A veces la vida nos juega una mala pasada y el mundo se derrumba bajos nuestros pies y cuando creemos que nada tiene solución; el destino nos sorprende y todo cambia a nuestro favor. Está es la historia de Martín, un chico que a pesar de haber sido el mejor de su clase, es expulsado del colegio y debe comenzar de cero en otra institución; A pesar de estar a prueba, logra superar todos sus temores y se enamora perdidamente de Rebeca, una joven que comparte la misma pasión que él por las motos y comparten sus mismos sueños y anhelos.
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Capítulo N°8
Llegó la hora de Filosofía y Martín esta vez era de verdad que no tenía ni idea de que hablaban. En su antigua escuela nunca había visto esa materia, así que no dudó en comentarle al profesor que necesitaba una tutora como en química y el profesor decidió que continuara a lado de Rebeca.
⎯ ¡Eres un aprovechado! ⎯ Rebeca se queja mientras vuelven a unir sus bancos.⎯ Acaso pretendes ser mi siamés y estar pegado todo el día a mí.
⎯¡No es eso! En verdad nunca tuve Filosofía.
⎯ Mira, seré una buena persona y te ayudaré; sin embargo al primer error o que no pongas de tu parte separamos los bancos y te buscas a otro tutor.
⎯ ¡O tutora! Hay chicas muy lindas en el salón.⎯ dice él y ella lo mira con los ojos abiertos.
⎯ Suerte con eso, al parecer le sobran belleza; pero les faltan cerebro.⎯ contesta con algo de celos que no puede disimular.⎯ ¡Siéntate!
⎯ De acuerdo.⎯ él obedece y cada vez se acerca más a ella.⎯ ¿Me pasas tus apuntes?⎯ le susurra y no puede evitar impregnarse de ese exquisito perfume.
⎯ Ten, lee eso por ahora.⎯ le pasa un cuaderno.⎯ Te daré todas mis carpetas este fin de semana y el lunes las quiero de regreso a primera hora.
⎯ Muy bien.⎯ le sonríe.⎯ Muchas gracias Rebi.
⎯ Soy Rebeca, odio que me digan Rebi.⎯ en realidad le gustaba como sonaba se seudónimo en sus labios, pero ahora estaba enojada, él veía a sus compañeras con otros ojos y ella era simplemente el cerebro de la clase.
⎯ Ok, no te enojes.
Al finalizar el día ambos se dirigieron al estacionamiento y ella le dijo que la siga. Rebeca va dando vueltas por varios lugares hasta que finalmente llegan a su casa. Martín se sorprende.
⎯ Ven, entremos.
⎯ Rebeca ¿tú me enseñarás?⎯ pregunta esperanzado y baja feliz de la moto.
⎯Vamos, no tengo todo el día.⎯ contesta sin responder.
Al entrar la casa es preciosa, tiene muebles de muy buen gusto y algunos cuadros que parecen ser originales; pero lo que más llama la atención del muchacho es ver la foto de un deportista que hace arte marciales y tiene varias medallas y trofeos en una vitrina. Martín comenzó a temblar y a sudar frío.
⎯ Vamos al comedor, estarán más cómodos.
⎯ ¿Estaremos?
⎯ No, dije bien. “Estarán”. Mi padre es un excelente químico. Estoy segura que podrá ayudarte.
⎯ No creo que sea necesario.⎯ dice algo asustado.⎯ Mejor intento con algunos videos de internet.
⎯¡Nada de eso! Ya estamos aquí. Ahora relájate pervertido, que voy por papá.
Rebeca era la niña mimada de su padre y su confidente, a él le contó que él chico nuevo le beso su cuello y por eso le pegó una cachetada, su padre estaba orgulloso aunque le hubiera gustado que aplique alguna llave en su cuello y lo deje inconsciente.
⎯ Hola pervertido.⎯ habla el padre de Rebeca y lo mira serio.⎯ ¿Vienes a robarme un beso a mi también?
