El Despertar De La Pasión

Ricardo y Aurora ya están desayunando y listos para regresar a la editorial. Ricardo se da cuenta de que mientras Aurora toma su café está muy pensativa y distraída. Y le pregunta.

- Amor ¿te preocupa algo?

Aurora sale de sus pensamientos, pone la taza de café en la mesa y mira a Ricardo.

- Ricardo quiero pedirte algo, pero tengo miedo de que te molestes.

- Pero ¿qué será eso que quieres pedirme que crees que me voy a molestar? Tranquila, solo dime.

Aurora respira profundo y decide hacer su solicitud.

- Ricardo quiero que sepas que te amo, pero quisiera que tuviéramos la noticia de nuestro matrimonio en secreto en el trabajo.

Ricardo intrigado la mira y le pregunta

- ¿Por qué me pides eso Aurora?

- Es que no quiero que las personas digan que mi ascenso a editora es porque soy tu esposa. - dijo en tono triste.

Él se levantó camino hacia ella, la levanto de su silla y la abrazo dulcemente, mientras le decía.

- Amor, si eso quieres, eso haré. Pero quiero decirte que tú te mereces este ascenso hace mucho tiempo. Eres una mujer muy inteligente, segura, con visión. La verdad no te había dado ese ascenso porque no quería perderte como mi asistente. No sé que voy a hacer sin ti. Perdóname por ser tan egoísta.

Ella levantó la cabeza para mirarlo a los ojos y le dijo

- No sé si molestarme contigo o sentirme halagada.

- Halagada mi amor, eres apasionada en tu trabajo, y sé que descubrirás joyas literarias porque en tus ojos brilla la chispa de la creatividad y la emoción.

Ella se levantó en puntas y le dio un apasionado beso. Que hizo que el corazón de Ricardo empezará a latir fuertemente.

Se separaron al sentir que ya les faltaba el aire.

- Tenemos que terminar e irnos o llegaremos tarde a mi primer día como editora. - dijo Aurora sentándose a terminar de desayunar con una enorme sonrisa.

Mientras Ricardo se quedó como congelado después de ese beso.

Listo todo, salieron en la camioneta de Ricardo, y un par de cuadras antes de llegar a la editorial Aurora le pidió que la dejara allí, que ella llegaría caminando para mantener las apariencias.

Ricardo a acepto de mala gana. Espero a que Aurora empezará a caminar y continuo su camino hacia la editorial.

Ella hizo lo mismo de siempre, fue a la cafetería de su amigo Julián dónde esté ya le tenía listo su Americano y su Latte.

Julián que la esperaba ansioso, ya que tenía 2 semanas sin verla por todo lo de la boda, claro él no sabía todo lo que había pasado. Ella le había dicho que se iba de viaje por trabajo. Y que cuando regresará sería editora.

Cuando Aurora entro en la cafetería, Julián salió rápido de detrás del mostrador y sin pensar la abrazo, esto dejo a Aurora sin saber que hacer, él jamás se había comportado así.

- Julián... estás bien.

- Si, solo que estoy muy feliz de verte después de 2 semanas. - le respondió Julián mientras la soltaba.

Luego la tomo de la mano y la llevo hacia un lado del mostrador y le dio sus cafés.

- Gracias, debo irme, ya voy tarde. - le dijo Aurora, tomo los cafés y salió corriendo a la editorial.

Llegó y ya Ricardo estaba en la oficina, en el teléfono preguntaba si habían cumplido con las instrucciones que había dado antes de irse a Vail.

Termina de hablar y escucha que tocan la puerta.

- Adelante - responde Ricardo.

Se abre la puerta y entra Aurora como siempre con los cafés y la agenda bajo el brazo.

Ricardo se levanta de su silla y camina hacia Aurora, toma su café y la besa dulcemente para luego decirle.

- Que tristeza que ya no serás mi asistente porque podría hacer esto todos los días y sería muy feliz. - dijo con una sonrisa llena de picardía.

Aurora se sonrojó. Y replicó

- Basta, amor, nos pueden ver.

