EL AMOR DE SEBASTIÁN

Su abuela muy preocupada seguía en la sala de estar esperando el regreso de su nieta; al verla cruzar por la puerta pudo dar un suspiro de alivio.

Abuela Maria - hija me habéis tenido muy preocupada, ¿Por qué no has llegado un poco temprano?

Akira - Hola abue, siento mucho llegar tarde, es que no me di cuenta de la hora.

Abuela Maria - Ya estás en casa, ahora ve a dormir.

Al siguiente día como todos los días hace su misma rutina, pero con la diferencia que está mañana en la aldea todo es algo diferente, las mujeres aldeanas murmuran y la miran con envidia, haciendo caso omiso se dirige a sus asuntos.

Más tarde llega a la empresa y todos la reciben amablemente con una sonrisa, algo que no lo esperaba, ya que el día anterior la observaban como a un bicho de otro planeta.

Por alguna razón sintió que ese día era algo extraño, pero aun así, sin darle importancia subió hasta el último piso y ocupo su puesto poniéndose al día en su trabajo.

En todo el día Sebastián no había ido a la empresa, algo que le pareció muy extraño, pero no lo pensó mucho, ya que se imaginó que tuvo alguna razón para faltar a su trabajo, y esa duda la aclaro su secretario quien se puso en contacto con ella.

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Eloy - Señorita Akira, el señor hoy no irá a la empresa debido a un asunto personal, por favor cancela todas sus juntas y ocúpate de sus pendientes.

Akira - El señor se encuentra bien? ¡Oh!, ahora mismo me encargo de ello.

Eloy - No te preocupes, está bien, solo has lo que te pido.

Sin esperar a una respuesta colgó la llamada.

Llego la hora de salir del trabajo por lo que se dispuso a retirarse, una vez fuera de la empresa un coche la estaba esperando, muy sorprendida de ver al mismo hombre de ayer.

Gael - señorita Lahos suba por favor.

Akira - Creo que está equivocado, no debería......

Gael - El señor Gamier a dispuesta que sea su chófer a partir de hoy, por favor suba al coche, que de usted depende mi trabajo.

Sintiendo una alegría en su corazón sube al coche, quien avanza por la avenida hasta su casa.

Una vez en la aldea se dispone a caminar hasta su hogar, pero una mujer aldeana la sorprende con una bofetada.

Narixa - Sabías que él me gustaba y aun así no te detuviste - le grita muy molesta.

Akira - Que te pasa! No sé dé que hablas.

Narixa - No te hagas la desentendida, no creí que alguien como tú, un don nadie que no pertenece a nuestra clase ni es parte de esta aldea sea su favorita.

Akira - No estoy entendiendo nada, pero si te refieres a Felo, déjame decirte que puedes quedarte con el cuándo se te antoje, a mí me da igual lo que haga con su vida, no soy su novia ni de su propiedad, así que ve a hacer escándalos a otro lugar.

Tras decir eso se fue directo a su casa, donde su abuela con cara lamentable la esperaba.

Akira - Abue ya llegué, - Abrazando a su abuela quien está algo preocupada.

Abuela Maria - Hija que bueno verte, hay algo de lo que debemos hablar, ven toma asiento.

Akira - que paso abuela, no me asustes.

Abuela Maria - Hoy vinieron los de servicio social a hacerme preguntas sobre tus hermanos, mi niña ellos quieren llevárselos, a menos que tú estés casada con un buen hombre y te presentes con ellos a realizar el trámite de adopción.

Akira - Pero qué dices abuela? Mis hermanos, nadie puede quitármelos, prometí cuidarlos y así lo hemos hecho todos estos años, no les ha faltado nada en casa, he trabajado duro para poder darles un buen estudio y una buena educación, no me los pueden quitar.

Abuela Maria - Alguien dio aviso a las autoridades de que no cumples con el rol y llegas muy tarde a casa, por tal razón ellos han venido, lo peor de todo no es eso hija, sino que una vez más estuvo aquí el jefe y ha calmado a los señores asegurándoles que pronto te casaras con su hijo y que harán los documentos pertinentes.

Akira - Ese gilipollas aprovechador, está muy equivocado si piensa que me voy a casar con él, jamás lo haré.

Abuela Maria - Hija sé lo que sientes, pero en esta situación es lo mejor, no quiero morir sabiendo que tus hermanos están separados de nosotras - Lo dice llorando. Por eso acepté su propuesta y esta misma semana te casarás con Felo.

Akira - ¿Qué DIJISTE ABUELA? - Hablando un poco exaltada.. ¡No!, no deberías tomar decisiones por mí, mucho menos de esa magnitud, no pienso ni quiero casarme con ese tipo, como te dije ante, prefiero hacerlo con un desconocido que con él, así quítate esa idea de la cabeza, yo veo como soluciono el asunto de mis hermanos. - gritando muy molesta.

Abuela Maria - Pero mi niña.......

Akira - Nada de peros, si no hay nada más que decir, iré a descansar.

Sintiéndose miserable por tal suerte, intenta conciliar el sueño pero le es imposible.

Al día siguiente los cotilleos sobre su supuesta boda ya habían llegado en toda la aldea, unos con envidia, otros con resentimiento, pero nada era importante para un Felo quién estaba más que feliz preparando los dotes matrimoniales.

Con cara de tristeza llega hasta la empresa y sube a su oficina, sin ánimos de nada, entra en la oficina del CEO con una taza de café y la libreta del día.

Akira - Buenos días señor, aquí tiene su café y los pendientes del día de hoy.

Sebastián - No tienes por qué ser tan formal conmigo, puedes decirme Sebastián, además no somos desconocidos.

Akira - OK Sebastián, puedo pedirte un favor?

Sebastián - Siempre y cuando no sea la renuncia, puedes pedirme lo que sea.

Akira - Oh no, no, no - agitando su mano. Solo quería saber si puedo salir un poco antes, debo tratar un asunto muy importante.

Sebastián - Está todo bien? - Algo preocupado... Si gustas puedo acompañarte.

Akira - No, no hace falta, es algo sin importancia.

Sebastián - Está bien, siempre y cuando el chófer te lleve.

Akira - Sobre eso, no deberías tomarte esa libertad, que va a pensar el personal de la empresa.

Sebastián - No tienen que pensar nada, solo me preocupa tu seguridad, vives muy lejos y te es difícil tomar el colectivo desde aquí, así que no hay marcha atrás, el coche está a tu disposición.

Con una sonrisa agradece y sale de la oficina, dejando algo preocupado a Sebastián.