Anya siempre había llevado una vida tranquila hasta que conoció a Alicia, la nueva estudiante del instituto de la manada. Lo que comenzó como una bienvenida amigable pronto se convirtió en un infierno cuando Alicia, con su talento para la manipulación, consiguió volver a todos los amigos de Anya en su contra. Incluso los atractivos trillizos Ethan, Damien y Gael caen en las mentiras de Alicia y se burlan de Anya públicamente. Después de un ataque verbal por parte de un grupo de chicas influenciadas por los rumores, Anya decide contarles a sus padres lo que está pasando y se muda con su tía en otra ciudad.
En su nuevo hogar, Anya conoce a Emma y Max, sus primeros amigos verdaderos en mucho tiempo, quienes la ayudan a recuperar su confianza. Dos años después, se ve obligada a regresar a su antigua ciudad y descubre que está destinada a estar con los trillizos por un vínculo de la luna en la comunidad de licántropos. A pesar del destino dictado, Anya todavía siente dolor y traición.
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Capitulo VII
Nota: Tal vez este nuevo arco comience algo aburrido, pero por favor, sigan leyendo jaja
...𓍊𓋼𓍊𖡼.𖤣𖥧𖡼.𖤣𖥧𓋼𓍊 ⋆˙⊹。...
Pov. Narrador:
Y así, sin notarlo, poco más de dos meses habían pasado, estaba a unos días de comenzar clases en su nuevo instituto.
Con ayuda de su tía había conseguido mejorar sus hábitos y con ello su vida, ahora comía de forma balanceada, sin restringirse claro, usaba ropa bonita, iban al club para jugar golf o ir a la piscina y también había comenzado clases de equitación; ya había leído antes de aquel deporte, pero nunca se imaginó que podría ponerlo en práctica.
Otra cosa que hizo fue ir a terapia, esto porque su tía se había dado cuenta de las dificultades sociales que ahora tenía su sobrina, los días en los que pasaba aislada de todo mundo en su habitación, las noches en las que la escuchaba llorar o despertarse gritando a medianoche por las pesadillas creadas por sus traumas del pasado.
Y efectivamente, había logrado un gran avance en estos meses.
Hoy, Anya se encuentra preparándose para su primer día en tercer año de secundaria.
Pov. Anya:
- ¿Estás lista? — se detuvo frente al edificio.
- Sí, lo estoy — sonreí levemente.
- Bien, suerte entonces, no dudes en llamarme si necesitas algo, no pasa nada si no quieres quedarte todo el día, los primeros días no son importantes — trató de motivarme.
- Lo haré, hasta pronto tía Mary — sonreí por última vez antes de bajar del auto.
Está bien, aquí vamos.
Al entrar, contrario a lo que temía que sucediera nadie me prestaba atención, cada uno estaba en su mundo y en su espacio, no tuve que preocuparme por miradas juzgadoras, de odio o de asco como antes, simplemente debía seguir mi camino.
Fui hasta la oficina administrativa por mi horario y finalmente llegué a mi clase a tiempo.
- Buen día chicos, veo muchos rostros conocidos, pero, también algunos que están aquí por primera vez, así que, qué les parece si primero nos presentamos, vamos Stef, comienza tú por favor.
- Claro — respondió con entusiasmo, dirigí mi atención a ella — mi nombre es Stephanie Johns, he estado aquí desde el primer año, me gustan las artes y la moda, pero no los números, así que, es un gusto verlos otra vez amigos y a los nuevos, también me alegra conocerlos, llevémonos bien — culminó con una sonrisa.
Todos aplaudimos y continuaron las presentaciones, hasta ahora solo un chico parece ser nuevo, pero es bastante carismático, así que le fue bien. Finalmente es mi turno.
- Bueno, mi nombre es Anya Bianchi — sonreí algo tímida — y esta es mi primera vez aquí, no tengo ningún problema en particular con alguna clase, me gusta la equitación y leer, es un gusto conocerlos, espero que podamos llevarnos bien — terminé con el rostro rojo. Pero, pude escuchar los aplausos de mis compañeros.
Está bien, vamos bien.
Así continuaron con las presentaciones, y tal como lo creí, únicamente Max y yo éramos nuevos en este lugar.
Las clases siguieron bastante tranquilas hasta el primer receso, decidí ir al patio. Podía observar a los estudiantes que se mueven con familiaridad y confianza alrededor.
