Amor Sobrehumano

Salvador: estás segura de que mi hija es mitad humana y mitad vampiro

Soledad: claro que sí. No hay otra explicación, lo que me preocupa, es que ella no sabe lo que es y en cualquier momento puede descubrirlo saciando su sed de sangre

Salvador: porque no le dijiste a mi hija la verdad de que yo soy un vampiro y que heredó de mi la inmortalidad

Soledad: no podía hacerlo. Mi hermana me hizo prometer antes de morir que criaría a su hija como humana y eso hice todos estos años

Salvador: tenemos que decirle la verdad sobre su verdadera naturaleza

Soledad: sí. Pero ahora no, primero debes ganarte su cariño y después que ella te acepte como su padre le diremos la verdad

Salvador: está bien. Solo espero que mi hija logre controlar bien su sed de sangre o de lo contrario pondría en riesgo a mi familia

Soledad: si cree que es muy peligroso para su familia entonces es mejor que regrese con mi sobrina a dónde estábamos viviendo

Salvador: no. Recuerda que yo soy un vampiro y he vivido con mi familia todos estos años sin hacerles daño, mi hija aprenderá a vivir así como yo

Soledad: como ha sobrevivido usted todos estos años si no puede comer comida humana delante de su familia

Salvador: salgo a cazar todas las noches y delante de mi familia solo finjo que como delante de ellos, gracias a tu madre pude regresar con ellos aunque no regrese como humano

Soledad: sí. Si no fuera por mi mamá, usted no habría regresado nunca con su familia

Salvador: yo regresé con mi esposa solo por mis hijas. Pero yo siempre amé a María Clara

Soledad: ya no tiene caso hablar del pasado. Ya está todo listo para que Luciana se vaya con usted

Salvador: perfecto

          (Mansión Pérez)

Camilo: amigo supe que habías llegado como estás

Nicolás: estoy muy bien y feliz de estar en casa

Camilo: me alegro por ti. Es cierto que te vas a casar muy pronto

Nicolás: si. Voy a casarme muy pronto con mi novia

Camilo: son ideas mías o veo que no te emociona tanto ese matrimonio

Nicolás: si me emociona

Camilo: pues no parece. No hay otra mujer por ahí, puedes confiar en mí

Nicolás: para serte sincero sí. Ayer conocí a una mujer hermosísima, desde entonces no he dejado de pensar en ella

Camilo: por lo que veo esa mujer te dejo encantado

Nicolás: no te puedo negar que su belleza me atrapó

Camilo: no será que te estás enamorando de ella sin darte cuenta

Nicolás: no. Es imposible si solo la conocí ayer

Camilo: no has escuchado del amor a primera vista

Nicolás: sí. Pero no creo que eso me haya pasado a mí

Camilo: yo creo que sí. Y como se llama esa mujer

Nicolás: se llama Luciana. Hasta su nombre es hermoso

Camilo: definitivamente amigo estás bien enamorado de esa tal Luciana y fue amor a primera vista

Nicolás: no. Yo no estoy enamorado de Luciana

Camilo: claro que sí. Se te ilumina todo cuando hablas de ella

Nicolás: no. Eso no puede ser, yo me voy a casar con mi novia muy pronto

Camilo: pues vas a tener que aclarar tus sentimientos

Nicolás: no tengo que aclarar nada yo amo a mi novia y con ella quiero rehacer mi vida

Camilo: estás seguro de eso

              (Hostal)

Salvador: hija no te vas a arrepentir de vivir conmigo. Voy a darte lo mejor

Luciana: no me interesa lo que me dé señor. Tenga por seguro que yo nunca voy a ser feliz viviendo separada de mi tía

Soledad: no digas eso mi cielo. Yo voy a visitarte siempre, si tú papá me lo permite

