La llegada de Isabella provocará un cambio de 180° a su vida, ¿Podrá seguir como antes o se dejará llevar?
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Mi regalo
Ala mañana siguiente desperté muy tarde eran cerca de las 10 de la mañana, había recordado lo que pasó anoche no había sido un sueño mis cobijas tenían impregnado el olor de su perfume además yo había quedado atrapada debajo de su cuerpo y no había quitado mis zapatos, claro que pasó como hubiera alucinado algo haci si no había bebido nada más que una limonada.
Tal vez se había ido muy temprano para que no lo vieran, pero el me iba a besar si no se hubiera dormido me hubiera realmente besado.
Habíamos desayunado con mamá y Mauricio nisiquiera me habían preguntado por qué estaba en casa, igual y pensaron que llegue hoy mismo. Mamá estaba vuelta loca en el jardín con los devoradores de eventos yo me hiba a ir con Irína a su casa ella me ayudaría a arreglarme y así evitaban que yo viera como quedaba todo. Durante todo la tarde pensaba en si Alessandro iría a mi fiesta, tenía esa extraña sensación de verlo saber si recuerda un poco de lo que pasó ojalá que no por qué no podría con la vergüenza, por estar pensando en el nisiquiera había puesto atención a lo que Irína decía.
– Isabella? me estás escuchando.
– Perdón que me decías.
– Te decía que si podemos recojer tu cabello en una coleta alta?
– Ah no, no lo quiero haci tal como está no me gusta recogerlo.
– Pero te esconderá el maquillaje te verás hermosa tienes que dejarte ver.
– No tampoco quiero maquillaje, solo quiero estar normal como yo soy.
– Que, claro que no estás aquí para arreglarte eres la festejada deja esa ropa, ven te compramos un hermoso vestido Yelda y yo.
Me sentía como un payaso, bueno por lo menos me había dejado conservar el pelo suelto, pero me sentía realmente incómoda con el vestido era tan corto y ajustado y el maquillaje sentía que en cualquier momento se mancharia.
Me mire en el espejo y esa definitivamente no era yo, no parecía ni un poco la Isabella de siempre.
Nisiquiera parecia que estuviera cumpliendo solo 16 años, esto era mucho para mí me voy a deshacer de todo esto no es mi estilo definitivamente no.
Me había quitado el vestido cuando entro Irína y pego el grito en el cielo termine metida nuevamente en el, era tarde para arrepentirme eran las 8 de la noche y ya estábamos camino a casa, apenas entramos ala casa todo mundo aplaudió y puso su atención en mi, joder lo que menos me gusta ser el centro de atención solo quiero pasar desapercibida ante el mundo y hoy es todo lo contrario.
Hoy recibí muchos abrazos tal vez todos los que no recibí en 16 años, la noche avanzaba lentamente aún Denis no llegaba se había atrasado por un asunto con su papá, Alessandro tampoco estaba tal vez el no vendría por qué lo haría es ilógico.
Luego de un rato por lo más iluminado del jardín lo vi entrar, su entallado traje negro relucia en el esos mechones de pelo callendo por su frente y esos ojos azules escaneado el lugar, nisiquiera a volteado a verme .
Ya era todo muy incómodo así que me fui adentro de la casa y subí a mí habitación necesitaba mi espació pensar en como presentaría a Denis con mamá cuando por fin llegará, cuando logré estar dentro me recargue sobre la puerta y suspiré cansada.
Apenas había entrado en la habitación y ya estaban tocando la puerta, joder es mi cumpleaños merezco un espacio para mí, cansada abrí y ahí estaba el recargado en la pared con sus manos en los bolsillos y su mirada en el piso, al escuchar que abrí la puerta su mirada se poso sobre mi, recorrió lentamente mi cuerpo con la mirada desde mis pies asta encontrar nuestras miradas.
Por un momento crei que se quedaría solo ahí parado sin decir nada pero al final hablo
– Eh, hola... yo venía a felicitarte, lo iba a hacer abajo pero no te encontré bueno más bien no te reconocí, bueno mi hermana dijo que te había visto entrar ala casa así que vine asta aquí.
– Gracias Alessandro.
– No agradezcas, nisiquiera tengo un regalo para ti.
– Está bien no hacé falta, el simple echo de estar aquí es suficiente para mi– mis manos sudaban y mis pies no se estaban quietos el me ponía nerviosa y no podía disimularlo.
– Te ves muy diferente voy, te vez muy bien.
– Gracias nuevamente– sonrrei y mi rostro estaba ardiendo creo que me sonroje.
– Por qué estás nerviosa Isabella.
– Yo no estoy nerviosa.
– Claro que sí, te sonrrojaste y además puedo sentirlo.
Me había descubierto, además la forma tan simple de hacer cualquier gesto me ponía aún más nerviosa , como elevaba las cejas como arrugaba el entrecejo, joder asta sus medias sonrrisas eran sexis, justo ahora su sonrrisa a medias me estaba tentando a hacer una locura.
– Entonces no me compraste un regalo?
– Que fácil cambias el tema. Pero no no traje un regalo, te voy a dar uno puedes escojer lo que quieras después.
– Puedo escojer ahora.
Me miró curioso y asintió.
– Que es lo que quieres?
Esto– me acerque y me puse de puntillas, lo jale de la corbata para que quedara a mi altura y lo bese fue un beso suave o por lo menos eso quería yo solo rosar sus labios con los míos.
Se salió de control, joder el había humedecido mis labios con su lengua, iba a parar el beso solo pude tomar un poco de aire y su lengua se metió dentro de mi boca, este era un beso de verdad, era diferente al beso con Denis, ahora no solo estaba rosando sus labios teníamos nuestras lenguas enredadas, esa sensación así debía sentirse un primer beso, quería más mi vientre se oprimió y mis pies se desmayesian no quería que el se detuviera. Un llamado en los pasillos nos obligó a parar, no tuve tiempo de reaccionar el entro a la habitación y yo baje.
Denis había llegado, tenía un enorme oso de peluche con un montón de globos atados a el, toda la atención estaba en el, no tenía que adivinar lo que estaban pensando el novio.
Cuando por fin desviaron la atención de el mamá nos llamo adentro de la casa, justo enmedio de la sala estábamos mamá Denis y yo..
– Hija me quieres decir que pasa con éste muchacho y tu?– no estaba molesta, pero si esperaba una respuesta clara ahora mismo.
Denis tomo mi mano y hablo. – Señora Yelda yo soy el novio de su hija.
En ese mismo momento estaba bajando Alessandro por las escaleras, el escucho lo que Denis acababa de decir, vi la desepcion en sus ojos quería ir con el y darle una explicación pero que iba a explicar a decir verdad tampoco tenía por qué hacerlo.
Alessandro no terminaba de irse cuando mamá me preguntó si lo que decía Denis era verdad, si éramos novios, unos segundos guarde silencio pero al ver a Denis y a mamá esperar respuesta asenti y mi respuesta fue si, con eso último Alessandro bajo las escaleras velos y como si no hubiera nadie aquí salió cerrando de un portazo la puerta.