Milena es una hermosa joven, buena hija, que sueña con un futuro prometedor en Italia. Las cosas no fueron fáciles al inicio pero salió adelante de la mano de un encantador piloto que la supo enamorar. Luego de cinco años de feliz matrimonio y dos hijos, un día ella descubre que su amado esposo le ha sido infiel desde el noviazgo. Luego de los primeros caóticos días, después de enterarse de las infidelidades, ella planea con mucha frialdad la manera de salir fortalecida de su divorcio. Ella le enseñará a Gabriele su esposo, la importancia de la fidelidad en un matrimonio. Le hará pagar el engaño que sufrió y lo hará vivir en la tristeza, el arrepentimiento y la soledad. No le quedarán más ganas a Gabriele de volver a burlarse de una mujer. Cuando quiera volver a recuperar a su esposa, ya ella no estará ahí más para él. Ella ahora le pertenece a otro que sí la hizo única y especial. ¿Podrá Gabriele recuperar su mujer algún día? ¿Fue domado el infiel? ¿Lo amará aún Milena?
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CAPÍTULO SIETE. GABRIELE SE DIVIERTE
—Milena querida hija, antes de que continúes reviviendo el pasado, contéstame por favor ¿dónde está en este momento Gabriele?
—En el exterior madre. Su vuelo era Milán, París y Madrid. Normalmente este viaje le toma dos días en ir y volver. Pero en esta ocasión él no va sólo con su tripulación. Entre los pasajeros de primera clase va la recepcionista de la tienda ALBERTA FERRETTI. Su amante. Una mujer llamada Alexa D’Antonio.
—Ella pidió un permiso para ausentarse por ocho días. Por lo cual deduzco que este viaje le va a tomar a mi querido esposo ocho días. Eso fue parte de lo que me contó la secretaria que me informó de la infidelidad de Gabriele.
—¡Oh Dios mío hija, esto es más grave de lo que pensé! ¡No lo puedo creer! ¿Tu qué dices Omaira?
—¡Estoy igual de sorprendida! ¿Cómo un hombre tan enamorado, que le costó tanto conquistarte, que ha hecho tantas bellas locuras por su amada, que se enfrentó a tantos por tu amor, en este preciso momento te esté engañando con esa Alexa? ¡Es imposible de creer!
—Yo la conozco Milena, es una buena para nada, no terminó sus estudios por eso es una recepcionista allí en la tienda. Es una mujer pequeña, tetona, se viste con ropa muy ajustada para resaltar sus atributos. Por eso es que todos la miran. Y si no recuerdo mal, hasta hace poco tenía un novio.
—Sí Omaira, yo también la recuerdo así . Tu descripción es igual a como la veo yo. Pero ya lo ven, según lo que me contaron, esa es la flamante amiga con derechos de Gabriele y en este momento están juntos de luna de miel en París y en Madrid.
—No quiero llorar madre y Omaira. Aunque me siento destrozada, también me invade un coraje y una rabia muy grande. Pero a la vez me resisto a pensar que Gabriele ya no me ama. Me resisto a creer que ya no le interesa su matrimonio, ni sus hijos.
—Es por eso que para tomar acertadas decisiones en este momento cruel en mi vida, quiero seguir analizando los inicios de mi relación con Gabriele, los cinco años de matrimonio y ver si vale la pena mantener este matrimonio o terminarlo.
—No quiero decir en un futuro: “Ay si lo hubiera pensado mejor, Ay si le hubiera dado otra oportunidad” o, por el contrario, “Qué bueno que lo dejé ahí mismo” “No merecía nada”. Ahorita mismo estoy muy confundida y desilusionada.
—Pero en medio de este laberinto de contradicciones y dolor, sí tengo clara una firme decisión madre y Omairita: ¡De todo esto saldré bien librada. Gabriele nunca me verá llorar, ni me verá derrotada. Jamás le suplicaré amor, ni que se quede a mi lado.
—Se arrepentirá de haber jugado con mis sentimientos. Lamentará hasta el último día de su vida no habernos amado a mi y a nuestros hijos como lo debe hacer un buen esposo y padre. Si le gusta tanto el sexo con cualquier mujer pues una vez que yo me haya ido se podrá revolcar con cualquiera hasta que su miembro explote.