Salvador: claro que sí Soledad. Puedes ir a visitar a Luciana cuando tú quieras

Soledad: lo ves

Luciana: igual no me quiero separar de ti tía

Soledad: yo tampoco, pero es necesario mi amor. Quiero que tengas una mejor vida

Luciana: vas a acompañarme a la casa de ese señor

Soledad: no puedo hija

Luciana: por favor tía por lo menos acompáñame a mi nuevo hogar que va a hacer sin ti

Soledad: está bien. Voy a acompañarte

Luciana: gracias tía (abrazo)

Salvador: lamento no haberme hecho cargo de ti hija, pero te prometo que voy a cuidarte y a protegerte. Lo haré por tu mamá que fue la mujer que yo más ame (hablando en su mente). Bueno ya tenemos que irnos, suban al auto

          (Subiendo todos al Auto)

             (Mansión Pérez)

          (Habitación de Luciana)

Alejandra: está es la habitación de esa bastarda

Sirvienta: si señora. El señor Salvador nos ordenó que se la arregláramos

Alejandra: ya terminaron de arreglarla

Sirvienta: si señora

Alejandra: quiero que me traigas un té

Sirvienta: ya se lo traigo señora

Alejandra: con este regalo. Tendrás una mala bienvenida bastarda y este no va a ser el único, voy a hacerte la vida imposible (hablando sola)

       (Serpiente dentro del regalo)

Cristina: pobre de tu mamá mi amor. Tener que aceptar en su casa a la hija bastarda de su esposo

Nicolás: Cris no te refieras así a esa muchacha

Cristina: pero si es la verdad mi amor. Es una bastarda por ser hija de tu padrastro fuera del matrimonio

Nicolás: esa muchacha no tiene la culpa de nada

Cristina: déjame adivinar. Tú estás de parte de tu padrastro y no de tu madre, Nico eso está mal

Nicolás: yo no estoy de parte de nadie

Cristina: y entonces porque defiendes a tu hermanastra si ni siquiera la conoces y no sabes cómo es

Nicolás: no sé cómo es. Pero tampoco la voy a tratar mal

Cristina: pues yo si estoy departe de tu mamá y la apoyo totalmente porque yo en su lugar tampoco aceptaria a una hija de otro

Nicolás: no puedo creer que pienses así Cristina

Cristina: a donde vas

Nicolás: voy un rato a la cocina

Cristina: entonces yo voy contigo

Nicolás: no. Quiero ir solo

Cristina: se molestó conmigo porque le dije la verdad. Pero no me importa, no sé porque pero esa muchacha no me va a caer muy bien (hablando sola)

      (Afuera de la Mansión Pérez)

Luciana: está es su casa

Salvador: si hija. Ahora es tu casa

Soledad: es muy bonita. Vas a ser muy feliz aquí mi cielo

Luciana: yo tengo el presentimiento de que no tía

Salvador: bueno. Vamos a entrar

Luciana: me vas a acompañar hasta dentro verdad tía

Soledad: claro que sí hija

      (Dentro de la Mansión Pérez)

Sirvienta: ya llego el señor Salvador

Ana María: mi papá llegó con alguien más

Sirvienta: si señorita. Llegó con una muchacha y una señora

Alejandra: llegó con la bastarda esa

Nicolás: mamá por favor no te expreses así de ella

Isabella: si mamá

Alejandra: no puedo creer que tu Isabella estés de parte de tu padre y no de la mía

Isabella: mamá. Mi papá cometió un error al engañarte, pero mi hermana no tiene la culpa

Alejandra: mejor cállate Isabella. No me digas más nada, la única que está de mi lado es Ana María

Ana María: si mamá. Yo siempre estaré de tu lado

Cristina: yo también estoy de su lado suegra y cuente con todo mi apoyo

Isabella: que clase de mujer es tu novia

Nicolás: no lo sé. Hermana

Salvador: familia que bueno que todos estén reunidos. Ella es mi hija Luciana y desde hoy en adelante va a vivir con nosotros

Nicolás: Luciana (sonriendo)

Luciana: Nicolás