María, una niña que no se sentía feliz con su vida, experimentó un cambio radical al salvar a su amiguita. Su vida dio un giro inesperado, dejándola atrás para convertirse en una intrépida aventurera. En su nuevo camino, conoció a amigos que la apoyaron y enemigos que le pusieron obstáculos. Su querido maestro también jugó un papel importante en su transformación. ¿Podrá Shiner alcanzar sus metas en esta nueva vida llena de desafíos?
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examen escrito
Después de una semana divertida junto a Make, llegó el día de la publicación de las notas del examen. Shiner estaba nerviosa, el estómago le daba vueltas y las manos le sudaban. La presión de la prueba la había mantenido en vilo durante días.
Justo cuando la ansiedad empezaba a apoderarse de ella, llegaron Kal, Yen y Ren. Sus amigos, siempre tan atentos y comprensivos, le dijeron que la acompañarían a ver los resultados de los exámenes en la academia.
En el camino, Ren, con su habitual tono calmado y sabio, le dijo a Shiner: "Shiner, te quiero decir algo que quizás no sepas. Todos los años, el rector de la escuela escoge a los tres mejores estudiantes de primer año para ser promovidos al tercer año".
Shiner, sorprendida, respondió: "¿En serio?".
Kal, siempre optimista, asintió con entusiasmo: "Claro que sí. Y tú, Shiner, tienes grandes posibilidades de ser escogida. Te has esforzado mucho".
Yen, con una sonrisa cálida, añadió: "Es cierto, Shiner. Has estudiado con dedicación y te has esforzado mucho. Tu esfuerzo no ha pasado desapercibido".
Shiner, conmovida por el apoyo de sus amigos, respondió: "Gracias a todos por confiar en mí. Me hace sentir mucho mejor".
El carruaje se detuvo frente a la academia. Al bajar, todos se sorprendieron al ver al equipo del dragón, que se encontraba justo frente a la entrada. Eran conocidos por su destreza en la lucha y su aura de misterio. Sin embargo, el equipo del dragón siguió su camino sin prestarles atención.
Shiner y sus amigos se dirigieron al salón de informes. Allí, un gran tablero con un montón de letras anunciaba los resultados. Shiner se dio cuenta de que la numeración empezaba del número 4 y llegaba hasta el 327.
Buscó su nombre con impaciencia, pero no lo encontró. La decepción la invadió. Pensó que había reprobado y la tristeza la envolvió.
Kal, notando su desánimo, le señaló un tablero pequeño que destacaba por su belleza y elegancia. En él, la numeración iba del uno al tres. Shiner, con el corazón latiéndole con fuerza, encontró su nombre en la primera posición. Había ocupado el primer puesto.
La alegría la inundó. Sus amigos la felicitaron con entusiasmo, y Shiner, llena de orgullo, se dio cuenta de que todo su esfuerzo había valido la pena. Kal, con una sonrisa de oreja a oreja, dijo: "Esto es algo para celebrar. ¡Tenemos que ir a comer algo delicioso!".
En ese momento, un hombre de aspecto amigable se dirigió a ellos.
"Perdón por interrumpir", dijo el hombre con una sonrisa amable, "pero el rector solicita a la señorita Shiner con su representante en la oficina principal".
Shiner, aún con la emoción del éxito, se sintió un poco nerviosa. "¿Qué querrá el rector?", se preguntó.
Kal, con una mirada de complicidad, le dijo: "No te preocupes, Shiner. Seguro que es algo importante. Vamos a ver qué quiere".
Shiner, con el corazón latiéndole con fuerza, se preparó para afrontar lo que le esperaba.
Cuando Kal se iba con Shiner, Ren lo detuvo con una mano en su hombro. "Solo puede ir el representante de Shiner", dijo con firmeza. "Haciendo que yo iré con ella".
Kal, con la mandíbula apretada, se notaba que estaba furioso. Yen, con una mirada calmada, le puso una mano en el brazo y le susurró algo al oído, calmando su ira. Shiner y Ren se dirigieron hacia la oficina principal.
Al llegar, se encontraron con dos hombres en la puerta, y frente a ellos, dos jóvenes que parecían ansiosos. Cuando Shiner llegó, el hombre que le había dado la información abrió la puerta con una sonrisa cortés y les dijo: "Pueden pasar".
Shiner se sentó junto a Ren, sintiendo una mezcla de nervios y curiosidad. El ambiente en la oficina era tenso y silencioso. De repente, la puerta se abrió de golpe y un hombre alto y delgado entró en la habitación.
Shiner sintió un escalofrío recorrer su espalda. El hombre era frío, con una mirada penetrante que parecía leer sus pensamientos. Era como Yen, pero aún más gélido, como si estuviera hecho de hielo.
El hombre se sentó en un escritorio de madera oscura, sin hacer contacto visual con ellos. "Buenos días", dijo con una voz que parecía salir de un pozo profundo y helado. "Yo soy Zephyr Thorne, el director de esta academia. Ustedes están aquí por ocupar los primeros tres puestos".
"Shiner", dijo el director, mirándola por primera vez, "tú ocupaste el primer puesto".
"Cero Woon", continuó, dirigiéndose al joven que estaba junto a Shiner, "tú ocupaste el segundo puesto".
"Y por último, Kota Valerion", concluyó, mirando al otro joven, "con el tercer puesto".
"Ustedes pasaron casi perfecto el examen escrito", dijo el director, con un tono que no permitía réplicas. "Y como lograron demostrar que son capaces, se les dará el examen práctico diferente a los de los demás. Tienen que demostrar que merecen subir de año. Así que vuelvan a casa y entrenen. Mañana inicia su examen".
Y con eso, el director se marchó sin esperar respuesta. Shiner y Ren se quedaron en silencio, procesando lo que acababa de suceder.
Shiner pensó que Ren la iba a poner a practicar inmediatamente, pero él le dijo: "Es mejor que relajes el cuerpo. Te llevaré a casa".
En casa, Shiner y Make se sentaron en el sofá y se acostaron a dormir. Sin embargo, Shiner no podía conciliar el sueño. Los nervios la mantenían en vilo. El examen práctico era una prueba importante, y no quería decepcionar a sus amigos ni a sí misma.