Intentos desesperados para recibir amor fue lo que condenó a la joven señorita Vertron y un intento de asesinato fue el motivo de su ruina, de su muerte y del dolor más profundo que pudo recibir; la realidad de que no fue amada por nadie. Pero... ¿La muerte fue el final para la que era Villana para todos?
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Cuando Nuestras Miradas se Crucen...
—Bueno... Alice, joven Arian, los veré más tarde.—
Dije mientras me sentía decepcionada por no hacer más que quedar como una mala persona a pesar de que esta vez, intentaba ayudar...
No, siempre ha sido así. Por más que busqué en mis recuerdos algo que me contradiga que no es así, no lo encuentro.
Hice una reverencia, me disculpe por mi mala educación al retirarme. Me volteé y me dispuse a caminar hacia mi habitación.
Al estar lejos de ellos, (—Señorita Anya—) la voz del joven Arian resonó en mis oídos, no pude evitar reírme de mí misma por imaginar que él me llamaría. Me sentía tan tonta por anhelar todavía algo que sé que no tendré y algo que sé que nunca me dirá. Así que ignoré mi absurda imaginación y proseguí mi camino.
¿Me estarán viendo de atrás como me voy alejando, como yo siempre lo he hecho cuando ellos caminaban juntos? ¿O ya se irían sin mirar atrás? Esas preguntas se me venían a la mente inconscientemente.
¡Qué tonta! Es un hecho de que nunca han volteado a verme cuando me voy. De eso estoy segura...
Antes de irme a tomar una siesta recordé que debía hacer algo pendiente pues era muy necesario para no tener más problemas de los que ya tengo.
Me fui hacia el patio de la mansión y me dirige a aquel único y gran árbol que yacía a lo lejos. Desde lo lejos, se divisaba una silueta de una persona acostada en el suelo, bajo la sombra del árbol.
Me acerqué hacia él, y miré a mi hermano durmiendo tranquilamente. Su expresión estaba relajada, tenía una leve sonrisa mientras estaba durmiendo. Seguramente está teniendo un agradable sueño.
—Theo... Theo...—
Lo llamé hasta que se despertó y me miró sorprendido.
—Anya... ¿Ya estás mejor?— Preguntó soñoliento.
Su preocupación me hizo sonreír. Y comprendí... que él es el único para mí.
—Sí...—
Respondí mientras atesoraba este momento. Mi hermano... la única persona que se preocupa por mí, la única persona que me quiere y me desea felicidad. Si tan solo me hubiera conformado con este amor pasajero... tal vez así, no habría...
—Me alegro.—
Respondió sonriendo y el cálido sentimiento apareció por un hermoso instante y aunque no haya durado mucho, fue el más importante.
—Mi querido hermano, ¿Me puedes ayudar en algo que solo mi hermano puede hacer?—
Era la verdad, solo él podía realizarla y solo a él le confiaría esta tarea y aunque le caiga mal hacerlo, pero sé que lo hará.
—¡¿En serio?! Está bien, haré lo que sea que me pida Anya.-
.
.
Me acosté en mi cama, me sentí tan bien que mis ojos rápidamente se cerraron. Estaba tan cansada que no pude evitar dormir al instante.
Pero lastimosamente mi siesta no duró mucho, pues una de las sirvientas me despertó.
—Señorita Anya, Señorita Anya.—
Me levanté y les pregunté qué quería.
—El joven Arian ya se irá a su casa.— Me contestó.
Ah, suspiré desesperadamente, ¿por qué no puedo dormir aunque sea cinco minutos?
Terminó tan pronto su charla o los habrá incomodado la presencia de Theo?
Si, el favor que le pedí a Theo era que los acompañara pasara lo que pasara. No tenía otra opción mas que hacer eso.
Caminé hacia la entrada de la mansión y allí... allí se encontraba el joven Arian y Alice despidiéndose alegremente como si al separarse, el mundo se acabaría para ellos.
¡Que hermosa escena! hasta parece que ellos son los comprometidos aquí.
Los ojos de mi hermana no apartaban de vista a mi prometido y los del joven Arian...Mmmm, se percataron de mí presencia y se enfocaron en mí, la villana que aparece al final destruyendo todo a su paso.
Me dirigí hacia al joven Arian, repitiendo una y otra vez en mi mente "lo siento" pues iba a interrumpir su preciosa despedida.
—Fue un gusto poder conocerlo, joven Arian.—
Dije mientras sonreía para que no notará mi mentira.
—El gusto fue mío, señorita Anya. Espero poder verla más seguido.— Se despidió.
—"Espero que no sea así joven Arian, pues me resulta muy molesto verlo por aquí."—
Como si tuviera el valor de decir eso, y si lo dijera creo que cavaría mi propia tumba.
—Adiós joven Arian, que tenga un buen viaje de regreso a casa.— Me despedí.
El joven Arian asintió, se subió al carruaje y los caballos empezaron a trotar.
Y otra vez... me quedé como una tonta viendo como se alejaba cada vez más de mí, con la esperanza de que volviera y que me mirara con aquellos ojos y con aquella expresión con la que miraba a Alice ¿Tan mala soy...? ¿Tan difícil es enamorarse de alguien como yo?
Tal vez... simplemente, no estoy destinada a ser amada y eso, es lo que me cuesta aceptar.
Desearía que algún día... algún día, aunque sea uno, puedas sentir lo que yo una vez sentí cuando te marchabas o mirabas a alguien más. Aunque creo que eso es imposible, ya que sé que nunca me amarás.
(El carruaje en donde iba el joven Arian, desapareció lentamente de la vista, sin dejar rastro alguno)
Cuando mis sentimientos se calmen... Y ya no me importe si vives o mueres, en ese día te dejaré ir, pero ¿llegaré a perdonarte? ja, como si tú tuvieras la culpa de que me enamorara de ti.
Me di la vuelta y me adentré en las puertas de la mansión.
—"La próxima vez que nos encontremos y nuestras miradas se crucen, en ese momento te diré adiós. Y cuando te marches, será la última vez que te ame."—
aburrida
Alguien que me responda porfa