Apuesta De Amor

En un espacio subterráneo y húmedo, con paredes de hormigón desgastado y un techo bajo que parecía oprimir. La habitación estaba sumida en una oscuridad total, como si la luna hubiera sido devorada por una noche eterna. La única luz provenía de una bombilla débil que colgaba del techo, proyectando sombras inquietantes en las paredes.

Pero mis ojos aún veían...

aquel hombre inmóvil en el suelo, su sangre formando un charco oscuro que parecía absorber la poca luz que quedaba.

Su cuerpo lleno de heridas, cortadas, quemaduras.. Sus manos, su rostro estaba todo magullado, pero aún respiraba, me miraba con ese pequeño brillo en sus ojos, esos ojos verdes que había heredado Erick, una dulce sonrisa apareció en sus labios, estaba destrozado, lo podía ver muy bien.

Sabía lo mucho que estaba sufriendo, no solo por sus heridas y toda la tortura por la cual había pasado, no, lo que más lo hacía sufrir era ver cómo su hija de tan solo ocho años, parada a unos cuantos metros de distancia veía como lo estaban golpeando.

Conocía perfectamente a ese hombre, a mí padre, el único hombre al cual he amado y sabía lo mucho que estaba sufriendo por verme ahí, observando como lo estaban torturando, mi padre era fuerte, pero su debilidad eran su familia, mi madre, Erick y yo.

Pude presenciar todo, veía como sufría, gritaba, trataba de detener a los hombres, pero era imposible... Era solo una niña débil, una niña de ocho años, mis pequeñas manitas no tenían la fuerza suficiente para librarse del fuerte agarre con el que me tenían uno de los hombres, mis pequeñas piernas no tenían la suficiente fuerza para golpearlos, no, era débil… Era solo una niña.

— Sueltenlo por favor— trataba de liberarme de su agarre, salir corriendo y liberar a mi padre, pero era imposible.

Los hombres solo me tenían sujetada fuertemente, obligándome a ver a mi padre, lo poco que quedaba de él, mi hermano estaba igual, lo tenían al igual que a mí, obligado a ver como el cuerpo de mi padre era golpeado.

Por un momento creí que todo había acabado cuando un hombre desencadeno a mí padre, lo dejo caer al suelo, él me miró a mí y a mí hermano, con una mirada de amor y una pequeña sonrisa, trato de levantarse con la poca fuerza que tenía, pero...

Fue en ese instante cuando tres balas seguidas atravesaron su cabeza, sus ojos verdes quedaron abiertos, mirándome.

El fuerte agarre que uno de los hombres tenía sobre mí disminuyó y corrí hacia mi padre, quien ya estaba sin vida en el suelo.

Corrí hacia el cuerpo de mi padre, me aferré a él, sabía que ya había muerto, pero una parte de mí trató de hacerlo despertar, estremecí su cuerpo con mis pequeñas manitas, sin embargo, no despertó, me aferré a él, mis ojos estaban llenos de lágrimas y mis pequeñas manitas empapadas con la sangre que salía de su cuerpo, mi hermano veía como lloraba el cuerpo de mi padre.

El peor momento de mi vida, ver morir a mi padre en frente de mi y no poder hacer nada.

Desde ese momento toda nuestra vida cambió, mi hermano después de pasar por esa horrible experiencia se volvió un hombre frío y despiadado, dignó de ser el heredero a la mafia italiana, y yo me volví una hija de puta despiadada.

Ambos juramos no volver a ser débiles, y lo logramos. Ahora somos nosotros a quienes temen, ahora somos nosotros quienes asesinan despiadadamente a quienes nos traicionan.

Salí de la ducha, aún con ese recuerdo que me consumía por dentro, habían pasado diez años; pero aún lo sentía vivo en mi mente, el sentimiento era como si hubiera sido ayer.

Mientras peinaba mi cabello, y veía mi reflejo en el espejo, una parte de mí volvió al presente, a esta nueva versión de mí, la despiadada.

Termine de vestirme y salí hacia el instituto, en compañía de Nadia, los hombres que nos estaban siguiendo seguían observándonos desde lo lejos. Llegamos al instituto y el día paso rápidamente.

La campana del instituto sonó, marcando el fin de las clases.

Me dirigí hacia la salida, cuando pasé por el salón de baile.

La puerta estaba entreabierta, y la música sensual de "Desire" se escapaba del interior:

"I've been losing control,

My body's breaking out in heat..."

La chica castaña comenzó a bailar pole dance, sus movimientos fluidos y provocativos.

Sus manos se deslizaron por la barra mientras giraba alrededor, caderas balanceándose al ritmo.

Al llegar a "I'm searching for a desire,

Something that sets my soul on fire..."

 ella se elevó en el aire, piernas envolviendo la barra, ojos cerrados y cabello cayendo como una cascada.

La música aumentó en intensidad.

 y ella se dejó caer hacia atrás, cabeza inclinada, con una sonrisa misteriosa.

Me quedé fascinada...

La chica castaña continuó bailando con pasión, mientras el ritmo de la canción estaba envolviéndola completamente.

 "I'm chasing the highs, I'm falling apart..."

 ella se deslizó hacia abajo por la barra, su cuerpo flexionado en una curva sensual,

 con las manos aferradas al metal y el cabello rozando el suelo.

- Al llegar a "Tonight, I'll lose myself, in the moment, in the fire...",

 se elevó nuevamente, girando alrededor de la barra con movimientos rápidos y fluidos,

 sus piernas abiertas en un ángulo perfecto, con una sonrisa radiante.

- La música alcanzó su clímax.

"Desire, desire, burning like a flame..."

 y ella se detuvo en la cima de la barra, con los brazos extendidos y el cuerpo arqueado hacia atrás,

 congelada en una pose dramática y sensual.

La canción terminó con un susurro.

"Desire..."

 y ella se dejó caer suavemente al suelo, con una sonrisa misteriosa y satisfecha.

Me acerqué a ella, aplaudiendo suavemente para no romper el hechizo del momento.

—Bailas increíblemente bien—, dije con sinceridad.

Ella sonrió y se presentó:

—Soy Brittany. Mucho gusto—

—Mucho gusto. Soy Astrid —

— Eres la chica que le dio una lección a mi hermana hace días. Amé cuando le diste una bofetada — dijo con una risa un poco traviesa

— No sabía que Patricia tenía una hermana, quizás es porque soy recién llegada—

—En realidad solo somos hermanas por parte de padre, pero nunca nos hemos llevado bien —

Tenía un leve parecido a Patricia, excepto por su cabello castaño en vez de rubio, y su personalidad amable y encantadora.

Luego me miró con una sonrisa traviesa y preguntó:

—¿Quieres intentarlo? La barra está lista para ti.—

Me reí nerviosamente y acepté el desafío.

Después de algunos intentos divertidos y un poco torpes, Brittany se rió y dijo:

—Eres natural... ¡me encanta!

¿Quieres unirte a mi equipo de baile en el instituto?—

Estamos preparando un número para el festival de primavera y creo que serías perfecta.

¿Debería aceptar su oferta?, realmente no tenía en que distraerme durante un mes antes de empezar la misión, así que ¿por qué no intentarlo?

Después de aceptar su oferta, me dio un abrazo de emoción. Definitivamente, la castaña era todo lo contrario de su hermana.

—Las clases son en las tardes después de salir del instituto hasta las ocho de la noche— dijo con una amable sonrisa — y tienes que traer ropa cómoda, puedes cambiarte en los vestidores del instituto después de terminar clases —

—Me parece bien— dije finalmente con una sonrisa