Mi Infierno... En El Infierno...

Willow:

Agradecía que había un poco de sol, ellos estaban en cada uno los de mi equipo en cada base, miré hacia Massimo que estaba con la sonrisa en los labios. La mano de mi padre dio unas palmaditas en mi pierna.

Semion: Massimo es un buen hombre, te va a sorprender.

POOOOC!!!

Le dio a la pelota tan fuerte viendo que la aventó tan lejos, me puse de pie al mismo tiempo que Maella y mi padre.

Maella: corre Massimo, corre.

Corría tan rápido que hasta tuve que sonreír al ver al otro equipo que apenas estaban yendo por la pelota, me sostuve de la reja, estaba en la segunda base, no paraba, volteó a ver a su contrincante tomando otra vez el paso a correr a la tercera base… venía toda prisa cuando los otros tenían la pelota en sus manos empezando a ventársela.

Semion: CORRE… CORRE… SI QUIERES LA MANO DE MI HIJA TIENES QUE GANARTELA.

Rodé los ojos al escuchar a mi padre, para que carambas le decía algo así, no faltaba mucho para la noche del compromiso y claro que mi mano ya estaba pedida. Massimo se arrojó sobre la base de jonrón. Cubriéndose de toda la tierra ensuciando su uniforme.

Maella: SIIIIII…

Mi padre y Maella se abrazaron dando saltos divertidos, soltó a Maella tomándome de la cintura levantándome, sonreía al ver que había anotado una muy buena carrera. Massimo se iba levantando señalando hacia mi, dio pasos hacia atrás mientras me ponían en pie.

El umpire le entregó el bate de metal, él hacia juego con sus manos de pasárselo de una y a la otra mano.

Semion: Es tu turno hija.

Maella: Hazlo bien Willow, así tendrás más clases de todo lo que has aprendido.

Asentí con la cabeza, subía los escalones, respiré profundamente llegando hacia Massimo, me dejó un beso en los labios, haciendo que diera pasos hacia atrás.

Massimo: Vamos hermosa no seas tímida. Te lo dediqué a ti, es más mira, hasta tu nombre tiene el bate. Me trajiste suerte.

Lo sostuve con mi mano haciendo giros con el bate, probaba su peso y las medidas exactas que tenía.

Massimo: ¿Estas molesta?

Willow: No, solo que no me gusta la cursilería y menos frente a mi padre. ¿Qué dirá?

Massimo: que somos dos enamorados hechos el uno para el otro.

Willow: aja, lo que tú digas.

Massimo: Pareciera que, estás forzada en estar a mi lado. Estos días te he enseñado mucho y hasta me he dedicado a todo lo que quieres aprender. Pero creo que lo que doy, no está siendo recíproco.

Me acerqué a él acariciando su mejilla.

Willow: entiende, no me gusta que mi padre vea las cosas que desearía hacer contigo. Me da pena.

Massimo: tienes razón. Es tuyo el bate.

Willow: ¿Me lo regalas?

Massimo: Lo mandé hacer especialmente para ti.

Lo sostuvo girando, señaló donde estaba mi nombre, mordí mi labio inferior, mirándolo coquetamente.

Willow: Acepto el regalo y la cena de la noche que tanto hemos hablado.

Massimo: Perfecto. Regalame un jonrón.

Asentí con la cabeza, caminaba a la base, los jugadores me miraban sorprendidos en ser la nueva, muchos murmuraban preguntándose quien era, pero si mi padre a un no lo daba a conocer por algo sería. Removía de un lado y del otro, sonreía hacia los demás sintiendo unas manos en mi cintura, sostuvieron mis manos…

Massimo: Tienes que optar esta posición.

Lo empujé con mis brazos, había sido demasiado claro que esas acciones no me gustaban. Me di la media vuelta mirándolo.

Massimo: ¿Qué te sucede?

Willow: solo… solo quiero hacerlo sola.

Massimo: Pero te estoy ayudando.

Reposé la punta del bate en el piso, asentí con la cabeza, no me gustaba hacerlo sentir mal, hasta parecía que él se lo buscaba que sea evasiva.

Willow: Lo sé, pero si lo haces por mi, nunca aprenderé. Invades mi espacio.

Respiró profundamente dando pasos hacia atrás, me giré viendo a los hombres y las chicas que no apartaban la mirada de mi, ya si querían pensar lo que querían, pues que lo hagan ellos.

Semion: Vamos hija… Sorpréndeme.

Sonreí al escuchar a mi padre…. Quería sorprenderlo, así que le daría su gusto y dejara un poco la tanta presión sobre Massimo y yo. Miraba hacia el brazo del chico, el movimiento que le daba a su brazo donde tenía la pelota la lanzó con tanta fuerza que venía justo a mi cadera, di un saltó levantando el trasero.

Maella: Eso es trampa.

Semion: Mucho cuidado en como juegas… te puedo volar los sesos.

Miré de mala manera al chico, levanté el bate nuevamente hacia un lado, este imbécil que pensaba, que no la golpearía. Sonrió en forma de advertencia hacia mi. La lanzó con muchísima fuerza, di unos pasos hacia atrás cayendo de sentón.

Massimo: MUCHO CUIDADO CON MI NOVIA.

Rodé los ojos levantándome, creo que nadie se ha dado cuenta que no necesitaba de ovaciones o que amenazaran a los demás por mi. Sacudí mi pantalón, levanté mi brazo con el bate, estaba mucho más dispuesta que estas dos veces. Aquí venía este chico lanzándola, hacia un lado, di varios pasos hacia atrás, golpeando con fuerza la pelota…. Todos se pusieron de pie al ver que la pelota había pasado la malla protectora… di un salto divertida sin soltar mi bate, corría levantando las manos, los contrincantes ni lo podían creer, mis carcajadas me acompañaban en todo el campo, ellos me seguían con la mirada, giraba el bate en mi mano hay de alguien que se quiera acercar, llegaba con toda la tranquilidad a la base, mi padre y hasta el Massimo me esperaban corrí pisando la base.

