NO PUEDES SER TÚ

Luisa llegó a su apartamento casi sobrio, Sean había tenido sexo con ella sin protección, estaba horrorizada y lloró amargamente.

Se metió a la ducha y en su mente se venía fragmentos de tu vida antes del club, todos los sentimientos que había metido en una caja con un enorme candado para evitar recordar, aparecían por arte de magia.

¿Qué pasaba? Se preguntaba la niña mientras dejaba caer agua en su cuerpo, queriendo arrancar cada parte de ella.

La niña evitó que el hombre la trajera a casa, sabía que se engancharía y querría estar con ella una y otra vez como todos. En medio de todas sus luchas solo esperaba que ese hombre no fuera importante para William, porque si no la odiaba, empezaría a hacerlo con ganas y ella no quería eso. Ese hombre estaba metido en sus entrañas y tal vez ese era su amor, un amor no correspondido.

La mujer lloró inconsolablemente, quizás como nunca, hubiese deseado que ese hombre que la hizo suya en auto sin protecciones fuera el castaño que la volvia loca y que desbarató su mundo en pocos días.

Salió de la ducha y tomó de las mismas pastillas que había tomado hacía un año cuando unos idiotas habían destrozado su cuerpo y la habían ultrajado sin contemplaciones ¿Pero por qué recordaba eso también? Eso no era valioso, ella hizo un hueco en la tierra y enterró a esos malnacidos.

Luisa estaba pasando por un cuadro de depresión deplorable, se sentía miserable con una vida sin sentido, sin alguien que la amara realmente, se había dedicado a esconder y guardar todo lo que sentía que la dañaba y ahora todo afloraba sin pedir permiso.

William había sido el detonante de todo, sus rechazos e indiferencia empeoraron la enfermedad de la pelirroja y Sean con su impertinencia terminó de rebosar el vaso.

¡Aaaaaahhhhhh! Grito fuerte la pelirroja, quien desnuda cayó sobre la cama.

Pasaron los días, Mike incontables veces marcó a Luisa sin tener noticias, él aún tardaba dos días más, pero le preocupó que la bella chica no había ido a club y tampoco se había presentado a clases, que era lo que más amaba "¿Dónde estás fueguito?

En las oficinas de Lombartec, William firmaba unos papeles y revisaba diseños rutinarios, cuando ingresó su amigo: "Willy ¿Sabes algo de Fuego?"

"¿Por qué lo preguntas?" A William le extrañó la pregunta e hizo que este dejara los papeles en el escritorio y prestara toda atención a Fernando.

"La última vez que la vieron fue el viernes que estuvimos allá, hoy es jueves y la mujer no aparece" Dijo Fernando.

Su amigo le contó de la llamada y que había enviado a Sean a buscarla, pero después de eso no le preguntó nada a Sean porque no quería darle importancia al asunto.

"Llama a Sean, su jefe Mike está preocupado y mando a preguntar con el personal del club si sabíamos algo" Comentó Fernando

William no sabía por qué le molestaba tanto ese Mike, tal vez era su novio.

"Lo llamaré" Antes de marcarle a su hombre hizo una llamada al contacto Srta. de inmediato se fue a buzón.

Sean llegó a la oficina, ojeroso con mal aspecto, como si sus días fueran difíciles, este estado no lo pasó por alto William.

"¿Por qué estás así?" Preguntó sin apartar la mirada William

"Señor estoy muy mal, me gustaría saber si usted sabe donde puedo encontrar a la pelirroja" Preguntó desesperado Sean

"Pensé que la habías llevado a su apartamento" Se enojó William

"No señor, se bajó del auto y tomó un taxi" Dijo Sean nervioso

William miró a Fernando y le dijo "Llama a Rivas y dile que si está listo lo que le pedí hace muchos días lo necesitó"

"¿Te acostaste con ella?" Preguntó el castaño

"Señor lo siento, ella es demasiado hermosa no pude evitarlo y ella no se negó y sentí que los disfruto, no puedo sacarla de mi cab..." Sean fue interrumpido por un William extremadamente enojado.

