Amor Sobrehumano

Luciana: no. Yo no puedo ser un Vampiro

Salvador: una parte de ti lo es

Luciana: no porque si de verdad soy mitad vampiro eso significaria que mi padre es un

Salvador: si hija. Yo soy un vampiro

Luciana: como puede ser un vampiro

Salvador: es algo que después te explicare. Ahora tenemos que deshacernos de este cuerpo

Luciana: si lo encuentran y descubren que fui yo la que lo mato

Salvador: eso no va a pasar hija

Luciana: cómo está tan seguro

Salvador: porque nunca se van a imaginar que un vampiro hizo esto. Pensarán que murió por la picadura de un animal o que fue atacado por un murciélago mientras dormía

Luciana: yo no quería hacer esto. No quería matarlo (llorando)

Salvador: lo sé hija y no es tu culpa. Desde ahora en adelante yo te voy a enseñar a cazar para que esto no te vuelva a ocurrir (abrazo) (Beso en la frente)

Luciana: gracias

Salvador: de nada hija. Ahora vamos a deshacernos de este cuerpo y nos vamos de aquí

Luciana: sí.

             (Mansión Pérez)

          (Habitación de Adela)

Adela: Ahora que lo pienso mi patrón come muy poco sale todas las noches a caminar y llega muy tarde. Será verdad lo que me dijo Soledad de que él es un vampiro, me cuesta mucho creerlo, pero lo voy a investigar (hablando sola)

                (Sala)

Isabella: oíste eso, hermanito. Ya llegaron

Nicolás: estás segura

Isabella: sí. Estoy viendo ahora mismo a mi papá y a mi hermana, ahí vienen

Nicolás: gracias a Dios que él pudo encontrar a Luciana

Isabella: hermanito contéstame algo. Desde cuándo te preocupas tanto por mi hermana si apenas la conoces

Nicolás: Luciana y yo somos amigos. Le tome cariño

Isabella: enserio

Nicolás: si

Salvador: ya estamos aquí

Isabella: hermana (abrazo a Luciana). Lamento tanto lo que te hizo Ana María

Luciana: no te preocupes. Ya todo paso (triste)

Nicolás: Lucí estás bien

Isabella: estás bien hermana te vemos un poco triste

Salvador: tu hermana está bien hija. Está un poco cansada y quiere irse a su habitación verdad hija

Luciana: sí. Ustedes discúlpenme

Salvador: vamos hija te acompaño

Isabella: pobre de mi hermana. Aún sigue triste por la humillación que le hizo Ana María

Nicolás: no es para menos. Ana María me va a escuchar, no le voy a permitir que se meta con Luciana

         (Habitación de Luciana)

Salvador: hija ya no estés triste

Luciana: cómo no voy a estar triste si soy un monstruo

Salvador: tú no eres un monstruo. Yo sé que aprenderás a controlar muy bien tu sed de sangre

Luciana: su esposa y mis hermanas saben que usted es un vampiro

Salvador: no lo saben. Es mejor que no lo sepan por el momento así como tampoco deben saber de qué eres Mita humana y Mitad vampiro

Luciana: mi tía sabía esto

Salvador: si hija. Pero ahora no vamos a hablar de esto, descansa y no te preocupes yo te voy a proteger

Luciana: porque me ayudó

Salvador: te, ayude porque eres mi hija y te amo como padre daría la vida por ti, como también daría la vida por tus hermanas. Buenas noches, hija (Beso en la frente)

Luciana: ahora entiendo porque puedo percibir el olor de las personas. Porque mi tía nunca me dijo que también soy una vampira, Dios mío si Nicolás se entera podría tenerme miedo y alejarse aunque es lo mejor porque lo amo y no quiero hacerle daño (hablando sola)

            (Al día siguiente)

        (Habitación de Ana María)

Salvador: Ana María, despierta (Enojado)

Ana María: que pasa papá porque entras así a mi habitación y me despiertas

Salvador: ya sé lo que le hiciste a tu hermana

Ana María: yo no le he hecho nada a Isabella

Salvador: no me refiero a ella, hablo de tu hermana Luciana. Como fuiste capaz de humillarla de esa forma

