Bayolett Anderson era la chica a la que todos esperaban saludar por la mañana en la escuela. Era amable, femenina, inteligente y la mejor en todo, literalmente. Todos la conocían como La Duquesa debido a que su familia era una de las más ricas, y por su actitud. Ella misma planeaba su futuro meticulosamente. A pesar de siempre mostrar una imagen perfecta, solo aquellos que realmente la conocían sabían quién era en realidad. Sin embargo, todo cambió cuando sus padres decidieron
intervenir en su destino. ¿Acaso los matrimonios arreglados aún existen en la actualidad? Al parecer sí. Al ser unos padres ausentes, no fue mucha sorpresa para Bayolett, pero sí mucha indignación. Eros Wild era uno de los más destacados de toda la ciudad. Eros seguía su camino hacia lo que quería, mostrando su
dominio y estableciendo las reglas. Por otro lado, Bayolett revelaba poco a poco su verdadera esencia, la cual mantenía oculta ante los demás y que sería su perdición. Eros sería otra de las victorias.
NovelToon tiene autorización de عيد الحب ذو أذنين para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capitulo 8
Sonrío, mientras agito mi cabello –salto un poco y luego la miro –rio cuando la veo enloquecerse.
-dios!, ¡te adoro!, se balancea y tomo sus manos antes de que caiga –¡Necesitaba esto!
-Olvídate un momento de ese hombre! –le grito a través de la música. Aunque, creo que era un grito más para mí. Quiero olvidarme para siempre, ¡ni siquiera lo amo!, frunzo levemente el ceño –es todo arreglado! –levanto mis cejas y sonrío a lo grande.
-¿De verdad? Yo también –suelta un grito y me abraza. ¡Somos almas gemelas!
-¡Me casare contigo! –levanto mis cejas, cuando me roba un pequeño beso Oh dios, espero que nadie haya visto eso.
Ven, te presentaré a mi primo! –me jala, me tambaleo aún caminando y hago un gesto con la mano.
-¡No puedes presentarme a tu primo!, estoy casada –levanto mi mano y luego rio al recordar que no tengo anillo, ríe conmigo.
-¿Tienes un porro? –salimos de la casa, jadeo –pero, shhh
-coloca un dedo en su boca, asiento y la imito.
-SSH.
Caminamos por el largo jardín, coordinamos pasos mientras cantamos la canción de navidad. Oh dios mío, ¿y ahora con quién pasaré navidad?, siempre los pasaba con Rachel.
Espero que esa bestia me deje o le daré un sopetón. Nos detenemos en una fuente, me coloco en postura al ver un grupo de hombres. Esmeralda trata de imitarme, pero no puede controlar sus pies.
-Prima querida, ¿nos traes alimento? –da una calada, mientras me mira de arriba abajo. Esmeralda ríe a carcajadas, mientras yo entrecierro los ojos.
-No soy alimento levanto mi cabeza, mientras lo miro de arriba abajo, aunque mi voz salga arrastrada-. Al menos que yo lo decida –levanto una ceja. Ríe entre dientes y comparte una mirada con los demás, son cuatro en total.
-Me agradas –da una calada y luego me tiende el pequeño cigarro. Me acerco junto a Esmeralda, aún tambaleándose. Lo tomo entre mis dedos y lo miro. Un momento, yo no fumo drogas.
-Oye, acabo de recordar que no fumo –se lo vuelvo a tender
Lo mira unos segundos, sonríe y se acerca.
-No seas tímida, nena –se coloca de costado y toma mi muñeca-. Le das una calada y luego de vuelta –lo acerca a mi boca. Bueno, la vida es muy corta, hay que probar cosas nuevas. Me encojo de hombros y lo coloco en mi boca.
-¡Bayolett! –Me detengo
Uhh, llegó la ley.
-Ay no, estoy en problemas –giro mi cabeza hacia el y rio, cubriéndome la boca –sonríe hacía a mí y levanta la mirada. Borra su sonrisa y se aleja.