Esto le dio mucha risa a Ricardo. Puso los cafés en su escritorio junto con la agenda y le dijo

- Vamos, te mostraré tu nueva oficina.

Así caminaron los 2 hasta el otro lado del pasillo, y entraron a la que sería la oficina de Aurora, era hermosa, con 2 grandes ventanales, una pared estaba cubierta con un gran librero, escritorio amplio de color negro con blanco que combina muy bien con la decoración.

Al verla, los ojos de Aurora brillaban de una inmensa alegría, no lo podía creer. Estaba realmente feliz.

Abrazo y beso a Ricardo mientras le daba las gracias.

- No tienes nada que agradecer mi vida. Tú te lo has ganado. Bueno me voy, tengo mucho trabajo y por lo que veo tú también.

Dijo Ricardo, mientras señalaba unos sobres de manila, con manuscritos sobre el nuevo escritorio.

- Que emoción!!! - dijo Aurora mientras tomaba los sobres y los observaba.

- Creo que tampoco te puedo invitar a almorzar, ¿verdad? - le dijo Ricardo

- Creo que sería sospechoso, ya que en 5 años jamás me invitaste a almorzar jefe.

- Tienes razón - dijo Ricardo - pero si podemos ir a cenar.

Al decir esto le guiño el ojo y ese gesto le encantaba a Aurora.

- Claro que sí, ya quiero que pasen las otras volando.

Se despidieron con un beso y Ricardo se fue a su oficina, realmente tenía mucho trabajo.

Aurora se sentó y uno de los sobres llamo su atención. Con curiosidad, lo abrió y comenzó a leer las primeras líneas.

Las palabras fluían con una elegancia, como si el escritor hubiera tejido un hechizo con cada palabra, con cada palabra leída Aurora se sumergía más y más en la historia, ajena al mundo que la rodeaba.

A medida que avanzaba en las páginas, una historia de amor se revelaba entre las letras. Aurora estaba emocionada al ir descubriendo este manuscrito tan extraordinario.

El misterioso autor, bajo el seudónimo de "Pluma Enamorada" había cautivado a esta editora.

Intrigada, Aurora se pasó la mañana leyendo ese manuscrito, la trama se desenvolvía en lugares familiares para Aurora, la cafetería, las calles de Nueva York, cada capítulo resonaba con la melodía de un romance no vivido. Pero para su sorpresa el manuscrito no estaba completo. Al final de la última hoja estaba escrito

"Si te interesa el resto de esta historia hazlo saber al siguiente correo plumaenamorada@******"

Decidida a descubrir la identidad de este autor seguirá todo rastro. En eso tocan la puerta y Aurora sale de ese mundo en el que ha estado sumergida toda la mañana.

- Adelante - dice Aurora con voz suave.

Se abre la puerta y es Verónica, una chica joven, de ojos claros, cabello color miel, alta y delgada. Algo tímida. Ella será su nueva secretaria.

- Buenos días Srta. Aurora, me enviaron de Recursos humanos. Seré su nueva secretaria. Me llamo Verónica Palmer.

Aurora se levanta y le dice con un tono jovial

- Que agradable sorpresa, no sabía que tendría secretaria, bueno, bienvenida Verónica. - le extiende la mano para darle un apretón - espero trabajemos bien juntas.

- Claro que sí Srta. - le responde Verónica mientras estrecha su mano. - Srta. Afuera hay un ramo de rosas, creo que son para usted.

Aurora sonríe, pensando que son de Ricardo.

- ¿Si?, por favor tráemelas.

Verónica sale, las busca y las coloca sobre el escritorio de Aurora y sale de la oficina cerrando la puerta.

Aurora toda emocionada toma la tarjeta y al leer las palabras un mal presentimiento se apoderó de ella.

"Te invito a descifrar el misterio que nos une, a explorar las páginas en blanco de nuestro futuro juntos. ¿Estás dispuesta a embarcarte en esta aventura literaria que podría convertirse en la más hermosa de las realidades?

Firma" Pluma Enamorada"

Pero... ¿Qué significa esto? Penso Aurora nerviosamente mientras miraba el ramo de rosas.