La tercera generación Vannecelli ha heredado de sus padres un legado de caos y destrucción. Estos jóvenes, acostumbrados al lujo y a las mejores instituciones educativas del país, se verán forzados a asistir a una escuela pública como parte de un castigo. Allí, enfrentarán las diferencias sociales y descubrirán realidades inquietantes en su nuevo entorno. ¿Serán capaces de sobrellevar las adversidades que les aguardan y demostrar por qué han sido apodados demonios? Te invito a explorar esta intrigante historia juntos.
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Capítulo 7 Yo no otorgo el perdón. 1/2
Kira Vannecelli
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-Al llegar al departamento, entré con cautela. Al llegar a la sala, lo vi recostado en el sofá y no pude evitar sonreír, pues mi novio se veía guapo.
Con cuidado, me acerqué y le di un beso en los labios. Noté cómo abría los ojos y él me sonrió, tomando mis mejillas con ternura. Me besó y me atrajo hacia él con delicadeza, acomodándose para estar más cómodo. Cuando se alejó un poco de mis labios por falta de aire, le dije-Feliz cumpleaños, amor mío.
-Él sonríe y me besa nuevamente, diciendo- Gracias, cariño. ¿Cómo ha estado tu día?
-Le hago un puchero y respondo-Bien, aunque en esa escuela no hay piscinas ni saunas, no hay nada... es horrible, pero resulta divertida.
-Él acaricia mi rostro y comenta-Ay, cariño, no debiste haber perdido el año. Estaríamos juntos en la universidad, pero decidiste quedarte solo para estar con tus primos.
-Sonrío y digo-Este año finalizaré mis estudios y el próximo estaré en la misma universidad que tú. Además, cumpliré 18 años y podremos compartir un hogar.
-Él sonríe de manera cómplice, acaricia mis piernas y comienza a besar mi cuello. dice-Para vivir juntos como pareja, debemos compartir experiencias propias de una relación, como tener intimidad.
-Mientras me besa, sus manos comienzan a deslizarse por mis piernas hasta llegar a una zona más
. Rápidamente me aparto, retirando su mano, y le digo- Te traigo un regalo.
-Él me responde-Eres el regalo que tanto deseo, cariño.
-Entre besos le digo-Aún no, amore mio, no estoy lista.
-Él continúa besándome mientras su mano recorre mi seno, apretándolo entre los besos, y me dice-Es el momento de hacerlo, Kira. Te deseo tanto, te necesito. Entrégate a mí.
-Paso mi mano por su cabello y me dejo llevar. A pesar de mi deseo de estar con él, todavía no me siento preparada. Él comienza a bajar la cremallera de mi blusa, dejando al descubierto mi sujetador. Coloco mis manos en su pecho y lo empujo levemente, diciéndole-Mariano, aún no estoy lista para dar ese paso. Por favor, dame tiempo.
-Él se levanta visiblemente irritado y dice- ¿¿Más tiempo del que ya te he dado?? Kira, llevamos 10 meses de relación. Soy un hombre, es normal que desee estar con mi novia. He tratado de ser paciente, pero necesito saber, ¿cuánto más debo esperar? ¿Acaso no me amas? ¿Es por eso que te sientes tan insegura para estar conmigo?
-Me acerco a él, tomando su mano, pero él la retira y se dirige hacia la cocina, donde abre una cerveza. Le digo- Por supuesto que te amo, estoy completamente segura de ello. Esta es mi primera vez y deseo que sea especial; quiero estar lista para dar ese paso. Te ruego que no dudes de mis sentimientos hacia ti, sabes cuánto te amo.
- Él pasa su mano por su cabello, visiblemente frustrado, y dice- Creo que lo mejor es que terminemos, esto no está funcionando.
- Me acerco rápidamente a él, sintiendo temor, y le digo-¿Quieres terminar conmigo porque no he estado dispuesta a entregarme? Pensé que me amabas.
-Él me dice-Te amo, Kira, pero debes comprender que no puedo estar con una niña insegura. Necesito a una mujer que realmente desee estar a mi lado.
-Después de esto, se retira de la cocina hacia la habitación. Contengo las lágrimas mordiéndome el labio, tomo mi bolso y salgo del departamento. Sé que está molesto, pero lo que dice no lo piensa en serio. Me subo al automóvil con la indicación de que me lleve a la mansión, y minutos después, ya me encuentro en mi habitación. Me recuesto en mi cama, reflexionando sobre todo lo que él dijo. Reconozco que tiene razón; ya no es un niño que se engañe con besos, es un hombre que desea compartir su intimidad con una mujer, y yo tampoco soy una niña. Debo demostrarle que estoy a la altura de esta relación. Además, en un futuro, él será mi esposo, por lo que es natural que exploremos nuestra intimidad. Tomo mi teléfono y lo llamo, pero la llamada se desvía. Dejo el teléfono a un lado, cierro los ojos y, poco a poco, me dejo llevar por el sueño.
Al despertar, miro mi reloj y me doy cuenta de que ya son las 10:30. Me levanto y reviso mi teléfono, pero no tengo ninguna llamada de él. Suspiro mientras me dirijo al baño, donde disfruto de una buena ducha. Después me cambio y reviso mi bolso, notando que tengo su regalo. Decido tomarlo y salir de la habitación. Se lo llevaré y solucionaremos nuestras diferencias. Estoy dispuesta a dejar que las cosas fluyan y entregarme a él, demostrándole que soy la mujer que necesita. Me encuentro bajo la escalera, pero al salir de la mansión no veo a nadie. Le solicito al chofer que me lleve al departamento de mi novio, y él accede sin inconvenientes. Minutos después, llego a su puerta. Sacando la llave, abro con cuidado y comienzo a recorrer el lugar. Me percato de que hay comida en la mesa y diversas prendas esparcidas por el suelo. Mi corazón comienza a acelerarse al notar la presencia de ropa tanto de hombre como de mujer. Continúo avanzando con precaución hacia su habitación, donde empiezo a escuchar gemidos, y las lágrimas comienzan a recorrer mi rostro. Abro lentamente la puerta y observo cómo una mujer rubia está sobre él, mientras sus gemidos resuenan en la habitación. Aprieto mi mandíbula y escucho cómo ella le expresa su amor, y él le responde de igual manera. Siento un segundo golpe en mi corazón al reconocer la voz; es mi mejor amiga. Todo este tiempo, me han engañado. La ira me consume más que el dolor; algo en mí se quiebra. Solo queda la rabia y el deseo de venganza. Ellos pensaron que podrían salirse con la suya, pero nadie se burla de mí. Con cautela, cierro la puerta y me dirijo a la salida del departamento. Limpio mis traicioneras lágrimas; no merecen ser derramadas por esos traidores. Al llegar a la mansión, me dirijo a mi habitación, dejo mi bolso en el suelo y me acerco al balcón. Contemplo la hermosa luna y reflexiono sobre cómo vengarme de ellos dos. Una idea surge en mi mente y una sonrisa se dibuja en mi rostro. No reprimiré más mi verdadera esencia. Ellos lo verán. -
bonito fin de semana Bendiciones 😉 😊