Las cosas pueden cambiar muy rápido, en un solo segundo puedes estar en un lugar para después caer en otro, esta es la historia de como sobrevivir a un mundo lleno de ratas sucias qué buscan aprovecharse de la debilidad.
"no voy a permitir que se aprovechen de mi, no más, protegeré a mis hijos de todas esas bestias, por que yo soy la duquesa de este lugar."
Reencarne en un cuerpo que no es el mio y una vida que no me pertenece, pero eso es lo de menos hay personas que necesitan mi ayuda y yo los ayudaré sin importar que suceda lo haré hasta que pueda volver a mi vida original."
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La vida que vivo. 8
Sacha pensó por un momento que es lo que haría para salir de ese lugar lo más rápido posible, la subasta se acercaba y no podía perder más tiempo.
Las horas pasaban y en ese lugar oscuro no se notaba si el día ya había concluido, sacha se estaba poniendo cada vez más nerviosa, necesitaba apurarse para poder llegar a la subasta qué se haría en la tarde de ese mismo día.
—Oye, tú.—le hablo sacha al guardia que custodiaba su celda.
—¿Qué paso, duquesa? ¿Qué necesita?
—¿tienes hijos?
—si, tengo dos pequeños en casa ¿por que?
—yo también tengo dos hijos, pero mi hija más pequeña está secuestrada.
—¿Qué? ¿La hija del duque está secuestrada? Perdóneme mi señora, pero eso es imposible si eso fuera verdad el duque ya habría matado a todos en el ducado.
—no, no, no, es verdad mi hija será vendida como esclava, por eso necesito que me saques de aquí te juro que te recompensaré su lo haces.
—¿con joyas robadas? Perdóneme mi señora, pero no le creo nada y no la puedo dejar salir, si quiere puede contar las piedras de la pared ya verá que al duque se le pasará el enojo muy pronto, no se desespere y no alucine de más.
"maldita sea, por que mierda nadie me cree, ¿y si lo mató?"
Se escucharon los sonoros pasos de alguien que se dirija a las celdas era una sirvienta quien bajaba las escalares del calabozo con una bandeja de comida para dársela a sacha.
—quítate del camino, le voy a dar su desayuno a la prisionera.
—¿ya es la hora de el desayuno?
—si, y están dando filete.
—maldita sea siempre me dejan al último, ¿puedes hacerme el favor de cuidarla mientras no estoy?
—claro, sube qué yo la cuido.
A sacha le pareció conocida la sirvienta con la que el guardia conversaba como si la ubiera visto en otro lado.
El guardia salió de prisa hacia el comedor y la sirvienta quedo al cuidado de sacha.
—mi señora soy yo la sirvienta a la que ayudo con la vajilla hace unos dias, no se preocupe la voy a sacar de ahí.—dijo la sirvienta.
—oh eres tu con razón pensé que te conocía de algún lado ¿como me encontraste?
—la señora luna llego a la casa muy alterada después de su cena con usted diciendo que la había visto montada en un caballo junto con uno de los hombres del duque, ella dijo que talvez la habían atrapado al intentar huir de sus deudas, la señora luna intento pagar tus deudas, pero el duque no le abrió la puerta aunque insistiera.
—ya veo así que eso fue lo que paso, pero eso no importa ahora, si alguien te ve aqui podrías morir, es mejor que te vallas lo antes posible.
—no se preocupe, nadie me vio entrar si nos damos prisa podremos salir rápido de aquí.
La sirvienta tomó las llaves qué estaban colgadas en la pared para abrir la celda y dejar salir a sacha, ya afuera las dos buscaron frenéticamente una salida, afortunadamente la mansión tenía túneles secretos por donde salir en caso de emergencia, ambas corrieron por el túnel subterráneo de piedra qué las condujo a un cobertizo viejo afuera de la mansión.
Sacha suspiro aliviada de poder salir por fin infierno en donde la tenían prisionera nunca imagino que tendría que salir de nuevo del lugar al que juro no volver.
