Por Ti Vuelvo A Creer En El Amor

El lunes llegó y Cassandra se vistió con uno de los trajes que había comprado con el dinero que le había dado su tío.

El traje era verde oliva y lo combinó con una blusa color crema y unas zapatillas bajas, además peinó su cabello en una cola alta.

Cuando vio que el resultado era lo que ella buscaba salió de casa y se fue en un taxi a la dirección que su tío le había dado.

El auto se detuvo frente a un gran edificio en el centro de la ciudad y afuera se podía leer Taylor y asociados, ella releyó la nota varias veces sin creer que esa fuera el lugar correcto al que le había mandado su tío.

No se había detenido a preguntar acerca de la empresa a donde iría, por lo que quedó enormemente sorprendida, entro al edificio y se acercó a la chica de recepción, se identificó y la recepcionista le dio un gafete para después enviarla al piso 10.

Una vez allí la hicieron esperar unos minutos y salió a atenderla un hombre de unos cincuenta años, era alto, de espalda ancha, cabellos oscuros con algunas canas y ojos marrones, a pesar de su edad se veía bien conservado.

El hombre al ver sonrió para sí mismo pensando en que era exactamente la chica que necesítaba para sus planes, así que la saludo y le dio la mejor de sus sonrisas.

-Hola Cassandra, ¿cómo está tu tío?, soy el licenciado Augusto Taylor - se presentó ante ella

-Buen día, él está muy bien - Cassandra no sabía que decirle al imponente hombre que tenía enfrente

-Hace un tiempo que no lo visitó, él me ayudó mucho hace un tiempo y no sabes lo agradecido que estoy con él - siguió diciéndole mientras la llevaba a la sala de juntas

Cassandra no creía que estaba hablando nada más y nada menos que con el dueño de la empresa, su tío no dejaba de sorprenderla al conocer a tantas personas de distintas clases sociales.

Este hombre le pareció alguien bastante sencillo, agradable y bastante cálido, generándole mucha confianza, nada más fuera de la realidad.

Al entrar al lugar se sentaron y ella le entregó una carpeta con sus documentos, él la tomo y comenzó a revisarlos.

-Te mandé a llamar para conocerte, tu tío me comentó que no habías culminado la licenciatura en administración de empresas y es por eso que ya tengo pensado en que área trabajaras de ahora en adelante, ¿no tienes problema en comenzar hoy mismo? - preguntó el hombre mientras la miraba fijamente

Ella asintió y él le dijo que lo siguiera, por lo que se dirigieron al ascensor y subieron al piso 22.

En ese momento Alejandro estaba en su oficina revisando los gastos de la empresa, no entendía como su padre gastaba tanto dinero con tanta facilidad, en realidad si sabía, todos esos gastos tenían que ver con mujeres, las cuales eran su mayor debilidad.

Las finanzas de la empresa no se encontraban bien y debía pensar en alguna manera para mejorar la situación, era casi imposible hacer que su padre entrará en razón, ya que se comportaba con un jovencito que quería ganarse a las mujeres dándoles regalos costosos.

Mientras pensaba en una solución alguien toco a su puerta y Alejandro aceptó que pasara, sin importarle quien tocaba.

Cuando levanto la mirada de los documentos que estaba revisando vio a su padre quien era seguido por una joven, no pudo evitar notar lo hermosa que era, llevaba su cabello rubio recogido en una cola alta y tenía unos hermosos ojos azules como el mar, a la vez que su piel era tan blanca que le recordaba el marfil.

Había algo en ese rostro que no le permitía mirar a otro lado, en realidad la chica parecía sacada de una pintura de ángeles, lo que hizo que sonriera al verla.

-Ella es tu nueva asistente, se llama Cassandra - al escuchar esas palabras la sonrisa de Alejandro fue borrada de inmediato

El hombre la miró bastante serio, se notaba visiblemente molesto, no dijo ni una sola palabra haciendo que Cassandra se sintiera intimidada con su actitud, ella solo se limitó a mirar al padre de Alejandro y estaba a punto de agradecerle por la oportunidad para irse de allí cuando por fin Alejandro habló.

-Qué más da, supongo que es una decisión tomada y no puedo hacer nada - respondió sin importarle que Cassandra estuviera escuchando

Ella estaba inquieta, no entendía la actitud del hombre que tenía en frente, porque le molesta tanto que esté aquí y se preguntó si podría aguantar trabajar con él.

Cassandra no se dejó asustar por la actitud de Alejando, así que después de una semana ya había aprendido casi todo lo que tenía que ver con su puesto de trabajo, conocía a casi todos los clientes que hablaban con su jefe, los programas y los informes que se le debían pasar, así como casi todos los gerentes de la empresa.

Por lo que las actividades de cada día cada vez eran más sencillas para ella, cada vez era más sencillo lidiar con el cargo que estaba desempeñando, lo difícil era lidiar con su jefe, ya que solo se dirigía a ella por cuestiones de trabajo, siendo su actitud frio y distante.

Así que Cassandra se limitaba a realizar las actividades que correspondían a su empleo, sin decir nada más, ya que el solo verlo hacía que se pusiera nerviosa porque se veía contrariado cada vez que la veía.

Unas semanas después Alejandro iba manejando hacia la empresa cuando vio a Cassandra cruzando la calle y después entrar a una cafetería.

Iba vestida con un pantalón de vestir negro que hacía que su cintura se viera bastante pequeña y sus cabellos estaban sueltos, por lo que el viento hacía que ondearan suavemente.

Ella no se dio cuenta de que cruzó justamente frente al auto de su jefe, él la siguió con la mirada y decidió entrar al mismo lugar que ella.

Ella pidió un té de frutos rojos y pudo ver como el chico que la atendía le entregaba su pedido con una sonrisa en los labios, algo en él se movió haciendo que sintiera algo y se autorregaño, no podía estar sintiendo celos y menos por esa chica.