Carolina una mujer encarcelada por asesinar a uno de los violadores de su pequeña hermana, de quién es separada,resurgiendo de las cenizas,luchando por volver a verla y hundiéndose cada vez más en un amor imposible
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No puedo más.por Carolina
No pude dormir anoche, no pude evitar pasar la noche en vela, mis pensamientos se arremolinaban en mi mente y mis ojos parecían cascadas, el agua no dejaba de fluir, el incesante golpeteo de mis ideas contradictorias me robaban la paz.
Mi única luz era soñar con volver a tener a Mary es lo único cuerdo en todo esto.Tengo miedo que los sentimientos que hace algún tiempo nacieron en mi por Albert se vuelvan en mi contra, maldita sea me he enamorado de él y me lastima tener que decirle que si acepto su estupido trato y sobre todo que podriamos incluir terceros en esta absurda situación, pero acaso quien me creo yo para pedirle fidelidad a ese adonis, caballero, inteligente y de ñapa millonario.
Y cuando al fin concibo el sueño, ese maldito timbre me despierta, no lo puedo creer, ese Albert dijo que vendría por mí.
Me levanto en autómata, ni siquiera me fijo que no me he aseado, corro hacia la puerta y observo que es Albert, abro sin pensarlo , cuando soy consciente del error cometido.Albert me recorría con sus ojos, sin ocultar el deseo y el miedo me invade Solo debo seguir en autómata ocho meses con el hombre que me mueve el piso, pero que jamás me verá como mi corazón anhela, pero que será lo mejor que pueda vivir en esta estúpida vida. No salir embarazada, esa es mi meta, debo criar a Mary y traer al mundo a sufrir a un niño, no es lo que más deseo. Después de asearme y arreglarme, salgo finalmente a la sala, encontrándome con que no veo a Albert por ninguna parte. Recorro el departamento, encontrandolo en la cocina, preparando unos sandwich.Se veia hermoso, guapo, el mejor partido para cualquier mujer, menos para mi.Yo nunca podría aspirar a que me amara, tal vez siente por mi compasión,lástima o tal vez algo de afecto, pero de ahí a amarrar su vida a una expresidiaria, una asesina y una mujer que fue prostituida por un maldito para poder proteger a su hermanita de ocho años, jamás. repetía un pensamiento como mantrax “Solo tienes que guardar tus sentimientos ocho meses y de ahí podrás rehacer tu vida junto a tu hermana, debes buscar un trabajo y alejarte de este lugar que te trae tan terribles recuerdos” me decía cada día para poder avanzar ,cada paso que daba hacia Albert. -”Hola …, ¿Te ayudo?” le preguntó a Albert. -”No, ya está listo, acércate.Desayunamos primero”. Desayunamos en silencio, un silencio incómodo, de esos que hasta el zumbido de la mosca se podría escuchar. -”Albert tengo que hacerte una pregunta antes que no haya marcha atrás” dije interrumpiendo este tensionante momento. -”Claro, sin miedo” me dijo, mientras tenía un pedazo de sándwich en la boca. -”Quiero que sepas que no soy virgen, cuando tenía 16 años perdí mi virginidad”. No pude ver como se atragantaba con el pedazo de pan que tenía aún en la boca. -”Lo siento Albert, solo quería que lo supieras y si ya no estás interesado en el acuerdo, solo dimelo. Él se levantó de la silla como si aquello tuviera un resorte y me rodeó con sus brazos. -”¿Qué dices? .Acaso crees que me sorprendo, yo cuento con que ya tengas experiencia en ese campo, así podrás complacerme a mí y a Flavio , como lo haz hecho con muchos hombres”. Se alejó de mí y yo me sentí una basura, que cualquiera puede pisotear, pero cómo es posible que me sienta mal con esas palabras, si yo soy Carolina Martinez Martinez la jefa del penal de mujeres mas cruel del país, fui capaz de soportar el asco de tener mi primera vez con un maldito mafioso que me compro a mi tío Claudio, un borracho, apostador, el único hermano de mi padre, con quien el maldito estado nos envió cuando mis padres murieron. Un maldito hombre que solo quería probar a una inexperta virgen, que me usó y me desgarro de una y mil maneras, que me trato como a una mujerzuela, que me dejó tirada en esa cama de hotel golpeada, vejada y humillada con mis recién 16 años cumplidos. Que cuando terminó conmigo se atrevió a besarme en la boca y decirme que ya el pago estaba hecho, que le dijera a Claudio “Que la deuda estaba saldada”. Me levanté de la silla, recogí el resto de comida y lave los trastos. Ya tenía lista una pequeña maleta con mis pocos vestidos, los conjuntos formales que Laura me presto para el trabajo se quedaron allí, ya no era necesario. Albert ya había bajado y me esperaba en el parqueadero del edificio o al menos eso creí. Le eche una mirada al departamento y cerré la puerta. Caminaba hacia otro infierno,donde me rebajaría aún más en mi dignidad, fingir ser quien no soy, pero a la postre tendré a mi Mary conmigo. Me tomé la libertad de que unas ultimas lagrimas brotaran de mis ojos. Cuando lo vi al volante, me apresure a acercarme al auto y cuando traté de alcanzar la puerta del copiloto, el arrancó a toda velocidad. Dejándome con mi mano estirada. Me senté en una verja que allí había y lloré como nunca, tomé mi cabello entre mis manos y quedé allí tratando de entender qué significaba esto. Era hora de regresar al departamento de Laura, con mi sueño de ver a mi hermana mas lejos, deje la maleta en un lado y me tire en la cama y me permiti llorar sin dilaciones, sin excusas sin terminos medio, con todo el dolor acumulado desde la perdida de mis padres , cuando recien cumplia 16 años, todo el dolor de sentirme acosada por mi unico pariente en territorio colombiano, del dolor y la humillacion de haber sido entregada a innumerables hombres por plata para mi tio a cambio de no entregar a mi hermanita, con todo el dolor de ser enamorada por Luis y finalmente usada para llegar a mi niña , para finalmente destrozarle la vida a un ser indefenso de 9 años, con todo el dolor de convertirme en una asesina y ser condenada a cadena perpetua, con el dolor de tener que convertirme en una diabla, en un lugar sucio, mal oliente en el que perdia a mi unica niña, con todo el dolor de tener que separarme de lo unico bueno que hay en mi vida, mi niña y con todo el dolor de haberme enamorado de un magnifgico ser humano que se ha asqueado de mi y que ya ni siquiera la lastima o el agradecimiento son suficientes para convivir conmigo durante ocho meses. “Oh Dios qué pecado estoy pagando,soy tu hija señor, no te pido nada extraordinario, solo quiero a mi niña conmigo, Dios apiadate de mi, ya no puedo más, él fue mi estocada final”, lo hacía arrodillada en el suelo, tan bajito que creo que Dios no me oye. No se cuanto tiempo estuve tirada en el suelo, solo se que me quedé dormida, ni siquiera recuerdo haberme tirado allí, solo se que ya no lloraba, mis ojos estaban secos, mis lagrimas ya no fluían y mi decisión estaba tomada. Me levanté con dificultad, se notaba la oscuridad a través del ventanal, mi intestino rugía como si un león estuviera suelto en busca de su presa y me dirigí con unos cuantos pesos a la cafetería de enfrente, era hora de tomar mi vida sin Albert de por medio-