de vuelta al reino. Durante las dos horas de camino, Elizabeth pensaba como decirle a Arthur que en un mes se marcharía a la capital, él se estaba comportando muy cariñoso y posesivo con ella, demostrando que no era un cariño de hermano lo que él sentía.
Pero desafortunadamente para él, ella estaba enamorada de Dorian, que siempre fue su confidente y protector, una vez que estuvieran juntos en la Capital, ella lograría conquistarlo, casarse con él y quedarse viviendo juntos en la Capital, ella sabía que al igual que ella Dorian no tenía intenciones de regresar al reino.
Ella debía conversar claramente con Arthur, su intención era dejarle claro esto al Rey Sapo antes de marcharse, así él elegiría una doncella para casarse y asumir el trono.
Todo el viaje transcurrió, en silencio, Elizabeth de a ratos observaba el rostro de Arthur, le parecía tan perfecto como dibujado por los ángeles, ella no podía negar que sentía una gran atracción por él, muy diferente a lo que sentía por Dorian.
__ ¿Te gusta lo que ves?, _ dijo Arthur al sentirse escaneado por Elizabeth
__ tonto, solo recuerdo como anoche el gran Rey Sapo se convirtió en un asustadizo ratón, huyendo de la Gata Anastasia, _ Elizabeth reía señalando a Arthur con el dedo, burlándose de él.
__ Me sorprende tu descaro todo fue responsabilidad tuya, por andar escondiéndote de mí, casi termino casado con una loca trepadora.
__ ¿Mi responsabilidad? Y tú ¿por qué me andas buscando por todos lados como un acosador posesivo?
__ Porque te amo, porque me encantas, porque me gustas, porque no te puedo tener lejos mi pequeña saltamontes.
Elizabeth sintió su corazón arrugarse, tenías ganas de saltar del carruaje para huir de tan explícita declaración de amor, ella se llevó las manos a su rostro y le respondió en voz baja:
__No Rey sapo, no puedes hacerme esto, mi corazón ya tiene dueño, _dijo esto sintiéndose apenada.
__ Lo sé, mi pequeña, pero también sé que tu amor no es correspondido.
__ Tú no puedes decir eso, él me ama y ahora que estemos viviendo juntos en la Capital se dará cuenta.
__ ¿a qué te refieres? Elizabeth _ pregunto Arthur, frunciendo el ceño y temiendo la respuesta.
__ Justo lo que estás pensando, he solicitado a nuestros padres el apoyo, para marcharme a estudiar a la Capital igual que hicieron ustedes, vivir una vida aburrida en este reino, no está en mis planes.
__ ¿Ósea que no piensas regresar? Con cada palabra de Elizabeth, Arthur se sentía caer al más oscuro abismo.
__ Aún no lo sé, pero creo que cinco años serán suficiente para decidir el destino de mi vida.
Arthur solo observó por la ventana del carruaje, sentía su corazón romperse en mil pedazos, él había estudiado como loco para adelantar su regreso y poder conquistar a Elizabeth y ahora ella se marcharía cinco años más, de todos los escenarios que él se había imaginado este era el peor, nunca pensó que fuera fácil enamorarla, ya que con su inmadurez siempre la molestó y la acosó cuando eran niño, pero esto era porque era muy grande para jugar con ella y era su manera de tenerla cerca.
Pero como la enamoraría, estando tan lejos y estando ella a la vez tan cerca de Dorian, seguro que vivirán juntos, era lógico, el Rey la veía como una hija y no dejaría que viva fuera de la seguridad del Pent House.
¿Qué pasará con su corazón si Elizabeth lograba conquistar a Dorian?, jamás podrá aceptarla como cuñada, el deseo que sentía por ella era tan grande que si esto sucedía él asumiría el trono y le prohibirá a ella la entrada al Reino.
Cuando por fin rompió el silencio, miró fijamente a Elizabeth y la tomó de las manos
__ ¿Estas segura mi pequeña saltamontes de que no hay un lugar para mí en ese gran corazón?
El temía tanto esta respuesta,
__ Solo como hermano o amigo Arthur, lamento ser tan directa contigo, pero sé que tienes deberes reales que asumir y contraer matrimonio es uno de ellos, no debes esperar por alguien que jamás vendrá.
Sin darse cuenta, llegaron al Palacio, Arthur bajó directamente y fue directo a su habitación, ni siquiera ayudo a Elizabeth a bajarse del carruaje.
Cuando cerró la puerta de su habitación se desplomó en el piso, lloraba como un niño a la vez que maldecía su suerte.