"si alguien me hubiera dicho que las cosas terminarían así definitivamente no volvería a intentar a entrar de nuevo a esta asquerosa mansión y mucho menos hablarle de nuevo a ese bastardo gigante qué se hace llamar."
—tengo prisa por irme, como ya sabes mi hija está secuestrada igual, gracias por ayudarme a salir, si ya estamos a mano nos vemos después.—dijo sacha retirándose del sitio.
Sacha iba a continuar con su camino, pero fue detenida por la sirvienta quien se arrodilló ante ella impidiendo qué siguiera avanzando.
—espera ¿qué estás haciendo? Levántate del suelo. —dijo sacha nerviosa.
—por favor déjeme ser su caballero mi señora, sé que soy una mujer, pero soy tan capaz como un hombre si me da la oportunidad se lo demostraré ya verá que no se va a arrepentir.
—¿por qué me dices eso a mí? Yo no tengo nada, ni estatus ni el dinero para poder contratarte.
—eso no es lo que importa, a mí no me interesa hacer grandes riquezas o un nombre de prestigio usted mi señora es una persona muy amable y eso es lo que importa, lo supe desde el momento en que me ayudo aquella vez con la vajilla más cara que había en el lugar, ningún duque o duquesa ayudaría a una humilde sirvienta como yo, pero usted lo hizo y por eso merece mi admiración.
—¿y por que quieres ser un caballero? ¿cuales son tus motivos? —dijo sacha un poco más interesada en la oferta de la chica.
—he querido ser un caballero desde que yo era muy pequeña por lo que entrene muy duro para ser más fuerte y así cumplir mi sueño de que no me vieran como a una mujer débil, pero en cuanto intente aplicar para caballero imperial me rechazaron y se burlaron de mí por ilusionarme más de la cuenta y no me dejaron hacer el examen, necesitaba el dinero para poder sobrevivir por lo que me hice sirvienta aceptando la humillación de cualquier persona, pero ya no quiero vivir más así, por favor déjeme ser su caballero.
—bien, la verdad a mi no me importa mucho si eres hombre o mujer, así que no te preocupes por eso, puedes acompañarme, yo también se mucho sobre el manejo de la espada por lo que podemos ser un gran equipo, pero seamos eso, un equipo, no me gusta eso de amo y esclavo, me parece repugnante.
—¿de verdad?
—claro, espero que estés lista para enfrentarte a las dificultades del futuro y estés preparada para cortarle la cabeza a cualquier imbécil qué quiera pasarse de listo contigo, ¿Estas lista para eso...?
—lucia, mi nombre es lucia.
—bien, lucia ¿estas lista para ser todo menos una dama?
—si, mi señora.
—sacha, llamame sacha por favor.
La mujer se levantó del suelo y con los ojos llorosos le dio un abrazo a sacha agradeciendo la oportunidad que le estaba dando, por fin lograría cumplir su sueño de blandir una espada con orgullo.
Ambas mujeres caminaron en dirección al pueblo por el camino que camino qué sacha usaba para huir de la mansión.
Al caminar en silencio por el sendero qué conducía al pueblo, sacha recordó los días en los que tenía que ir a trabajar en la cafetería de luna para poder alimentar a Dylan y a Lilly.
"Esos días si qué fueron duros, gracias al Dios del cielo pude hacer qué mis hijos no volvieran a pasar por nada de eso de nuevo ojalá y las cosas continúen así, espero que mis hijos sean personas de bien."
"eso me recuerda a mi madre hace tiempo que no pienso en ella, sin duda fue mi ejemplo para sacar a mis hijos adelante, espero estar haciendo las cosas bien para que mamá no me regañe cuando valla al reino de los muertos."
—¿Qué haremos ahora señora sacha?. —dijo Lucía sacando a sacha de sus pensamientos y anunciando qué ya habían llegado al pueblo.
—mi hija está secuestrada y necesito rescatarla, el plan es llegar a la subasta y amenazar al vendedor para que me la regrese o matarlo, lo que pase primero.
