Maryory Williams es una mujer de 33 años de edad periodista de profesión cuya carrera está a punto de ser destruida por defender a su antiguo amor de la secundaria y se encuentra en un momento muy importante de su vida porque debe enfrentar su mayor reto profesional, Porfirio Ruíz es un hombre de 33 años, un exfutbolista exitoso el cual está enfrentando el peor momento de su vida
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Capítulo VII: Perspectivas de futuro parte 2
Porfirio observó a sus padres y la expresión en el rostro de estos, le dijo todo lo que necesitaba saber, y aunque pudiera irse notó que a la distancia una persona tomaba fotografías y maldijo internamente por haber caído tan fácilmente en la trampa de su madre, estaba muy tenso, no obstante, saludó a sus padres y se sentó de forma cautelosa en el puesto más lejano a ellos
-¿Quién más viene a cenar con nosotros? – Preguntó Porfirio con frialdad
María, la madre de Porfirio, frunció el ceño y puso una expresión de enojo porque no soportaba la idea de que su hijo la hiciera a un lado, se había acostumbrado a un buen estilo de vida y no estaba dispuesta a renunciar a este
-Soy tu madre y todo lo que tienes me lo debes a mí – Dijo María
María era una mujer muy hermosa y sofisticada y de ella había heredado sus ojos azules y su gran atractivo físico, pero hasta allí eran los parecidos entre ambos, porque mientras que Porfirio era un hombre amable, caballeroso, y servicial, su madre, por el contrario, era una mujer prepotente, egoísta y antipática
-No seas irrespetuoso con tu madre – Dijo Samuel, el padre de Porfirio
Samuel era un hombre débil, de carácter, el cual seguía las órdenes de su esposa sin cuestionarla y desde que Porfirio se convirtió en un jugador profesional nunca más trabajó porque vivía de los ingresos de su hijo como un parásito
-A tu pregunta tu padre y yo sentimos que ya fue suficiente de tu actitud tan irresponsable con tus hijos – Dijo María
Porfirio no podía creer que su madre le dijera esas duras palabras porque desde los 17 años se convirtió en el proveedor principal de su familia y mientras sus amigos asistían a la universidad, él, por el contrario, estaba entrenando un promedio de 05 horas al día de lunes a viernes además de seguir una dieta muy estricta, si bien amaba el futbol este también se convirtió en una maldición porque todos se aprovechaban de su éxito
-Te hice una pregunta mamá – Dijo Porfirio
María lo ignoraba deliberadamente mientras saludaba con una sonrisa a unas personas que se acercaban y se trataba de Dalia y sus padres y cuando Porfirio se dio cuenta deseaba irse de ese lugar de inmediato, intentó mantener una actitud calmada cuando estas tres personas se sentaron a la mesa e incluso no mostró emociones cuando Dalia se sentó a su lado y se preguntaba porque sus padres lo odiaban tanto
-Gracias por la invitación suegra – Dijo Dalia con una amplia sonrisa
Dalia era una mujer muy atractiva de 33 años, se mantenía en forma y podría ser el sueño de cualquier hombre, su piel tan blanca contrastaba con su larga cabellera oscura, ojos marrones y almendrados y cuando sonreía se le hacían un par de hoyuelos y siempre daba la impresión de inocencia que era difícil de creer que era una mujer muy mentirosa y calculadora
-No importa si ustedes dos están divorciados porque eres a la única nuera que voy a reconocer – Dijo María observando de forma inquisitiva a Porfirio
Dalia observaba a Porfirio e intentó tocar su mano, pero este la retiró con una expresión de disgusto en su rostro
-Porfirio deja de ser tan majadero – Dijo Samuel
-Estamos divorciados papa y tengo suerte de que se haya vencido la orden de alejamiento o de lo contrario podrían llevarme a la cárcel nuevamente – Dijo Porfirio
Luego de la solicitud de divorcio, Dalia alegó que él la maltrataba y obtuvo una orden de alejamiento y eso hizo que lo llevaran a la cárcel por tres días
-Porfirio ya te expliqué que eso se trató de un malentendido, mi abogada me lo sugirió, pero yo realmente no comprendía lo que ella estaba haciendo – Dijo Dalia con un tono de voz muy lamentable
