En Arendelle se había corrido el rumor de que existía una bruja que se escondía en lo más profundo del bosque, nadie podía afirmarlo pero el rumor estaba ahí y nadie se atrevía a cuestionarlo.
Pero un buen día el Alfa del pueblo decidió ir al bosque a cazar, sin pensar que una trampa para osos lo atraparía estando transformado en licántropo, habiendo escapado de ella fue atacado en el camino y malherido, cansado y a punto de caer inconsciente, vio a lo lejos a una mujer que estaba corriendo hacia él y sin pensarlo fue hacia ella y luego de ello no supo qué sucedió después pero de algo estaba seguro...
Había encontrado a su compañera...
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Capítulo 14
DAMON
—La Reina Luna Scarlett, pese a que no fue nuestra Reina oficial, ella era una mujer que le importaba mucho la gente. Aún siendo una bruja que tenía sus propios ideales, intereses, pensamientos que cualquier persona hubiese creído que eran absurdos, pero ella era una mujer única, valiente, decidida y sobre todo dispuesta a todo con la determinación de proteger a todos y cada uno de nosotros—. Dijo el cura con algo de pesar.—Sinceramente... nunca había conocido a una bruja como ella, mi idea sobre cómo era una bruja cambió cuando la conocí. Por la Diosa... esa muchacha siempre fue... astuta y muy lista porque nunca pude igualarla en cuánto a conocimientos en exorcismo y hechizos de protección. Pero... realmente deseo que si hay otra vida... ella tenga la oportunidad de vivir una normal y que sea la misma niña de seis años que conocí desde el día en que llegó a Arendelle—. Terminó de decir el cura.
Todos los presentes estaban en completo silencio, nadie decía nada. Todos tenían una cara de pesar y de tristeza que se entremezclaba con la rabia e impotencia. El cielo estaba gris completamente gris, era deprimente, el viento soplaba suavemente y este era frío y cortante para los presentes, pero para mí... no era nada.
No sentía nada más que un vacío dentro de mi pecho, mi cuerpo estaba entumecido y apenas me movía sin caerme al suelo y llorar nuevamente luego de tener que soltar el cuerpo de Scarlett para que fuera preparado para el funeral, no quería soltarla y me negaba hacerlo de manera muy rotunda hasta que la voz de Scarlett se hizo presente y me dijo casi en un susurro:
"Déjame ir, por favor..."
La solté y se la llevaron para que fuera preparada. Miré el ataúd de madera color caoba con un acabado liso y brillante. Cuando bajaron el ataúd para ser enterrado, los sepultureros estaban sepultando el ataúd y mientras lo hacían comencé a gritar histérico, Adler me sujetó de los brazos y entonces un silencio me invadió por completo, dejé de gritar y me caí al suelo de rodillas, golpeaba el suelo con los puños haciendo que este se agrietara y terminara por abrirse.
Pero luego de un rato terminé por quedarme solo y Adler se quedó conmigo esperando a que terminara de maldecirme y de gritarme a mí mismo.
—Adler, vete quiero estar solo...
Él no me quería dejar solo, pero insistí; sin embargo, no se fue muy lejos.
Los sepultureros se habían ido y entonces me quedé sentado a lado de la tumba de Scarlett, su lápida de mármol era completamente negra y lisa, su nombre estaba escrito de letra gótica y mayúsculas.
El cielo seguía completamente gris y deprimente. Era patético, pero la tristeza era más grande y oscura que el mismo cielo que observaba con detenimiento buscando una respuesta a todo lo que me estaba pasando.
Estuve años buscando a mi Mate, en cada parte del mundo y sin resultado, pese a que pude haber ido a ver a Scarlett y preguntarle; sin embargo, mi orgullo era más poderoso que yo.
Posiblemente, podría haber evitado de alguna forma que Scarlett se ensuciara las manos de sangre, pero... al final ella murió y la Diosa Luna quiso llevarla con ella a su paraíso.
¿Qué fue lo hice mal?
Me pregunté aun mirando el cielo gris. Lágrimas se hacían presentes saliendo de mis ojos, empapando mis mejillas.
Entonces bajé la mirada mirando hacia el frente y lo que vi me dejó totalmente atónito.
—¿Scarlett?—Murmuré mirando desconcertado al espíritu que estaba mirando desde los arbustos.
Ella sonrió con calidez, llevaba puesta una capucha negra que cubría su cabello dejando ver su rostro, sus ojos me miraban fijamente, su sonrisa se desvaneció sin más. Pasó una mano por su cabello mostrando el color verde oscuro de sus uñas, en su dedo anular derecho llevaba puesto un anillo de oro delgado que aun lado tenía piedra rosa pálida, no lo vi muy bien, pero estaba seguro de que era un anillo.
Scarlett no se acercó, no hizo nada, ni siquiera hizo el intento. Entonces la miré y sin dudarlo me levanté del suelo, di un paso hacia el frente y ella puso una mano hacia el frente, sin decir nada supe lo que estaba queriendo decir. No quería que me acercara, no me dejó hacerlo y así lo hizo.
Su gesticulación era directa y bastante entendible. No hizo falta preguntar nada, ni mucho menos explicar. Algo ella quería decir, pero no tenía ni idea de qué era. Sin embargo, estaba seguro de que ella estaba allí por una razón.
Siguió observándome unos minutos más y finalmente su espíritu se desvaneció. El silencio que había en ese momento se rompió con la lluvia que comenzó a caer acompañada de relámpagos y rayos que caían en todas direcciones. La tristeza me volvió a invadir, me dejé caer de rodillas al suelo mojado por la lluvia, sin importarme el hecho de estar completamente empapado de pies a cabeza.
Me quedé allí sin fuerzas para levantarme, nadie me vio allí y mucho menos luego de que la tormenta se detuvo dejando todo totalmente mojado.
Luego de un rato el sueño me estaba venciendo, cerré los ojos y lo último que oí fue:
"Nos veremos pronto..."