—mi señora, estas tierras son del duque si usted comete un crimen se le sumará a su condena y esta vez si pueden decapitarla.
—entonces ¿qué siguieres?
—vamos a disfrazarnos de gente de alta sociedad, usted vístase de duquesa y yo me vestiré de caballero, nos infiltramos sin que nadie nos vea y nos robamos a la niña sin que nadie sospeche, es un buen plan ¿no? .
—es una buena idea,bien hagamos eso, pero primero vendamos las joyas qué me robé para poder comprar un vestido decente y ropa de caballero.
Sacha y Lucía entraron a una casa de empeño para sacarle provecho a las muchas joyas qué el duque tenía en la habitación donde sacha se había quedado a dormir anteriormente.
—¿cuánto me das por ellas?. —sacha puso la bolsa en el mostrador para que el dueño las examinara.
—lo siento chica, pero las joyas de la casa luterano no se pueden comprar es una regla establecida hace mucho tiempo por el duque.—dijo el hombre después de examinar las joyas cuidadosamente.
—¿Qué? Pero ¿no puede hacer una excepción?.
—lo siento esa es la regla; sin embargo el cabello qué tienes es muy inusual si me lo vendes puedo darte buen dinero.
Sacha pensó un poco en la oferta qué el viejo le estaba haciendo.
—¿cuánto por él?
—200 monedas de oro, al ser de un color único eso es lo que te puedo dar.
Sacha tomo el cuchillo qué el hombre le estaba ofreciendo y antes de que se pudiera cortar su cabello blanco Lucía la detuvo y le quito el cuchillo de las manos y corto su propio cabello negro quedando este a los hombros.
Su cabello no era tan especial como el de sacha, pero algo debía de valer.
—lucia, ¿por qué hiciste eso?
—su cabello es preciado mi señora nuca había visto a una mujer con el mismo cabello qué el suyo por lo que sería un delito venderlo tan barato, además si se lo corta no podremos cumplir nuestro objetivo.
Sacha se detuvo a reflexionar lo que lucia le acababa de decir y era verdad si ella se cortaba su cabello no podría entrar a la fiesta porque pensarían que ella es un hombre ya qué las mujeres de esa época no podían usar el cabello tan corto solo los hombres.
Al final el cabello de Lucía fue vendido por 60 de oro, muy poco comparado a lo que le iban a dar a sacha por el suyo.
—¿crees que sea suficiente?
—si quiere puedo vender las joyas que tiene con sigo, no me darán mucho, pero algo es algo.
—¿donde las vas a vender? si esta prohibido vender las joyas de la casa luterano.
—en un gremio ilegal, seguro se venden fácil ahí.
—vamos rápido que queda poco tiempo antes de la subasta.
Las mujeres aceleraron el paso hasta llegar a un callejón lleno de indigentes y personas ebrias, Lucía se metió de inmediato a una casa muy humilde y sacha la espero afuera pacientemente.
Después de negociar con el comerciante este le cambio las joyas por un vestido blanco de perlas muy bello, el mismo vestido que sacha utilizaría en la subasta y con el dinero sobrante compraron ropa de hombre y una espada para hacer pasar a Lucía por un caballero qué cuidaba a su amo de los bandidos.
En un hotel de mala muerte se cambiaron de ropa y llevaron las máscaras qué eran estrictamente necesarias para la subasta estas eran para que ninguna persona pudiera distinguirse entre ellas lo que resultó más que conveniente para sacha.
Al terminar ambas mujeres salieron del hotel en dirección al banco de la calle 36 para poder rescatar de una vez por todas a su hija la gran Lilly luterano.
—Lucía, llévate dos espadas contigo y una daga muy afilada qué no pienso dejarte toda la diversión a ti.
—mi señora, por favor controle sus impulsos cuando estemos ahí.
—te falta mucho por aprender, lucia los impulsos no se controlan se sacan en el momento en el que se te ocurren.
—me preocupa su actitud ante los impulsos.
—ja, a mi también.