-¿Qué carajos haces? –manotea el cigarro en mi mano, frunzo el ceño.
-Oye, eso era de mi amigo –coloco mis manos en mis caderas y lo miro mal. Frunce el ceño y me mira de arriba abajo
Miro hacia todos lados, al no notar a Esmeralda a mi lado.
-Oh dios mío, perdí a la novia –levanta mi brazo y me empieza a jalar-. ¿Qué haces?, suéltame.
-No puedo creer que me voy veinte minutos y cuando llego estás más ebria que todos juntos aquí. Y lo peor, embriagas a la novia –ruedo los ojos.
-Ella lo necesitaba. ¡Oh!, ¿sabias que esto también es un matrimonio arreglado? –le cuento como una niña, me mira de reojo –Debería casarme con ella. Caminamos hacia la casa, aunque apenas toco el suelo con todo lo que me esta
Levantando. Al menos no tengo que esforzarme en caminar
- Rey –frunzo el ceño, al ver a una mujer acercarse –¿Volverás?, ¿Volverás?, ¿volverás a donde? .Miro su sonrisa de lado y luego lo miro a el, noto su camisa media abierta y su
Cabello despeinado. Levanto mis cejas, y por alguna razón, empiezo a reír.
-Parece que no soy la única que se porta mal lo señalo, aún sonriendo. Aprieta su mandibula y yo me aparto, ya estoy muy ebria. Me giro y empiezo a caminar, dirigiéndome a la salida.
Carraspeo, mientras frunzo el ceño. Recién caigo que estaba con una mujer. Bueno, al menos no lo hizo delante de mí, con lo ebria que estoy de seguro iba a vomitar.
Me detengo, cuando algo cae en mis brazos. Frunzo el ceño mirando el ramo de rosas y luego abro mis ojos de par en par
-¡No! –lo tiró lejos, giro mi cabeza hacia todos los que están pendientes del ramo, mirándome confundidos. Muevo mis hombros y vuelvo a caminar hacia el auto.
Lo que faltaba.
Me bajo del auto golpeando la puerta, me acerco al hotel.
-Bayolett.
Lo ignoro y me acerco a la puerta, ni siquiera se hacia donde tengo que ir. Miro el gran hotel, luego giro mi cabeza hacia unas luces led a mi costado. Es un bar, un lindo bar. Y yo quiero seguir bebiendo. Comienzo a caminar, alejándome del hotel.
-Ven aquí, Bayolett –toma mi brazo, ruedo los ojos y comienza a halarme.
-Por qué tú puedes hacer lo que tú quieras y yo no?, hipócrita –me inclino hacia él, y me mira serio.
-Silencio -me arrastra hacia adentro. Gruño, mientras otra vez vuelvo a caminar en puntitas.
-Eres un maldito idiota –camina hacia el ascensor, aun arrastrándome. La mayoría nos mira pero no dicen nada –. ¿Por qué viniste conmigo?, ¿te quite las ganas de
Estar con la morocha?. Me insulto mentalmente y culpo al alcohol, por la pregunta que acabo de hacer. Maldición, soné como una maldita celosa. Y no estoy celosa, solo quiero pelear y ganarle. Me suelta dentro de él y aprieta el botón, me mira enojado.
-¿Y tú por qué bebiste tanto?, estabas rodeada de gente desconocida, ¿qué hacías con esos tipos? –lo empujo, cuando se acerca.
-Ya ti qué coño te importa? –frunce el ceño –Ambos podemos hacer lo que queramos, mientras sea con el debido respeto –me cruzo de brazos.
-¿De qué respeto me hablas?, cada vez que te diriges a mí me insultas, me desobedeces, eres una maleducada. ¿De qué maldito respeto hablas? –Él también quiere pelear. Me parece muy bien.