Me siento un poco fuera de lugar, pero la tranquilidad que se siente en este nuevo lugar y la ausencia de rostros hostiles me dan un respiro necesario.
Estaba sentada en una banca mientras revisaba algunos apuntes, cuando dos estudiantes se acercaron.
- Hola, ¿Anya, cierto? — sonreía de forma amigable — Estamos en el mismo salón, 3-A.
- Sí, soy yo, tú eres Emma... Brown, ¿cierto? — sonreí con duda.
- Sí, así es. Y este de acá es-
- Y yo soy Max — habló rápidamente — soy su primo — dijo sonriendo con picardía ante la cara molesta de Emma por interrumpirla — yo también soy nuevo, así que estamos en el mismo barco — dijo con diversión.
No pude evitar reír un poco ante la escena.
Son agradables...
- Hola, Emma, Max. Es un placer conocerlos. —sonreí tímidamente — Ha sido un poco abrumador adaptarme.
- ¡Te entiendo perfectamente! Cambié de escuela hace unos años y fue un reto. Pero te aseguro que este lugar es genial. ¿Te gustaría comer con nosotros hoy? Nos encantaría conocerte mejor. — preguntó ella con entusiasmo.
Me quedé pasmada por unos segundos, algo de temor al recordar que así había empezado todo.
- Sí, — continuó Max — hemos descubierto un lugar en el que venden los mejores sándwiches. ¿Te unes?
- Claro... ¡Me encantaría! — sonreí finalmente.
No, ya dejé atrás todo eso, debo continuar.
- Perfecto, vamos entonces. — se levantó y me extendió una mano — Estoy segura de que te encantará la cafetería. — la tomé y comenzamos a caminar.
- Además, podemos mostrarte los mejores lugares para estudiar y relajarte. —caminaba al lado mío — Este instituto tiene muchas zonas tranquilas.
Al llegar, el lugar estaba lleno de estudiantes charlando y riendo, pero Emma me llevó hacia una mesa en la esquina, donde hay menos ruido y más privacidad.
- Este lugar es nuestro rincón secreto. — colocó su bandeja en la mesa — Es perfecto para evitar el bullicio. —asentí en respuesta.
Sí, es mucho mejor así
- Y la comida no está nada mal. — se sentó Max junto a mi — ¿Qué te parece hasta ahora, Anya?
- Me gusta mucho. — me sentía relajada — Es un cambio refrescante comparado con mi antigua escuela. — sonreí.
- ¿Por qué te mudaste? Si no te importa que pregunte. — algo curiosa, pero respetuosa.
- Fue... — suspiré — complicado. Hubo algunos problemas y mis padres pensaron que sería mejor para mí empezar de nuevo aquí.
- Lo siento. Mudarse siempre es difícil, especialmente si hay problemas de por medio. Pero aquí estamos para ayudarte. — dijo con empatía — No estás sola.
- Exactamente. Puedes contar con nosotros para cualquier cosa. ¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre? — Emma.
- Me gusta leer y también practicar algunos deportes, también me gusta hacer ejercicio, aunque a veces lo odio — reímos un poco —. A veces también disfruto pasear por parques tranquilos. Oh y la equitación, estoy aprendiendo, pero lo disfruto mucho.
- Vaya! Haces muchas cosas, acabas de hacerme pensar que realmente no hago nada — reímos de nuevo — yo también disfruto mucho leer, tenemos que intercambiar libros algún día — asentí.
- ¿Qué deportes practicas? Yo soy un deportista nato — habló con orgullo, sonreí.
- Natación, que es más por diversión, baloncesto, golf, equitación y próximamente quiero aprender arquería y tenis — conté con los dedos y ellos me veían sorprendidos.
- Bueno, al menos coincidimos en el baloncesto; el soccer o el fútbol americano, ¿no te gustan?
- Bueno, no es que no me gusten, es solo que disfruto más viéndolos, que jugando yo misma.
- Ya somos dos, detesto ensuciarme y esos juegos son todo, menos limpios, además, son muy bruscos.
- Verdaaad, justo eso pensaba.
- Pff niñas — ambas reímos, seguidas por Max.
Continuamos hablando después de eso y yo sentía una cálida sensación de pertenencia.
Por primera vez en mucho tiempo, siento algo de emoción y esperanza por lo que será el futuro.
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^^^Continuará...^^^