"El precio del poder" es una historia de poder, ambición y deseo en un mundo donde la lealtad familiar y la estrategia son las reglas de juego. Lucía Álvarez, heredera de uno de los clanes más poderosos del país, y Iris Espinosa, la hija de un despiadado líder mafioso, son obligadas a unirse en un matrimonio arreglado. Ambas, atrapadas entre sus propios sueños y los oscuros intereses de sus familias, deben navegar un mundo peligroso lleno de intrigas, sacrificios y traiciones.
A lo largo de esta apasionante novela, las protagonistas luchan por encontrar su lugar en un mundo que las quiere como piezas en un tablero de ajedrez, pero ambas tienen planes propios. En el proceso, descubrirán que el amor no siempre es blanco o negro, y que el precio que deben pagar por el poder puede ser mucho más alto de lo que imaginaban.
NovelToon tiene autorización de Emiliano Alvarez para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Jugadas de poder
Capítulo 8: Jugadas de Poder
Parte de Lucía
La mañana era cálida cuando Lucía llegó al casino que las familias habían acordado supervisar conjuntamente. Se encontraba en uno de los barrios más lujosos de la ciudad, un lugar lleno de luces y promesas de fortuna. Lucía bajó del auto y esperó a Iris en la entrada. Apenas la vio acercarse, notó su rostro serio y su paso decidido. Ambas se saludaron con un leve asentimiento.
Lucía: "¿Lista para ver cómo funcionan nuestras operaciones en conjunto?"
Iris, sin cambiar su expresión, asintió.
Iris: "Vamos a ver qué tan bien podemos manejar esto juntas."
Entraron al casino, donde el gerente local, un hombre corpulento y nervioso, las recibió. Les dio un recorrido por las instalaciones, mostrando las diferentes áreas del casino. Lucía se encargó de hacer preguntas precisas sobre los ingresos y gastos, mientras Iris prestaba atención a los empleados y sus interacciones, evaluando la lealtad del personal.
Lucía: "Dime, Iris, ¿qué opinas de las operaciones aquí? Parece que las ganancias han sido estables, pero noto cierta falta de disciplina en los empleados."
Iris: "Concuerdo. Me da la impresión de que no están acostumbrados a tener a alguien que los supervise de cerca. Tal vez deberíamos hacer algunos cambios en la administración para mejorar la eficiencia."
Mientras conversaban, un pequeño grupo de empleados se reunió cerca del área de seguridad, hablando en susurros. Iris notó la tensión en sus rostros y se giró hacia Lucía.
Iris: "Parece que hay algo que no quieren que veamos. Deberíamos investigar."
Lucía no dijo nada, pero con un leve movimiento de su mano, la señal a Iris fue clara. Ambas se acercaron al grupo. Lucía, imperturbable, observó la escena con atención. Los empleados parecían nerviosos al notar su presencia, pero nadie se atrevió a hablar. Fue Iris quien se adelantó.
Iris: "¿Algo que quieran compartir con nosotras? Parece que tienen una conversación bastante interesante."
Uno de los empleados, un joven con nervios visibles, intentó sonreír, pero su mirada delataba el miedo.
Empleado: "Nada importante, señorita Espinosa, solo discutíamos unos asuntos menores del día."
Lucía, que hasta ese momento había permanecido al margen, dio un paso al frente.
Lucía: "Nosotras decidimos qué es importante aquí. ¿Qué está pasando?"
Finalmente, uno de los empleados más jóvenes habló, claramente preocupado.
Empleado joven: "Escuchamos rumores de una posible redada de la policía esta noche. Alguien filtró información sobre nuestras operaciones. Creemos que uno de los empleados ha estado hablando demasiado con gente de fuera."
Iris intercambió una mirada rápida con Lucía. Sabían que tenían que actuar rápido.
Iris: "Cierra todas las entradas secundarias y refuerza la seguridad. Necesitamos investigar quién está filtrando información y asegurarnos de que no haya sorpresas."