-Tu sabes de que respeto -gruño. Debí aclararlo en la cena. No me interesa con que mujer este siempre y cuando
no sea cerca mío, menos en publico. Seria una humillación.
Lo vuelve a hacer otra vez y se la robare.
-¿Eso te molesta? –se acerca e inclina su cabeza –¿o el hecho de que no lo hago contigo? -frunzo el ceño. Demonios lo que faltaba, que lea mentes. Miro su rostro de cerca su gran cuerpo casi cubriéndome, imágenes sobre él y yo en este ascensor no parecen tan lejanas ahora. Pero, de seguro es el alcohol.
-Si quisiera acostarme contigo, créeme, lo hubiera hecho levanto la cabeza hacia él – Pero no quiero, ser narcisista. Si, si quiero. Demonios, pero trato de mantener al mando a mi moral. Lo miro de arriba abajo y lo empujo, cuando el ascensor se abre. Camino por el pasillo, pero me detengo, al no recordar la habitación. Me giro hacia él y me cruzó de brazos. Me mira, mientras camina y se gira hacia la derecha, abriendo una puerta. Me acerco aún algo mareada y parpadeo.
-Bien. Buenas noches –me adentro y hago el intento de cerrar la puerta, y detiene su mano en esta.
-La habitación es de los dos –sonrío.
-Gran chiste –vuelvo a intentar cerrar la puerta, pero se adentra, lo miro mal –¿Algo más que quieras arruinarme?
Me mira, frunzo el ceño cuando baja lentamente la mirada. Cierro la puerta y lo miro mal, mientras camino hacia el baño.
Maldito depravado. Al menos hay dos camas.
Salgo del baño y clavo mi mirada en el, me coloque una bata de baño porque olvide traer mi pijama. Y si, también para provocarlo un poco. Es un instinto, me gusta provocar. Camino hacia el balcón aun mirándolo, pero mantiene la vista en su teléfono. Suspiro y sigo caminando. Llego a él y me acerco al barandal, apoyo mis antebrazos. Siempre adore las lindas vistas, California tiene un lindo juegos de luces. Corro mi mirada, Cuando lo escucho acercarse, no digo nada. Suspiro cuando se sigue acercando, corro mi cabeza hacia un costado, se termina de acercar. Demonios, y yo estoy media inclinada. Pero no me toca. Apoya sus manos en el barandal, a cada lado de mí. Miro hacia adelante y trato de no tensarme, al sentir su respiración en mi cabello.
-No pretendía ofenderte –susurra, y su gruesa voz me envía un escalofrío–. No creí qué te molestaría.
Se esta disculpando, no digo nada, pero sonrío levemente. Me incorporo y coloco mis manos en el barandal, me quedo quieta cuando se acerca más. Una de sus manos se aleja, para acariciar mi brazo. Sube su mano hasta mi hombro, un escalofrío me recorre cuando corre levemente la bata, exponiendo mi piel. Mi boca se entreabre, cuando acerca la suya a el, solo una presión. Bajo mi cabeza por inercia. Sus movimientos solo me dejan con ganas de mas, y
parece notarlo. Jadeo suavemente, cuando pasa su lengua por mi nuca, para después besar mi cuello. Aprieto mis manos y cierro los ojos. dios, justo cuando creí que nunca haría algo como esto. Su brazo rodea mi cintura, pega mi espalda a su pecho y suspiro al sentir su dureza. Levanto mi cabeza, mientras sigue besando mi cuello, llevo mi mano a su brazo y lo acaricio. Su otra mano se va a mi cuello y me hace mirarlo, lo hago jadeante. Bajo mi mirada a sus labios al tenerlos tan cerca, mantiene su mirada en mis ojos, mientras se
acerca lentamente. Levanto mas mi cabeza, buscándolo. Pero antes de que pueda al menos rozarme, la puerta suena.
Nuestra nube se deshace, parpadeo y él lentamente me suelta. Vuelvo a mirar hacia adelante, mientras escucho como se aleja. Froto mi rostro unos segundos. Escucho como abre la puerta seguida de unas voces, sus pasos vuelven a acercarse.