Porfirio no le respondió e ignoró sus excusas en todo momento porque sabía que ella estaba mintiendo porque tenía grabada muchas horas de conversaciones entre Dalia y su abogada y ella estuvo de acuerdo con todo lo que pasó en el juicio de divorcio
-¿Porfirio porque no le respondes a Dalia? – Preguntó María con enojo
-Porque ya no tengo nada que hablar con ella y creo que fui muy claro al respecto
-¿Cómo que no tenemos nada de que hablar?, ¿Acaso te olvidaste a nuestros hijos? – Preguntó Dalia
-Dalia, voy a pagar lo que me obliga el tribunal, pero en lo que a mí respecta no tengo nada que ver con esos niños – Dijo Porfirio con un tono de voz muy frío
Porfirio observaba a todos estos buitres a su alrededor con desprecio, porque ninguno de ellos comprendía su dolor, realmente amó a esos dos niños, pero ahora cada vez que los veía en lo único que pensaba era en la traición de Dalia, ninguno de los presentes tenía idea de que en un momento de profunda desesperación puso un arma de fuego sobre su sien y el único motivo para no apretar el gatillo fue un reportaje
-Porfirio no es culpa de Dalia que no eres capaz de embarazarla, así que debía buscar una alternativa – Dijo María con indiferencia
-¿Una alternativa?, ¿Acaso mi opinión no importa?
-En realidad esto es tu culpa Porfirio, porque no fuiste lo suficientemente hombre – Dijo la madre de Dalia a manera de reproche
Porfirio observó a su exsuegra y debía admitir que nunca le agradó esta mujer y estaba feliz de que ya no tuvieran ningún tipo de relación
-Existían más opciones antes de abrirle las piernas a un tipo cualquiera – Dijo Porfirio con molestia
-Es tu culpa porque no puedes embarazar a una mujer – Dijo María con malicia
Porfirio se sentía muy humillado en ese momento, pero se negaba a demostrarle a estas personas que se sentía herido
-Si Dalia hubiera sido honesta, no tendría problema en usar el esperma de un donante anónimo, también se pudo hacer una FIV, el problema es que simplemente querías acostarte con ese hombre y hacerme criar a sus hijos - Dijo Porfirio
María se dio cuenta de que no había manera de que pudiera hacer cambiar de opinión a su hijo y el resto de la cena fue muy incómoda porque Dalia y sus padres conversaban con María y Samuel como si nada hubiera ocurrido durante los últimos años, y Porfirio suplicaba por un milagro cuando se acercó Santiago para informarle que el director técnico de la selección se encontraba cenando en el lugar y quería conversar con él
-Me voy – Dijo Porfirio antes de levantarse de la mesa
-Porfirio espera un momento – Dijo María
-Si lo que les preocupa es como van a pagar la cuenta, así que no se preocupen – Dijo Porfirio
Aunque pudiera dejar que ellos se las arreglaran por sí mismo, sabía que había un paparazzi tomando fotos y necesitaba tener una buena imagen si quería tener una oportunidad para formar parte del cuerpo técnico de la selección nacional de futbol
-Porfirio me alegro de que accedieras a reunirte conmigo
-Aunque no lo creas, eres mi salvador, en realidad me encontraba en medio de una reunión muy incómoda
Porfirio y el director técnico de la selección mantenían una conversación un poco informal pero a la vez importante
-No te voy a mentir Porfirio existen muchas personas en tu contra, pero siento que le has dado muchas glorias al futbol nacional, así que cuenta con mi apoyo para que seas parte del cuerpo técnico de la selección
-Gracias, esto es lo mejor que he escuchado esta noche – Dijo Porfirio
Luego de todo lo que le había ocurrido, Porfirio ya no creía en las personas, sin embargo, le constaba que el director lo defendió como si se tratara de su propio hijo hasta el momento en el cual casi lo despiden, así que
a petición de Porfirio tuvo que retirarle su apoyo
-Mi nombre es Maryory Williams
-Es un placer conocerte – Dijo el reclutador
Maryory extendió su mano para saludar al reclutador y este le sonrió con amabilidad porque estaba impresionado no solo debido a su belleza sino por su fuerte personalidad e inteligencia, la conversación fluía
de forma amena y aunque necesitaban continuar con el proceso de selección, el reclutador estaba convencido de que ella era la indicada