Amor Ardiente

Después de su apasionada reconciliación, Valeria y Daniel disfrutaron de una breve tregua en sus vidas llenas de emociones intensas. Sin embargo, la calma no duró mucho. En las semanas siguientes, Daniel comenzó a notar pequeños signos de que Valeria estaba lidiando con algo importante, algo que no había compartido con él.

Un día, mientras revisaba unos papeles en el apartamento, Daniel encontró un sobre dirigido a Valeria. Era de un abogado, y aunque no tenía la costumbre de husmear en las cosas de Valeria, la curiosidad y la preocupación lo llevaron a abrirlo. Lo que leyó lo dejó atónito.

El documento revelaba detalles sobre un juicio en curso que involucraba a la familia de Valeria. Al parecer, su padre había sido acusado de malversación de fondos en su empresa, un asunto que había estado en los tribunales durante meses. Valeria había estado asistiendo a las audiencias y manejando la situación en secreto.

Cuando Valeria llegó al apartamento esa tarde, encontró a Daniel sentado en la mesa del comedor, el sobre abierto frente a él. Su expresión era una mezcla de sorpresa y decepción.

—Daniel, ¿qué estás haciendo con eso? —preguntó Valeria, su voz temblando ligeramente.

—Podría preguntarte lo mismo, Valeria. ¿Por qué no me contaste nada sobre esto? —respondió Daniel, señalando el documento.

Valeria cerró los ojos por un momento, tratando de encontrar las palabras adecuadas para explicar.

—No quería preocuparte. Es un asunto complicado y no quería que te sintieras obligado a involucrarte —dijo, con una voz casi suplicante.

—¿No querías preocuparme? ¿En serio, Valeria? —respondió Daniel, alzando la voz—. Pensé que habíamos acordado no tener secretos entre nosotros. Esto es enorme, y me has dejado fuera.

Valeria sintió cómo las lágrimas comenzaban a llenar sus ojos, pero trató de mantenerse firme.

—Daniel, no es algo fácil de explicar. Mi padre siempre ha sido una figura complicada en mi vida. Su empresa era su mundo, y ahora todo se está desmoronando. No quería que eso afectara nuestra relación.

—Pero lo ha hecho, Valeria. Me dejaste fuera de algo importante. ¿Cómo esperas que confiemos el uno en el otro si ocultamos cosas así? —dijo Daniel, su voz llena de frustración.

El silencio entre ellos era denso y cargado de tensión. Valeria sabía que tenía que abrirse completamente si quería reparar el daño.

—Tienes razón, Daniel. He estado manejando esto sola porque no sabía cómo decírtelo. Mi padre siempre ha sido controlador y manipulador. Cuando su empresa empezó a tener problemas, intenté ayudarlo, pero él lo empeoró todo. No quería que te vieras atrapado en esto —confesó Valeria, con lágrimas corriendo por sus mejillas.

Daniel se acercó a ella, tomando sus manos.

—Valeria, estamos juntos en esto. No importa cuán complicado sea, quiero estar a tu lado y ayudarte. Pero necesito que confíes en mí, que me hagas parte de tu vida, incluso en los momentos difíciles.

Valeria asintió, sintiendo una mezcla de alivio y culpa.

—Lo siento, Daniel. Prometo no ocultarte nada más. No quiero perder lo que tenemos.

Se abrazaron, pero la tensión aún flotaba en el aire. Sabían que su relación había sido puesta a prueba una vez más, y que tendrían que trabajar duro para recuperar la confianza plena.

Esa noche, mientras se preparaban para dormir, Daniel tomó la mano de Valeria.

—Mañana iremos juntos a ver a tu padre y a ese abogado. Quiero entender todo y ayudarte a solucionarlo. No estás sola en esto, Valeria.

Valeria lo miró con gratitud y amor.

—Gracias, Daniel. No sé qué haría sin ti.

Mientras se abrazaban bajo las sábanas, sintieron una renovada determinación de enfrentar juntos cualquier obstáculo. Los secretos habían salido a la luz, y aunque habían generado nuevas tensiones, también les dieron la oportunidad de fortalecer su relación y demostrar que su amor podía superar cualquier prueba.

Sabían que el camino por delante sería difícil, pero estaban decididos a caminarlo juntos, con la esperanza de que, al final, su amor y compromiso serían más fuertes que nunca.