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Astillas De Alma

Astillas De Alma

Status: En proceso
Genre:Escuela / Acción / Romance / Posesivo
Popularitas:638
Nilai: 5
nombre de autor: Mary Dalia Lilith Kruger Lanchestter

Laebe siempre supo que el mundo no estaba hecho para alguien como ella. Pequeña, frágil y silenciada, aprendió a soportar el dolor en la oscuridad, entre susurros de burlas y manos que la empujaban al abismo. En un prestigioso Instituto Académico, su existencia solo servía como entretenimiento cruel para aquellos que se creían intocables.

Pero el silencio no dura para siempre. Cuando la verdad sale a la luz, el equilibrio de poder se rompe y los monstruos que antes gobernaban con impunidad se enfrentan a sus propios demonios. Entre el caos y la redención, Laebe encuentra en una promesa inquebrantable, un faro de protección y en su propia alma una fuerza que nunca supo que tenía para enfrentar los obstáculos que le impuso la vida.

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Esta historia contiene temáticas sensibles como abuso sexual, violencia, acoso, drogas y trauma psicológico. No es apta para todos los lectores, ya que aborda situaciones crudas y perturbadoras. Se recomienda discreción.

NovelToon tiene autorización de Mary Dalia Lilith Kruger Lanchestter para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 7.

Laebe despertó cuando comenzó a sentir los rayos de luz filtrarse por las cortinas y cubrir su rostro. Se sentía aún algo mareada y adolorida, pero, por alguna extraña razón. No sé sentía como otras veces.

El dolor era menos y una sensación de calma invadía su cuerpo. Al levantarse pudo notar el trapo de que cayó de su frente, igual que el que reposaba sobre su vientre.

Noto su ropa diferente, y el hecho de que estaba bastante limpia. Al sacar sus piernas de la cama, el dolor la hizo soltar un gemido. Pese a todo, seguía doliendo.

En ese momento noto la pastilla sobre la mesita de noche, y aquella nota bajo el vaso de agua. Con cuidado tomo la nota y la leyó.

"Es la pastilla del día siguiente, tómala. Solo por precaución.

Kael."

Con eso, Laebe tomo la pastilla y la metió en su boca, para después pasarla con el vaso de agua. Tomo algo de aire antes de levantarse para comenzar su día, aún debía de asistir a la escuela.

Fue cuando salió de su cuarto, que pudo ver una caja sobre la mesa del comedor. Tenía todas sus cosas de valor que según habían robado el otro día, por un momento se sintió aliviada...

...

Nuevamente asistió a la escuela. Apenas llegó a su salón, se sentó sobre su asiento estando algo perdida en sus pensamientos, sin embargo, rápidamente notó algo frío y húmedo y se levantó de golpe.

Estaba tan distraída que se sentó sin darse cuenta de que alguien había puesto un líquido rojo allí. Toda su falda se mancho y rápidamente intento ocultarlo de todos. Pero, ya era tarde. Las risas se hicieron presentes en todo el salón.

— Ay Laebe, ¿Sabías que existen los tampones o las toallas sanitarias?— Dijo Nicolle desde su banca, riendo a carcajadas.

— Pudiste pedirme una toalla si gustas.

— Que asco, ahora todo el salón va a apestar.

— Deberías ir al baño a arreglar tu problemita.

Todos se reían, se burlaban de lo que le había pasado. Laebe estaba congelada, de vergüenza, quería llorar y sentía que su corazón saldría de su pecho. El silencio se hizo presente cuando el profesor entro al salón. Era Luciel.

Él camino en silencio hasta el escritorio y miro a Laebe de pie a punto de llorar.

— Laebe, ¿Está todo bien?— Preguntó al dejar sus cosas en el escritorio y caminar hacia ella. Todos en el salón contenían sus risas, pero claramente estaban burlandose. Laebe, no habló, no dijo nada y solo agachó la cabeza.

Luciel se acercó lo suficiente para notar la mancha en su falda y después la mancha en el asiento.

— ¿A quien se le ocurrió está broma?— Pregunto Luciel con la voz en alto, quitándose la bata para dejarla sobre la butaca y después quitándose el saco.

Con sumo cuidado, le puso el saco alrededor de la cintura, atando las mangas alrededor de ella y con cuidado para después, guiarla hasta otro asiento dónde la banca estaba libre. Le indico sentarse allí mientras tomaba su bata y volvía al frente.

— ¿Nadie?— Preguntó Luciel mientras se cruzaba de brazos frente a todos. Nadie respondió, nadie confesó la verdad. — ¿Tu Nicolle?— Pregunto al dirigir su mirada hacia ella. Nicolle se noto nerviosa y con una sonrisa nerviosa negó con la cabeza. Luciel sonrió y negó con la cabeza para después ir hasta su escritorio. Tomo del bolso un plumón y después tomo el libro.

Todo fue silencio, nadie dijo nada, nadie se movió. Claramente Luciel estaba enojado. Laebe aún estaba avergonzada y por supuesto se sentía rota.

Luciel escribió en el pizarrón la frase "Debo respetar a mis compañeros", y seguido coloco el número de varias páginas del libro. Dejo el plumón y después se puso de frente hacia sus alumnos.

— Una de las reglas básicas de esta institución es el respeto hacia sus compañeros. El respeto es un valor que se práctica desde casa a partir de los padres o tutores. Pero, por lo que estoy viendo, aquí nadie sabe de valores.— Dijo Luciel con la voz firme. Todos se quedaron sorprendidos ante aquella clara ofensa. — Bajo mi tutoría, nadie, pero absolutamente nadie, tiene el derecho de faltarle al respeto a otro. Por esta vez, dejaré pasar el asunto. Pero, por supuesto no se irán con los brazos cruzados. — Aseguró con una sonrisa. Señalo al pizarrón y dio la actividad del día de hoy. — Quiero planas, 10 hojas llenas de esta frase, sin saltar un solo renglón y cubriendo cada espacio del cuaderno. Después, copiaran el texto de las 14 páginas de su libro. Tienen tres horas para hacerlo así que deberían de comenzar ya.— Instruyó Luciel. Todos comenzaron a hablar sobre lo injusto que era, por lo que Luciel solamente dió unos golpes al pizarrón para pedir silencio. — Si tienen alguna objeción, con gusto podemos ir a la dirección ahora mismo.— Advirtió con una sonrisa.

Todos se quedaron en silencio y sin más remedio comenzaron a trabajar. Laebe saco su libreta y se dispuso a hacer el trabajo, pero Luciel se acercó a ella.

— Página 89 a la 95, resuelve las actividades y después haz un organizador grafico sobre el tema. Tu no hagas lo del pizarrón.— Le instruyó Luciel. Laebe solamente se quedó en silencio, asintió con la cabeza y comenzó a trabajar con lo que él le pidió...

Un rato paso cuando sonó el timbre que anunciaba el receso, nadie del salón quizo salir, pues el trabajo debía de entregarse y parecía sumamente difícil de completar.

Laebe por su parte, terminó su trabajo en tiempo y forma por lo que Luciel le permitió salir a receso.

— Bueno chicos, cuando vuelva espero tener sus trabajos listos.— Dijo Luciel al levantarse del escritorio, y después salir del salón. Solo unos segundos después de que Laebe había salido.

En su asiento, Nicolle estaba que explotaba del enojo. No podía creer que ahora Luciel los hubiera castigado, cuando ningún profesor se había atrevido a eso...

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Dira Alina
¡Necesito saber qué pasa después! Por favor, no tardes en actualizar. 🙏
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