Lluvia II

Cielo se siente segura al lado de Ciro; sin embargo, él no quiere que lo acompañe al bosque. Prefiere que, por ahora, ella permanezca al lado de sus padres. Aún no es el momento para estar juntos.

—Todas las historias, mitos, fábulas y demás aseguraban que yo solo tenía tres opciones: ser vampira, ser loba, o un híbrido —comenta Cielo mientras camina de la mano de Ciro.

—Sí, pero nadie tomó en cuenta que cuando las mujeres de tu familia encuentran a su pareja, se elevan al nivel de esta. Y al no estar claro en qué te convertirías, mi aparición intervino en tu cambio. Tal vez si yo no hubiera ido aquella noche a tu habitación a ayudarte a superar la transición, hoy serías una híbrida, vampira o loba. Fue mi intervención la que hizo que tú te convirtieras en una Kitsune —confiesa Ciro, mientras escucha algo cerca de ellos.

—¿Pasa algo? —Cielo nota que los ojos de su acompañante se tornan amarillos y que su mano se siente más caliente que antes.

—¡Detrás de mí! —Cielo apenas pudo obedecer a Ciro cuando un aura naranja lo cubre por completo y él lanza fuego en contra de unos arbustos. Misteriosamente, a estos no les pasa nada; al contrario, crecen un poco más y detrás de ellos salen algunas hadas muy especiales.

—¡Vaya susto nos dieron! —Cielo respira asustada.

—Tienen que ocultarse, algo muy malo los sigue. Vengan por aquí —Ciro toma la mano de Cielo y entran por una cueva, detrás de las hadas. En cuanto estos entran a su interior, las hadas sellan la entrada.

—¿Qué está pasando? —indaga Cielo. Él sabe que las hadas están ayudando a su hermana mayor, pero no sabe por qué la protegen a ella ahora.

—El brujo apareció nuevamente, pero no busca a tu hermana. Busca a los que ella ama para tratar de obligarla a hacer lo que él desea. Así que tú y tu familia deben ponerse a salvo. Casi logra atrapar a tu abuelo Lucca, pero todo su ejército lo protegió. Hay criaturas malignas que siguen al brujo, así que tu familia deberá estar alerta, en especial tú —explica una de las hadas.

—¿Por qué ella en especial? —Ciro no entiende por qué Cielo debe tener especial cuidado.

—Su poder aún es nuevo, recién está completando el cambio. Ella siente cómo crece dentro de sí. Sería muy fácil que algún espíritu quiera poseer ese poder y podrían lograrlo. Ella aún no lo controla, aún no puede defenderse. En su sangre hay varias mezclas de especies, y en su cambio intervino su pareja, lo que ocasionó que su transformación fuera distinta a otras. Estás en un estado vulnerable, Cielo. Cualquier ser oscuro que logre poseer todo el poder que crece dentro de Cielo, podría destruir este bosque mientras tu hermana Niebla intenta salvarlo. Así que la recomendación de las Hadas es que no salgas al bosque, quédate en el mundo oculto de las Hadas. Descubre tu poder, contrólalo y serás tan fuerte como para defenderte sola —Ciro entiende lo que el hada quiere decir mejor que nadie. Él y su familia han vivido por mucho tiempo ocultos en el bosque. Él conoce cuántos espíritus oscuros hay en él, en especial ahora que la magia está regresando al bosque.

—Tengo que enviar un mensaje a mi familia, deben saber que no volveré hasta que Cielo controle su poder —Ciro no va a dejar sola a Cielo hasta asegurarse de que ella pueda protegerse por sí misma.

—Yo también debo enviar un mensaje a mis padres —Cielo jamás pondría en riesgo lo que su hermana está reconstruyendo dentro del bosque y a su familia.

—Lluvia ya lo sabe, al igual que tus hermanos. La familia del joven no sabemos cómo encontrarla, así que deberá decirnos cómo hacerlo para llevar el mensaje que quiere enviar —Para las hadas aún es un misterio cómo los Kitsune se esconden de todos en el bosque sin ser vistos por ninguna otra criatura.

—Lleva esta roca hasta la última cascada del bosque. Con solo estar cerca una puerta se abrirá y podrás hablar con mi familia. Diles que estoy bien, que volveré solo cuando el poder de Cielo sea lo suficientemente fuerte para protegerla —El hada asintió, tomó la roca y desapareció ante los ojos de los jóvenes, quienes debían permanecer ahí ocultos hasta que Cielo pueda usar su poder y defenderse por sí misma.

—Siento que me he convertido en una carga —Cielo está triste, pero Ciro sonríe. Se acerca a ella, la abraza y luego le da un dulce y cálido beso en los labios.

—No eres una carga, solo no estás lista para ser una guerrera aún, pero yo te lo enseñaré todo. Después de todo estamos destinados a estar siempre juntos y necesitaré a una mujer fuerte a mi lado. Así que mientras estemos aquí descubriremos qué clase de Kitsune eres y qué tan grande puede llegar a ser tu poder —Cielo asintió con una sonrisa tímida.

Mientras la joven pareja de la familia se oculta para descubrir el poder de Cielo, en otro escondite de las hadas, Niebla tiene un momento de paz y felicidad al poder escuchar por sí misma el corazón de su pequeño bebé, el cual crece cada día dentro de su vientre.

—Espero que sea una niña tan hermosa y fuerte como su madre —Bastián la observa sonreír y se acerca a darle un beso.

—Yo quiero un niño, tan guapo y valiente como su padre —Bastián sonríe y abraza a su luna con fuerza.

—Cuando todo esto termine te daré la boda que te mereces, mi reina. Nadie va a tener mejor boda que tú —Bastián ama con locura a Niebla. No puede creer que en un principio había considerado dejarla ir sin marcarla, pero ahora sabe que hubiera sido un error.