Ana María: era lo que se merecía esa estúpida porque es una bastarda y ella nunca va a ser mi hermana la odio y la detesto. Quisiera que desapareciera de nuestras vidas

Salvador: cállate (Cachetada a Ana María)

Ana María: tu nunca me habías pegado papá

Salvador: me sacaste de mis casillas

Alejandra: que pasa

Ana María: mi papá me pegó mamá y todo por culpa de esa bastarda

Alejandra: tu a mi hija no le vuelves a pegar

Salvador: tu hija me saco de mis casillas. Pero escúchame bien Ana María y tú también, no les voy a permitir que se metan con Luciana

Alejandra: estás completamente loco

Salvador: claro que no. Quedan advertidas las dos

Alejandra: mi niña preciosa te felicito. Lo que hiciste estuvo muy bien (abrazo)

Ana María: yo sabía que te iba alegrar mamá

Alejandra: claro que sí. Es la mejor noticia que pudiste darme

Ana María: la hubieras visto mamá. Fue tanto que le gritamos bastarda, que la muy estúpida tuvo que irse de la fiesta llorando (risa)

Alejandra: cómo me hubiese gustado verlo para disfrutarlo es lo que se merece esa bastarda (risa)

Ana María: sí. (risa)

              (Jardín)

Adela: cómo pudo Ana María hacerte eso mi vida

Luciana: ya no importa Adela

Adela: claro que sí importa. Ella no tenía porque humillarte de esa manera

Luciana: está va a hacer la última vez que lo hace. Porque aunque sea mi hermana no le voy a permitir que se meta conmigo

Adela: te paso algo después de que saliste de esa fiesta

Luciana: porque me preguntas eso Adela

Adela: porque te veo muy triste y no creo que sea porque lo que te hizo Ana María

Luciana: no. No me pasó nada

Adela: segura

Luciana: claro que sí

Sirvienta: Adela te necesitan urgente en la cocina.

Adela: ya voy. Ya vengo mi vida

Luciana: no te preocupes Adela ve tranquila

Adela: ya vuelvo

Luciana: si

Nicolás: hola (sonriendo)

Luciana: hola (sonriendo)

Nicolás: lista para irnos

Luciana: irnos a dónde

Nicolás: vamos a un lugar donde podamos hablar tranquilos

Luciana: Nico. No está bien que estemos en un lugar solos

Nicolás: no quieres estar conmigo a solas

Luciana: claro que sí

Nicolás: entonces vámonos

Luciana: está bien vamos (Tomados de las manos)

               (Sala)

Diego: hola Isa

Isabella: Diego que haces aquí

Diego: yo quedé preocupado por tu hermana y quiero saber cómo está después de lo que pasó ayer en la fiesta

Isabella: mi hermana está bien. Claro que ha estado un poco triste

Diego: me imagino con lo que hizo tu hermana Ana María

Isabella: porque te preocupa mi hermana Luciana acaso te gusto

Diego: no puedo negar que tú hermana es muy hermosa

Isabella: eso no contesta mi pregunta. Te gustó mi hermana

Diego: está bien. Si me gusto tu hermana y me gustaría conquistarla

Isabella: lo sabía (feliz)

         (Pradera de Flores)

Luciana: este lugar es hermoso

Nicolás: te gusta

Luciana: sí. Puedo sentir el olor dulce de las flores

Nicolás: yo sabía que te iba a encantar

Luciana: sí. Amo demasiado la naturaleza

Nicolás: quiero pedirte perdón por lo que te hizo mi hermana Ana María

Luciana: no te preocupes ya lo olvidé

Nicolás: segura

Luciana: claro que sí. Yo siempre supero las tormentas, para qué me trajiste aquí

Nicolás: quiero que hablemos de nosotros de lo que estamos sintiendo

Luciana: que estamos sintiendo

Nicolás: tú lo sabes, porque sientes lo mismo que yo. Luciana sin darme cuenta me enamoré de ti, te amo

Luciana: yo también te amo

(Miradas de amor de ambos) (Primer Beso de Luciana y Nicolás)