Lucía tomó el control de la situación, ordenando a los guardias que revisaran los antecedentes de los empleados.
Lucía: "No podemos permitir que alguien traicione esta operación. Vamos a hacer una auditoría completa y revisar cada detalle."
Ambas trabajaron codo a codo durante las siguientes horas, interrogando a los empleados y revisando las cámaras de seguridad. Fue un momento intenso, pero también una prueba de su capacidad para colaborar bajo presión. Al final del día, lograron identificar al empleado traidor.
Con la tensión en el aire, Lucía se acercó al joven, quien estaba arrodillado, rodeado por los guardias. Su rostro reflejaba pánico, sabiendo que había cruzado una línea peligrosa.
Empleado: "Por favor, no… no quería traicionarles. Pensé que podría salir de esto."
Lucía lo miró fijamente, sin una pizca de compasión.
Lucía: "Creías que podías salirte con la tuya, pero aprendiste la lección demasiado tarde. Aquí no toleramos traiciones."
El empleado intentó protestar, pero Lucía levantó la mano, pidiendo silencio. Iris observó desde un rincón, sin hacer ningún movimiento. Sabía que esta era una lección que ambos debían aprender.
Lucía: "Esta es la última vez que alguien de nuestra familia paga el precio de la deslealtad. Que esto les enseñe a todos lo que pasa cuando nos traicionan."
Sin decir más, Lucía hizo una señal a los guardias. El sonido del disparo resonó en la sala, y el joven cayó al suelo, silenciando cualquier duda sobre la autoridad de los Álvarez.
Iris observó la escena sin inmutarse, su rostro tan serio como siempre. Cuando todo se calmó, Lucía caminó hacia ella, dejando atrás la escena sangrienta.
Lucía: "¿Lo entiendes ahora? Nadie puede traicionarnos y esperar vivir para contarlo."
Iris: "Lo entiendo. En este negocio, la debilidad no tiene cabida."
---
Parte de Iris
Iris observó el curso de los eventos en silencio, analizando cada detalle. A pesar de que su rostro permanecía impasible, en su interior estaba procesando todo lo sucedido. Lucía no había mostrado el mínimo remordimiento al tomar decisiones tan drásticas, pero Iris entendía que eso era parte de las reglas no escritas que las regían.
A pesar de la violencia de la escena, Iris pudo reconocer la fuerza detrás de la acción de Lucía. Era un mensaje claro: las reglas de la familia Álvarez no se negociaban. Las consecuencias para los traidores eran siempre severas, y nadie debía olvidar eso.
Al ver a Lucía caminar hacia ella, Iris no pudo evitar sentir una mezcla de respeto y curiosidad. Sabía que esta mujer, aunque joven, estaba dispuesta a hacer lo necesario para mantener el control, no solo del casino, sino de todo el negocio.
Iris: "No es fácil hacer lo que hiciste, Lucía."
Lucía se detuvo frente a ella, su mirada firme y fría.
Lucía: "Este negocio no tiene cabida para la duda ni para la debilidad. Si queremos sobrevivir, debemos ser más fuertes que cualquiera."
Iris asintió, comprendiendo las palabras de Lucía. Aunque ambas provenían de familias poderosas, las reglas de juego en el mundo en el que vivían eran implacables.
Las dos se quedaron un momento en silencio, mirando hacia el casino que volvían a controlar, ahora con más poder que nunca. Sabían que lo que acababa de ocurrir era solo el principio de una relación laboral más compleja. Pero por primera vez, había algo más en el aire, algo que ambas podían sentir. Quizás no fuera solo una alianza de negocios, sino algo más profundo.
Iris: "Tal vez tengas razón. Tal vez podamos confiar un poco más en nosotras."
Ambas compartieron una mirada breve, y por un momento, la tensión entre ellas pareció disiparse, aunque solo fuera un poco. Sabían que, en este juego de poder, cada movimiento contaba.