⎯ Disculpe señor, no entiendo.
⎯ Con mi hija no tenemos secretos.
⎯ Creo que es algo tarde.⎯ tiembla y se pone de pie.
⎯ Mi hija me contó lo del beso y ahora necesitas mi ayuda. ¿Qué interesante?⎯ el papá de Rebeca tenía un buen cuerpo.⎯ Vamos, te daré un par de lecciones de química y sobre todo unas muy interesantes de cómo tratar a una dama.
⎯ Realmente no es necesario. Mejor me voy.⎯ recoge sus cosas.⎯ Rebeca lo siento.⎯ se disculpa al ver llegar a la joven con dos limonadas.⎯ Adiós.
⎯ Martín espera.⎯ ella le entrega los vasos al padre y lo sigue.⎯ En clases me di cuenta que entiendas todo. Era solo una broma.
⎯ Lo siento, no te volveré a molestar.
Martín va saliendo del lugar y se cruza con la directora en el jardín, resultó ser la madre de Rebeca, su día no podía ser peor. Ahora teme que si la directora se entera lo del beso, lo expulse y ya no se pueda recibir.
El muchacho se sube a su moto y sale rumbo a su hogar, a mitad del camino se arrepiente y va hasta su lugar preferido, un cerro donde puede apreciar toda la ciudad iluminada por la noche.
Rebeca no puede creer que Martín saliera así de su casa, toma su casco y lo sigue. Al llegar al cerro estaciona su moto junto a la de él y se baja y mira el paisaje y queda asombrada.
⎯ Este lugar es hermoso.⎯ grita Rebeca, llamando la atención del joven y levantando sus brazos.⎯ Nunca antes había estado aquí.
⎯ ¿Cómo llegaste?
⎯ Te seguí.
⎯ Ahora, ¿ quién acosa a quién?⎯ pregunta mientras se sienta en el suelo y apoya su espalda contra un árbol.
Ella se gira y ve que él está escribiendo con una rama en el suelo y no la mira, su cabello castaño se ve muy suave y su jopo es de otra época y a ella le encanta su estilo de chico rudo, de repente extiende su mano y le acaricia su cabello. Él se sorprende con la caricia y levanta la vista y ella se disculpa.
⎯ Martín, lo siento. Fue solo una broma, solo quería asustarte con mi papá y al parecer funcionó.
⎯ Lo sé; pero es que fui un tonto y ahora debo pagar las consecuencias de mis actos.
⎯ Tampoco es tan grave.
.⎯ Para mí sí.⎯ la mira apenado.⎯ Nunca debí robarte ese beso sabiendo que estaba a prueba.
⎯ Ya no pienses en eso, no va a pasar nada.
⎯ Eso nadie lo puede asegurar.⎯ arroja una piedra, tiene tanta frustración.
⎯ Dime ¿por qué tiraste mis cosas y me provocaste desde el primer minuto?
⎯ Pensé que sería divertido molestarte, te veías como una niña tonta por tu forma de vestir y nunca me imagine que me golpearías.⎯ se encoge de hombros. ⎯ Fui tan tonto, ahora tu padre lo sabe y seguro también tu madre se va a enterar de lo que te hice y me van a expulsar ¡ Yo no sabía que eras la hija de la directora! Lo siento.
⎯ No va a pasar nada de eso. Solo le conté a papá porque firmó la notificación del castigo y porque me escuchó cuando te echaba de la casa.
⎯ ¡Por Dios! Ahora si estoy muerto.
Rebeca toma de su mano y él al principio se sorprende; pero cuando sus ojos se conectan cada uno puede ver el alma del otro. Rebeca se da cuenta que al final ese chico no es para nada duro, es muy tierno y tiene un gran corazón y en cambio Martín descubre que es una chica segura de sí misma y muy cariñosa, aunque quiera aparentar ser solitaria, pide a gritos atención. Ambos se quedan en silencio mirando la ciudad y él sin darse cuenta la abraza.