—¡Basta hija! Ya no sigas, me hace daño escucharte decir todas esas cosas. Tomemos todo esto con un poco de frialdad. Total no es el fin del mundo. Sé que sufres, pero te parí y te conozco Milena. Tienes carácter para enfrentar los desafíos y no te doblegas fácilmente.
—Dame un abrazo hija, Omaira ven. Abracémonos. Hija no estás sola. Entre Omaira y yo te escucharemos. Analizaremos todo lo que quieras y luego trazaremos un plan a seguir. Hay que pensarlo muy bien para no equivocarnos.
— Independientemente de lo que Gabriele esté haciendo ahorita hija, yo sé que él no solo te ama a ti. Él ama sus hijos y a todos nosotros. Te lo ha demostrado siempre. Su amor es auténtico, verdadero, sincero. Habría que ver si algo lo marcó en su niñez, si tiene algún trauma. Quizás necesita un psicólogo ¡Qué se yo!
—Hace poco hablamos de las primeras vacaciones cuando él llegó de improviso a nuestro rancho allá en Nicaragua. Todos absolutamente quedamos convencidos de que él te adoraba como un loco hija. ¿Por qué ahorita está con otra? no lo entendemos, habría que preguntarle.
—También he pensado si no será influencia de la madre porque ella no nos quiere. Nos ve muy poca cosa para su consentido. Ninguno en esa familia aceptó de buen agrado tu matrimonio Ay hija no sé qué decirte, ni cómo consolarte. Solo Milena, sé fuerte. No te dejes vencer.
—Tienes dos hermosos hijos que te necesitarán toda la vida. Tienes una familia que te adora. Tienes una amiga que te ama y que también te apoyará. No desfallezcas por favor amor mio.
—Milena amiga, para cambiar de tema y ya que tenemos unos días para poder seguir conversando sin que venga Gabriele, continúa por favor recordando cómo te fue en Torino cuando fuiste en busca de un empleo como arquitecto.
—Yo lo que tengo registrado en mi memoria Milena, es que esa empresa estaba dirigida por tres hombres que están tan buenos como para chuparse los dedos jajajajajajaja.
—Sí Omairita ese fue nuestro tema de conversación por algunos días. Bueno, llegué a aquella empresa, TORRICELLI EDIL CORPORATION. Estaba ubicada en un edificio moderno y muy elegante de Torino. El personal estaba uniformado y todo se veía en estricto orden.
—Me atendió uno de los tres guapos propietarios de la firma, bastante simpático él. Lamentablemente no me aceptaron porque los diplomas extranjeros no son reconocidos automáticamente en Italia. Aceptarme sería quebrantar la ley y eso les podría acarrear una severa multa.
—Debía homologar mi título, apostillarlo, traducirlo y un sinfín de cosas. Incluso debía estudiar un año más acá en una universidad italiana para lograr un máster y ahí si podía ejercer.
—El guapo arquitecto me dio su tarjeta de contacto y me dijo que cuando tuviera todo listo los buscara que allí tendría asegurado mi futuro, pues estaban en Torino por un contrato de tres años, pero luego volverían a Suiza donde ellos tenían su sede principal y mucho trabajo.
—Amablemente me llevó a hacer un recorrido por su empresa, me enseñó algunas maquetas de lo que ellos proyectan en Italia y bebimos un rico café. ☕ Cuando estaba por marcharme me acompañó a la salida del edificio. Fue en ese momento que vi descender de un lujoso auto al hombre que te conté Omaira.
—¡El que te voló la tapa de los sesos!
—¡Sí exacto! Bien sé que Gabriele es hermoso. Pero este hombre que descendió de aquel auto era como un ángel. No he visto ninguno en mi vida, pero seguramente deben tener el aura que emanaba este galán.
—Una piel de porcelana, ojos casi grises, alto, elegante. Caminaba como si flotara en cámara lenta. Solo un breve vistazo me dio, pero eso bastó para que se me erizara la piel. Me dio tartamudez pues no lograba despedirme de mi acompañante. Él me dijo es mi hermano mayor, socio mayoritario de esta compañía.
—Jajajajaja jajajajajajaja me encantaría conocerlo amiga.
—Bueno, hoy en día ellos ya no están en Torino. Seguramente hace dos años aproximadamente deben haber regresado a Suiza, la parte fronteriza con Italia. La ciudad de donde ellos son se llama Lugano. Allí está la sede principal de su Empresa. Date una vueltica por allá jajajajaja jajajajajajaja