-Bayolett, tengo que encargarme de unos asuntos. Volveré más tarde.
-De acuerdo –respondo sin mirarlo, vuelvo a escuchar como se aleja suspiro profundamente.
Dios mío, ¿por qué me coloco así?, es solo un hombre. Bese a varios, a él nunca lo bese y eso se sintió como si fuera la primera vez. Lamo mis labios. Se sintió bien, sabe como tocar a una mujer, sabe que movimientos. Pero, él armo todo este matrimonio, me trajo aquí sin mi permiso y prácticamente es un idiota. ¿Por qué me atrae?, maldigo el físico y sus casi dos metros. Y bueno, dejaré que el destino maneje mis acciones, sexuales. Pero no dejaré que él tenga control más allá de eso, podrá follarme, pero aún no me someterá. No señor.
Tomo un sorbo, mientras lo observo hacer lo mismo, teclea algo en su teléfono. Sonrío levemente y me mira.
-¿Qué?, miro unos segundos más
-Ahora hay más tensión -arqueo levemente mis cejas, mientras tomo del café Antes la evitaba, pero desde que lo vi por primera vez, pude sentirla. Ya no tiene caso huir de ella, no cuando puedes aliviarla. Levanta levemente sus cejas y coloca su teléfono a un lado, apoya sus antebrazos en la mesa.
-Tienes razón –murmura, sin quitar los ojos de los míos
Sostengo su mirada, imaginándome que sucederá por su mente, y si sucede lo mismo que la mía. Mi piel se coloca de gallina al sentir su mano por debajo de la mesa, acariciando mi pierna. Entre abro la boca y luego sonrío levemente. Aleja su mano, mientras sigue mirándome.
-Pareces seguro de lo que haces –murmuro, aún sonriendo.
-Siempre lo estoy –ladeo la cabeza y luego la inclino hacia él
-Te hace falta mas tiempo conmigo, entonces –entrecierra levemente los ojos, intentando descifrarme –.iré por un jugo.
Me levanto aun mirándolo, paso por lado y acaricio levemente su barbilla. Camino hacia el buffer y me sirvo del jugo. Tal vez podría divertirme, para aliviar toda la situación. Miro una bandeja con frutillas y tomo una.
-Disculpa –giro mi cabeza, coloco la frutilla en mi boca –Te vi desde lejos, y, bueno... –se detiene unos segundos, al verme morder la frutilla. Levanto una ceja y carraspea –Se nota que no eres de aquí y me preguntaba si alguna vez quisieras
Que te mostrara la ciudad. Mastico mientras sonrío levemente, lamo mis labios aun mirándolo. Giro disimuladamente mi cabeza hacia Eros, su mirada es fija en mí. Vuelvo a mirarlo y sonrío, parpadea.
-Eres tierno –me acerco y beso lentamente su mejilla –Pero soy lesbiana –me encojo de hombros. Lo miro y suspira,
-Lo entiendo.
Asiento y tomo mi jugo, le dedico una ultima sonrisa. Si me quedaría más tiempo aquí tal vez aceptaría. Por ahora aproveche la situación y que Eros estaba mirando, no puedo evitar jugar.
Porqué no ha huido de las garras de sus padres?🤔
Porqué no le dice a Eros las verdaderas condiciones en las que ella ha vivido?🤔
Porqué no busca una salida a todo si es inteligente?🤔
Qué emoción 🤓
Pero no sé hasta dónde Eros comprenda a Bayolet 🤔
Sigo con mis conjeturas hay algo más en ese matrimonio arreglado que no termina de convencerme 🤔
Cómo es posible ésto pero no nos engañemos aún en pleno siglo XXI muchas chicas están expuestas a éste trato por parte de quien debería cuidarlas y protegerlas de todo y de todos 😥😥😥