"Imbécil, te dije que no la tocaras ¡estaba borracha! ¡Lárgate! Quiero tu carta de renuncia y agradece que no añada una mala referencia a tú curriculum" Espetó el grandote.

Fernando llegó con un documento impreso y se lo enseño, William lo leyó y salió diciendo "Dile a Rivas, que falta información, que no vaya a salir con que le quedo grande"

En el documento estaba parte de la información de Luisa, pero nada antes de llegar al club, William grabó la dirección en su mente y salió.

Mientras iba conduciendo recibió la llamada de Rivas "Señor Lombardi, disculpe aún estoy investigando, a mí parecer la mujer no se llama así, pues todo indica que no existe tal persona"

William que estaba fuera de sus cabales pensando que tal vez Sean había hecho algo más que abusar de ella respondió enojado "¡No me jodas Rivas! No me vayas a decir qué esa mujer apareció por arte de magia, ¿Lo que te pago no es suficiente? ¿Tendré que buscar a alguien que si sepa hacer su trabajo?"

"¡No señor! Deme unos días más y le tendré toda la información de la hermosa dama" Rivas pidió al cielo encontrar pronto todo lo relacionado con la vida de la chica, no quería ganarse malas referencias del empresario más importante de la historia, por otro lado, había visto las fotos y reconoció que la mujer era una diva.

William recordó las palabras de Luisa en su llamada, todos se obsesionaban con ella, su conductor parecía muerto en vida, ahora su detective personal reconocía su hermosura con solo ver fotos, y ni de hablar de Fernando que me dijo que era tan hermosa que deseaba verla en su cama, el hombre resoplo. "Una semana Rivas, si no hay razón me encargaré que todos se enteren de que eres un incompetente"

William llegó a la residencia, tenía muchas plantas fuera, miró por la ventana, era casi una pequeña casa, no sé escuchaba alguien dentro, tocó el timbre y empezó a buscar llaves de repuesto debajo del tapete y después de tanto buscar y tocar a la vez, se le dio por inspeccionar en las plantas y efectivamente ahí había una copia de la llave.

El hombre ingresó y encontró a la mujer desnuda en la cama con muchas botellas de vino, cervezas y medicamentos.

William quitó su saco y la envolvió en él e inmediatamente la tomó en sus brazos y la llevó a la ducha, donde tuvo que despojarla de la prenda de vestir para que ella reaccionara.

A pesar de estar completamente desnuda a su merced, recordando todo lo que la niña le había dicho y lo que había visto, no quiso pecar y mirarla, no quería también el perder la cabeza y ocasionarle un daño mayor. Aunque para él, el solo hecho de mirar su rostro ya era una tentación.

"¡Luisa! Nena, vamos despierta, no creerás quien te tiene en sus brazos" Repetía desesperado el hombre sin recibir respuesta.

Tomó su teléfono empapado, agradecía haberlo creado a prueba de agua y marcó al mejor médico que él ha conocido, un amigo de su padre el prestigioso Antonio Prent.

"Antonio tengo una urgencia necesito que vengas a una dirección, pero antes dime como puedo reanimar a una persona que mezcló medicamentos con bebidas" Dijo William desesperado.

"Está bien hijo, primero dime su aspecto" Dijo Antonio tratando de sonar calmado.

William respondió inmediatamente:"Está somnolienta,

tiene dificultad para respirar,

Sé que tomó una sobredosis de medicamentos, no sé si de forma intencional o accidental junto con alcohol, también tiene enrojecimiento alrededor de la boca, los labios se tornan morados y su aliento huele a sustancias y alcohol"

"Perfecto Willy, tus detalles son perfectos mira lo que vas a hacer: Limpia su boca, quita la ropa, enjuaga la piel durante 15 minutos en la ducha"

"Haz que la tome aire fresco lo antes posible o dale respiración, has una pequeña presión en su abdomen arriba del ombligo, si vomita gírale la cabeza hacia un lado para evitar que se atragante, llegaré lo antes posible" Dijo Antonio.

William había hecho lo de la ducha, cuando tuvo cuadros de depresión por la muerte de su familia intentó suicidarse y lo primero que hizo su nana fue meterlo a la ducha.

"Vamos nena responde"