Willow: Jonrón y sin hacer trampa.

Me di la media vuelta dando pasos hacia atrás, levanté mi dedo de en medio mostrándoselos a nuestros contrincantes, levantaron la mano pidiendo tiempo, les hice gestos de llorones, por que eso eran..

Semion: vaya hija, hoy tendrás el honor de conocer lo que toda mi vida he preparado.

Asentí con la cabeza cuando Massimo me alzó, enrollé mis piernas en su cintura llevando mis labios a los suyos, me aparté, si besaba bien pero con eso que su lengua quería llegar hasta mi campanilla no me agradaba mucho que digamos.

Massimo: Muero que ya seas mi esposa.

Willow: Igual, yo…

Me puso de pie entrando a nuestras bancas, Maella apretó mi mano en señal de apoyo. Le sonreí, no me quedaba de otra por ser la pareja de mi padre.

Maella: Te tengo una sorpresa preparada.

Willow: ¿en verdad?

Maella: Si, ya hice cita para ir a escoger tu vestido de novia.

La sonrisa que tenía hasta se me había borrado, asentí con la cabeza, miré hacia el frente viendo a Massimo que se llevaba muy bien con mi padre, se estrecharon la mano dándose un abrazo. Se apartaron sonriendo.

Maella: ¿No quieres?

Levanté mis piernas sobre la banca abrazándolas, pasé mi mirada hacia ella. Asentí con la cabeza, no tenía palabras para expresar lo que estaba sintiendo, tampoco sabía el por que tenía que estar sintiendo esto cuando fui la que quiso que se pusiera fecha para el compromiso.

Maella: ¿entonces?

Willow: solo que… no sé…

Maella: ¿Qué no sabes?

Willow: No sé nada de él, aunque mi padre me lo pinta el mejor hombre y sé que lo es, tiene muchas atenciones conmigo, me cuida, me enseña todo acerca del negocio, me ha enseñado a usar las armas que usamos, los gramajes que se utilizan en la droga, pero no tengo algún conocimiento de él de como nos conocimos.

Semion: Hija ya vamos a reanudar el juego.

Bajé mis piernas poniendo de pie, me quité la gorra caminando lejos de ellos. Quería y en verdad que necesitaba un poco de aire, sostuve el brazo de una mujer que me miró un poco asustada.

Willow: Los baños.

Mujer: De ese lado.

Mis pasos eran apresurados, caminaba hacia donde la mujer me había señalado. Empujé la puerta viendo a una mujer con unas pequeñas que levantaron sus manos para saludarme, sostuve la puerta evitando que las golpeara, las seguía con la mirada, tragué saliva soltando la puerta. Negué con la cabeza caminando hacia las llaves, abrí una dejando caer un poco, metí mis manos humedeciendo mi rostro. La puerta se abrió, levanté la mirada viendo a una mujer que me sonreía caminaba hacia mi.

Lua: Veo que eres nueva en el negocio ¿cierto? Me llamo Lua Ivanov.

Bajé la mirada cerrando la llave, sostuve una de las toallas desechables secando mi rostro. La mujer se acercó sin apartar la mirada de mi.

Lua: No eres de por aquí ¿verdad?

Reposé mis manos sobre la meseta, abrí los labios para contestarle, la puerta se abrió donde las dos miramos hacia la entrada. Maella cruzó sus brazos, negando con la cabeza.

Maella: Lua… Lua Ivanov.

Lua: Maella.

Maella: ¿Terminaste Willow?

Lua: Vaya, por fin sé tu nombre. Me imagino que Massimo va estar muy feliz por casarte contigo.

Pasé de la mujer no tenía intención de conocer nuevas personas, solo quería ya irme de este lugar. Me sentía muy aburrida y todo por que no podía hacer las cosas que quería. Maella se acercó a la mujer llamada Lua, levantó un dedo en forma de advertencia, la sostuve pero fue demasiado tarde, cuando Maella enredó sus dedos en su cabello de la mujer.

Willow: Maella.

Maella: Esta mujer ronda tras tu prometido… Si, así es Lua, Massimo se va a casar y más te vale que no te metas ni lo busques mas. Semion le agradará deshacerte de ti.

Empujó Lua la mano de Maella, se acomodaba el cabello.

Lua: Semion hace todo lo que le dices que haga, pero a ver cuanto tiempo más te va a soportar al ver que ya tiene a su lado lo que tanto quería.

Maella: Nunca podrá dejarme.

Maella me sostuvo el brazo haciendo que caminara hacia la puerta, la mujer solo negaba con la cabeza, abrió al puerta y las dos salimos, me solté de mala manera del agarre de ella, rodó los ojos sin dejar de caminar.

Willow: tengo que cuidarme de esa mujer.

Se detuvo dando media vuelta, ahora venía hasta mi.

Maella: Quieres cuidar a Massimo a tu lado, bueno sé cariñosa, comprensiva, por que te he visto muy distante y evasiva. Dudo que hayas sido así con Dimi…

Willow: ¿Con quien?

Maella: Con nadie, vamos que tenemos mucho por hacer.

Entrelazó su brazo con el mío llevando hacia donde los demás estaban, pasé mi mirada hacia Massimo, pero había una mujer que decía que era o fue algo de él así que lo que hiciera o dejara de hacer con eso me tenía muy sin cuidado.

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