Emma y Miguel son amigos desde la infancia y se han amado durante mucho tiempo, sin embargo, Miguel está por casarse con Ericka por motivos desconocidos para Emma.
Ante la dificultad de la situación, Emma decide alejarse temporalmente de todo el sufrimiento y se va a vivir con su abuela para poder encontrar paz mental y olvidar a Miguel.
Durante este tiempo, Emma conoce a Aarón, quien resulta ser el exnovio de una amiga. Aarón es un hombre de 32 años, enigmático y misterioso.
Más adelante, Emma queda embarazada de Aarón y al confesarlo, él abandona el pueblo dejando a Emma sola. Sin embargo, todo esto tiene una explicación que pronto será revelada.
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En busca de justicia - Cap. 8
Después de cinco días, Laura falleció compartiendo todo lo que había sufrido con su única amiga de verdad.
Emma viajó al país natal de Laura para enterrarla en Suiza, donde le había pedido ser enterrada.
"Adiós, mi amiga. Buscaré a la responsable de tu muerte y pagará por todo el daño que te ha causado", se limpió las lágrimas Emma. Se había encariñado mucho con Laura, aunque no le reveló el nombre de la responsable, esa persona pagaría caro por lo que le había hecho a Laura.
Emma caminaba por el pueblo, recordando cada conversación que había tenido con su amiga unos días antes.
"Fue en la cafetería del pueblo donde lo conocí. Su belleza me impactó, tu lo vieras sientes lo mismo que yo", Emma imaginaba a Laura susurrándole esas palabras mientras observaba el único café del lugar.
Impulsada por la brisa de la tarde y su deseo de visitar el café, Emma se encaminó hacia allí.
En la puerta del local, había un cartel que anunciaba "se busca empleada".
Una idea cruzó la mente de Emma, quizás tendría que mudarse a Suiza para descubrir quién había causado el sufrimiento de Laura.
Para Emma, Laura merecía justicia y la vida se la daría tanto a ella como a su amiga.
Emma entró al café, un lugar sencillo pero acogedor.
"Buenas tardes, me gustaría solicitar empleo aquí", se dirigió a la cajera que estaba contando dinero.
"Debes hablar con el gerente, sígueme", la cajera cerró el cuaderno y se encaminó hacia la puerta de la izquierda.
La chica tocó la puerta.
"Adelante".
La chica y Emma entran en la habitación.
"Señor, ella quiere hablar con usted", dijo.
"Sigue con tu trabajo", respondió Alan.
La chica salió de la habitación, dejando a Alan y a Emma a solas.
"Me gustaría tener el trabajo", sonrió Emma.
"¿Tienes alguna experiencia?", preguntó Alan.
"No, pero soy rápida aprendiendo. Déme una oportunidad", respondió Emma con seguridad.
"Está bien, te daré una oportunidad, pero no cometas muchos errores o serás despedida", advirtió Alan.
"Entiendo, no se arrepentirá de darme esta oportunidad".
"Mañana a las 9, tendré su contrato. Sería hoy, pero el dueño está en un viaje de negocios".
"Está bien. Que tenga una hermosa tarde", dijo Emma retirándose de la habitación.
"Este es el inicio de hacer justicia", pensó Emma al salir del café.
Emma fue directamente a la casa de su abuela, la madre de su madre, pues tenía casi un año sin verla.
Al llegar a la casa, sonrió al recordar las vacaciones que pasaba con su familia allí.
El mayordomo de la abuela abre la puerta al tocar el timbre.
"Señorita Emma, es un placer verla", dijo el señor Rey.
"Igualmente me alegra verlo", sonríe Emma.
"Por favor, pase, la señora estará encantada de verla", dijo el señor Rey mientras llevaba a Emma hacia donde se encontraba la abuela.
"Abuela…"
La señora Jenni se alegra al escuchar la voz de su preciosa nieta.
"Mi niña, qué alegra verte."
"Abuela, me quedaré contigo por un largo tiempo", dijo Emma.
Aún no se lo ha dicho a su madre y a sus hermanas, pero más tarde las llamará para no preocuparlas.
Al estar aquí, en este hermoso pueblo, olvidará a ese desgraciado.